Una nueva perspectiva se abrió para esta joyera ante la invitación de Carolina Gómez a participar en su propuesta artesanal Japy Crafts, y dentro de este en el proyecto Caminos Cruzados para Falabella: “mi reto era franquear el nivel de dificultad que los alfareros de Carmen de Viboral tienen frente a su oficio, que va del 1 al 10. Debía diseñar algo que pudiéramos pintar allá, en este municipio antioqueño famoso por su cerámica. En el primer nivel de dificultad están los trazos grandes, por eso diseñé una flor y un colibrí, a manera de pinceladas, y como buena joyera escogí para los bordes un tono dorado. Fue necesario importar una pintura de este color que resistiera las altas temperaturas del horneado y así logramos una vajilla con este borde. Nunca pierdo de vista que el trabajo de nosotros, los diseñadores, es darles a los artesanos nuevas herramientas y aportarles, como lo pude hacer en este caso, una nueva técnica para diversificar dentro de su oficio”.