El día de nuestra boda es, quizás, uno de los más importantes de nuestra existencia y todos soñamos que sea el más bello, especial y para esto buscamos la asesoría de un experto en bodas que nos oriente hasta en el más mínimo detalle, pero he visto que son pocos los que tienen en cuenta el Feng Shui para un momento tan sublime.
Una boda es la unión de dos personas que se aman y manifiestan públicamente su amor. La ceremonia es un ritual sagrado lleno de simbolismos y promesas; y la fiesta es un cúmulo de felicitaciones y bendiciones para los novios, combinados con música, búrbujas, alimentos y bebidas. Todo ello es energía, sin embargo, la energía más poderosa de toda la celebración radica en las emociones, los sentimientos y los pensamientos, tanto de los invitados y familia, como de los propios novios.
Aplicar los conocimientos del feng shui a un evento de suma importancia como lo es la celebración de un matrimonio no es un juego pues hemos sido testigos de muchas parejas que, a pesar de haber convivido antes de la boda, se separan unos meses después de haber contraído matrimonio. Las diversas técnicas de feng shui que la tradición oriental nos ha heredado, funcionan para equilibrar la energía de los espacios físicos, con el propósito de sentirnos mejor.
Todas las personas tienen cuatro orientaciones favorables y cuatro orientaciones desfavorables, según la teoría del grupo Este y Oeste del feng shui. Al estar frente a nuestra orientación favorable potenciamos una energía vital que nos fortalece y nos hace sentir fuertes y felices.
Los novios podrían elegir una iglesia o un templo que tuviese el altar de tal forma que queden encarando hacia una de sus orientaciones favorables. Podría darse el caso de que el novio perteneciese al grupo Oeste, por ejemplo, mientras que la novia perteneciera al grupo Este.
En este caso, no necesariamente son incompatibles, simplemente pertenecen a grupos distintos, por lo tanto solo uno de los dos estará frente a su orientación favorable. Podría ser un buen ejercicio de negociación marital que uno estuviese potenciando su mayor energía vital dentro de la iglesia y el otro en la fiesta. Cuando los dos son del mismo grupo, se facilitan las cosas. Entonces se elige una iglesia o un templo que tenga su altar ubicado de espaldas a su mejor orientación para que los novios queden de frente a ésta.
Todos sabemos que el sol sale por el Este y se oculta por el Oeste y para saber cuál es la posición favorable de la pareja se cuadra de acuerdo a la fecha de nacimiento de cada uno. Es de anotar que la vibración femenina es diferente de la masculina.
Para que la fiesta sea un éxito y ayude a equilibrar la energía positiva de la pareja es una buena sugerencia armonizar de acuerdo al método de la brújula de feng shui. El pakua, que significa ochos lados o entradas o aspectos de la vida y que forma un octágono (la figura más armónica de todas las formas geométricas) puede ser una rápida guía para ubicar todo lo que se necesita para la fiesta.
Cada entrada o lado del octágono representa un aspecto de nuestra vida y se puede activar con color, con plantas, con formas geométricas, con elementos, incluso con aromas y sonido. Con una brújula puede localizarse cada uno de los puntos cardinales con exactitud.
La ubicación de la mesa de los novios junto con sus padres y padrinos no debe ser al azar, es vital saber cuál es el lado de la estabilidad y el apoyo de los contrayentes. Es importante iluminar la zona del conocimiento y la paciencia de pareja así como la alegría y la salud en sus vidas. La riqueza y la abundancia es una zona importantísima para que no les falte sustento y sean muy prósperos.
El amor va de la mano con la fama y la fertilidad pues una pareja que se ame, respete y necesite es digna de ejemplo para los demás. Hay una zona dedicada a los benefactores, que es muy importante tener en cuenta, para que siempre estén protegidos.
Es obvio, que la pareja es el ingrediente más importante para una unión duradera y feliz; pero la energía es una fuente vital que no se puede ignorar para que en el matrimonio no falte al galanteo, la atracción mutua, la cordialidad, la inteligencia, la complicidad, la buena fortuna, los hijos, el respeto y el amor incondicional.