Si Halloween nos ha enseñado algo es que cualquier cosa puede ser sexy. La prueba son los miles de disfraces que vemos cada año el 31 de octubre, desde enfermera, diabla, mucama o vaquera sexy, hasta otros más extraños, como mazorcas sexy:
Papas fritas sexy:
o Tortugas Ninja Sexy:
Tal vez pienses que los atuendos reveladores en exceso son cosa de ahora, pero no es así. Algunos de los primeros antecedentes de los disfraces sexis de Halloween están en el siglo XVIII o XIX, en los bailes de máscaras.
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“Las mujeres respetables usaban pantalones bombachos o faldas cortas en las fiestas de disfraces. En Londres, algunas de estas fiestas tenían atuendos que mostraban bastante piel. En París, varias de estas celebraciones tenían atuendos muy reveladores”, explica a
Jezebel Valerie Steele, directora del Museo del Fashion Institute of Technology.
En la pintura 'Baile de máscaras en la ópera' de Édouard Manet,
vemos a varias mujeres luciendo faldas que dejaban ver sus piernas, algo bastante osado para la época y tal vez un atecedente de los disfraces sexis de hoy.
Sin embargo, cuando el Halloween empezó a darse a conocer en Estados Unidos a finales del siglo XIX,
muchos aún preferían disfraces de criaturas que inspiraran miedo, como brujas, murciélagos o fantasmas.
Halloween mantuvo su popularidad en la primera mitad del siglo XX, aunque era una festividad dirigida solo a los niños y los disfraces eran más terroríficos.
Fue en la década de los 70 cuando realmente surgieron los disfraces sexis y los adultos empezaron a celebrar el Halloween. Este decenio se caracterizó por la liberación sexual y películas como ‘Rocky Horror Picture Show”, y esto se vio reflejado en los disfraces.
Escena de 'Rocky Horror Picture Show'.
“Halloween es un reflejo de lo que está pasando en la cultura, lo que las personas están viendo y mirando, y cuáles son los límites que se están rompiendo”, dice la autora Laura Stampler en su artículo
‘La historia definitiva de los disfraces sexis de Halloween’, publicado en TIME.
Entre más abiertamente sexual se ha hecho la televisión y la cultura pop, más reveladores se han hecho los disfraces.
Las grandes marcas tomaron nota del gran potencial económico que tiene Halloween entre el público adulto.
“Hubo un intento por capitalizar lo que parecía transgresor. Y al ser una noche de transgresión puedes salirte con la tuya con cualquier cosa, sin parecer ofensivo”, dijo a TIME Nicholas Rogers, profesor de historia en la Universidad de York.
“Halloween se convirtió en un gran negocio, y el capitalismo encontró otro producto para vender a un nuevo mercado”, afirma Elizabeth A. Greer en
su tesis ‘The rise of the Slut-o-ween’.
Claramente el negocio de Halloween es bastante lucrativo. Los estadounidenses gastan más de mil millones de dólares al año en disfraces.
Por su parte, cada colombiano destina entre 50 y 100 mil pesos, en promedio, para su disfraz en esta fecha, según Fenalco.
Tal vez en los 2000s fue cuando el tema de los disfraces reveladores empezó a hablarse más abiertamente. En ‘Chicas pesadas’, Cady Heron (Lindsay Lohan) observa que “Halloween es la única fecha en la que una chica puede vestirse como una cualquiera y las demás no le pueden decir nada”.
“Las mujeres ya no quieren vivir el pasado, las damas antiguas princesas, angelitas y hadas fueron reemplazadas por las versiones sexys de cuanta profesión se encuentra actualmente”, dice un artículo sobre el Halloween de El Tiempo, publicado en 2006.
Como ves, los disfraces de Halloween han sido provocativos desde hace varias décadas,
lo que ha cambiado es nuestra definición de lo que se considera provocativo. Así que este 31 de octubre disfrázate como más cómoda te sientas, sea sexy o no.
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