Una propuesta sin precedentes llega a las tablas surgida de la mente reformista de Laura Villegas, directora de 13 sueños. Con una larga experiencia en el exterior, esta directora de teatro pretende resucitar las artes vivas en un espacio disonante.
¿Vivir por amor o morir de amor? La respuesta es absoluta: amar para siempre, no importa cómo. Es la premisa de la obra creada por Laura Villegas, que desmantela trece situaciones ligadas a una misma historia. Lleva el nombre de 13 sueños (o solo uno, atravesado por un pájaro) y llega este mes al imponente escenario del Teatro Odeón, antiguo TPB, en el centro de Bogotá.
De la mano del actor y dramaturgo Fabio Rubiano, Laura Villegas construyó escenarios únicos para esta historia de amor convertida en un sueño, en la que el teatro, la danza, el canto y el arte visual se combinan magistralmente. “En mi trabajo como artista he intervenido espacios no convencionales que saquen al espectador de lo cotidiano, lo sacudan y lo transformen un poco. Siempre me ha gustado hacer proyectos multidisciplinarios en los que se mezclen todas las artes”, explicó Laura sobre la concepción de esta novedosa propuesta teatral.
El antiguo Teatro Popular de Bogotá, ahora transformado en el Teatro Odeón, reconocido por su interior en ruinas, se ha convertido en un centro de arte contemporáneo que le ha abierto las puertas a Laura y a su numeroso equipo de producción, para elaborar pintorescos escenarios que forman parte de una misma historia. Una carretera en la que ocurre un accidente automovilístico, un palco de un teatro y el baño de un bar son algunos de los espacios construidos para llevar a cabo esta obra teatral interactiva, en la que los espectadores podrán elegir qué versión de la historia quieren escuchar.
Durante año y medio, la artista se refugió para escribir la historia y aterrizar sus ideas e imágenes, mientras que su colega, Fabio Rubiano, colaboró con ella escribiendo los diálogos de los actores. Así empezó este experimento que reúne lo mejor del talento nacional, al frente y tras bambalinas. La dirección de arte está enteramente concebida por ella, quien además de diseñar la escenografía y el vestuario, se ha encargado de elegir actor por actor para cada personaje.
Graduada de la escuela de teatro Phillippe Gaulier de Londres, la hija menor del editor Benjamín Villegas se consolidó como directora de teatro cuando dirigió la compañía Theatre Cryptic en Glasgow, Escocia. Aunque recuerda tiernamente que su primer gran encuentro con las tablas fue cuando su papá la llevaba a la zarzuela en el Teatro Colón, siendo una niña.
Amante de la filmografía del director norteamericano David Lynch, la joven directora confiesa ser tan apasionada con cada uno de sus proyectos, hasta el punto volverse parte de su propio producto. Un ejemplo de ello son las prendas que luce, resultantes de las producciones anteriores.
Ante la gran expectativa que se tiene por una obra de un formato poco común como este, Laura formula una extendida invitación a dejarse atrapar por el espacio y atreverse a soñar: “la idea principal es que cada asistente sea coautor y participe del espectáculo, en el que estará constantemente escuchando, caminando, viendo, sintiendo y, claro, soñando”.