Los zapatos de lujo fueron durante mucho tiempo dominio exclusivo de los ricos y los ociosos. Dejando su precio al margen,
los tacones altos, los tejidos suntuosos y los diseños delicados no cabían en el campo o en la fábrica, ni siquiera cuando hay que correr para atrapar el autobús.
Si las mujeres tienen hoy zapatos de las marcas
Manolo Blahnik o Jimmy Choo, las damas venecianas del siglo XVII tenían que ayudarse de sus criadas para mantener el equilibrio en sus imponentes chapines de plataforma.
"Es esa cosa tan intrigante...
Aceptamos que los zapatos son fuente de placer, pero también que nos causen un poco de dolor. Y parece que los hemos aceptado durante 2.000 años".
-La Cenicienta y David Beckham-
La exposición se inicia con el zapato más emblemático de todos, el de Cenicienta. Fabricado por Swarovski para la reciente película de Disney, es un testimonio
del poder del calzado para cambiar la vida de la persona que lo lleva.
Un zapato de Swarovski creado para el filme Cenicienta (2015), uno de los zapatos exhibidos. Imagen: AFP.
Junto a ella hay
un zapato del excapitán de la selección inglesa de fútbol David Beckham, un chico de clase obrera convertido en superestrella mundial, personalizado con el nombre de su hijo Brooklyn.
Hay muchos que pertenecieron a celebridades como la reina Victoria o la actriz
Marilyn Monroe, obra de grandes diseñadores, como
Alexander McQueen o Vivienne Westwood.
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Mira aquí la historia de algunos de los zapatos más icónicos de la historia: