“Las esclavas sexuales eran el consuelo de los militares”

Fucsia.co, 26/1/2014

A las ‘mujeres confort’ les pidieron perdón casi 60 años después del daño. Japón no les ha compensado económica ni moralmente, pero sí cada tanto un funcionario asegura que eran necesarias para la moral de las tropas en la Segunda Guerra Mundial.

Imágenes de la cinta 'La mirada de Ulises'

Todos los miércoles, las 'mujeres consuelo' se plantan frente a la embajada de Japón en Seúl, para, desde allí, exigir, como hace casi 24 años, que el gobierno nipón las indemnice, le haga un momento a las víctimas. Les devuelva, aunque sea un poco de su dignidad.

Mujeres consuelo. Eufemismo de esclavas sexuales, quienes, además de las humillaciones que pasaron hace más de medio siglo, han tenido que aguantar cada declaración que cualquier político japonés va soltando. Esta vez se trató del nuevo presidente de la televisora pública de Japón NHK, Katsuto Momii, defendido posteriormente por el vocero del gobierno de ese país, cuando señaló que las esclavas sexuales eran una costumbre habitual durante la Segunda Guerra Mundial. Una declaración que no pretende menos que naturalizar el horror.

Las mujeres consuelo eran lo mismo que prostitutas. Víctimas de la trata de mujeres que acudían bajo la promesa de un empleo, o simplemente, retenidas por fuerzas japonesas en países que estaban bajo su control. Así, eran empleadas en ‘Confort stations’, que no eran otra cosa que prostíbulos. Los hombres acudían a sus servicios organizados por días según su compañía, y el pago se daba de acuerdo con el rango del ‘cliente’.


Imágenes de las Mujeres consuelo durante la Segunda Guerra Mundial

Y aun así, las mujeres consuelo fueron negadas durante décadas. Cuando, finalmente, una de ellas, Kim Hak-Soon, decidió revelar el secreto en 1991, a sus 63 años. El gobierno se justificó diciendo que, a través de estas mujeres, se evitaban violaciones masivas, la propagación de enfermedades sexuales entre los soldados, además de aumentar la moral de las tropas.

Una de las ancianas que vivió el horror entre 1940 y 1945, le relató su historia a una organización surcoreana que lucha por sus derechos. Su testimonio es replicado por el diario español 20 minutos: “Algunos días recibía a tantos soldados que acababa derramando sangre y al borde del desmayo”.
Las mujeres también recibían palizas, esterilizaciones y cuando eran liberadas, la vergüenza por lo vivido no les permitía volver a sus hogares.

Pero este funcionario no ha sido el primero. El alcalde de Osaka dijo lo propio a mediados de 2013: “Cuando los soldados se juegan la vida en el campo de batalla y quieres ofrecerles descanso, está claro que se necesita un sistema de reconforte, cualquiera lo entendería”, dijo en una declaración pública.

También se ha dicho que las mujeres eran prostitutas profesionales y, por esa razón, solo estaban trabajando y nunca sufrieron por nada.

El vocero del gobierno japónes aseguró que lo que diga el presidente de la televisora solo es una opinión. Mientras tanto, más de 50 mujeres, aunque se calcula que fueron 200 mil, las que se decidieron a salir de la sombra, siguen cada miércoles reclamándole al gobierno japonés, un desagravio por las humillaciones físicas y morales que padecieron por años, con la excusa de que la moral de los militares estuviera arriba.