#FucsiaLevantalaVoz
¡No más ataques con ácido contra las mujeres!
Fucsia.co, 30/3/2014
Se cumple un año del salvaje ataque con ácido perpetrado contra Natalia Ponce de León. Desde Fucsia.co recordamos esta fecha para incidir en la necesidad de acabar con este tipo de agresiones y cualquier violencia contra las mujeres.

Montaje Instagram mgpixlab - Foto:
Nubia Espitia tiene 35 años. María Cuervo cumple 43 y Gina Potes tiene 37.
Las tres hacen parte de una cruel estadística: las más de 900 mujeres que han sido quemadas con ácido entre 2004 y 2013, según el Instituto Nacional de Medicina Legal. Muchos de los casos tienen origen en la violencia entre parejas, familiares e, incluso, agresiones a niños y adultos mayores.
Los casos se han multiplicado exponencialmente si se tiene en cuenta que en el 2005 fueron atacados seis hombres y ocho mujeres; mientras en el 2013 fueron 25 hombres y 35 mujeres. Los datos revelan que la mayor parte de los victimarios son personas conocidas, sin mayor trato con el afectado y, asombrosamente, los miembros de la Fuerza Pública aparecen en el tercer lugar en la lista de agresores en Colombia.
Natalia Ponce, bogotana de 33 años, ya hace parte de las estadísticas. Su nombre se ha convertido en estandarte en las redes sociales, medios de comunicación y la sociedad que reclama atención frente a estos graves hechos que merecen una sanción contundente.
Natalia permaneció recluida en Cuidados Intensivos en el Hospital Simón Bolívar de Bogotá hasta el 30 de mayo. Dos meses después de que Jonathan Vega la rociara con ácido. El hombre, amigo de la infancia de la joven y con el que ella se negó a salir o tener una relación cercana, la buscó en su casa y, a través de la reja de la portería, le arrojó el producto corrosivo que le afectó el 24 por ciento de su cuerpo.
Las tres hacen parte de una cruel estadística: las más de 900 mujeres que han sido quemadas con ácido entre 2004 y 2013, según el Instituto Nacional de Medicina Legal. Muchos de los casos tienen origen en la violencia entre parejas, familiares e, incluso, agresiones a niños y adultos mayores.
Los casos se han multiplicado exponencialmente si se tiene en cuenta que en el 2005 fueron atacados seis hombres y ocho mujeres; mientras en el 2013 fueron 25 hombres y 35 mujeres. Los datos revelan que la mayor parte de los victimarios son personas conocidas, sin mayor trato con el afectado y, asombrosamente, los miembros de la Fuerza Pública aparecen en el tercer lugar en la lista de agresores en Colombia.
Natalia Ponce, bogotana de 33 años, ya hace parte de las estadísticas. Su nombre se ha convertido en estandarte en las redes sociales, medios de comunicación y la sociedad que reclama atención frente a estos graves hechos que merecen una sanción contundente.
Natalia permaneció recluida en Cuidados Intensivos en el Hospital Simón Bolívar de Bogotá hasta el 30 de mayo. Dos meses después de que Jonathan Vega la rociara con ácido. El hombre, amigo de la infancia de la joven y con el que ella se negó a salir o tener una relación cercana, la buscó en su casa y, a través de la reja de la portería, le arrojó el producto corrosivo que le afectó el 24 por ciento de su cuerpo.

Foto de Natalia puesta en Instagram por uno de sus amigos tras el ataque.
Las redes sociales pronto se volcaron con Ponce. Mucho fueron los que se manifestaron en contra del salvaje ataque con el hashtag #fuerzanataliaponce. No solo para darle ánimo a la joven, sino para crear conciencia de que esto nos puede pasar a cualquiera. Y es que, Colombia es uno de los países que más casos de violencia con ácido suma a nivel mundial.
Editorial: 'La cara del odio'
La secretaria Distrital de la Mujer en Bogotá, Martha Sánchez, recordó en un comunicado la falta de reglamentación de la Ley 1639 de 2013, en la que se fortalecen las medidas de protección para las víctimas agredidas con ácido. En esta Ley, que además modifica el artículo 113 de la Ley 599 (el Código Penal), se penalizan los casos desde los 16 meses de prisión cuando las agresiones son transitorias, hasta 10 años si las consecuencias significan incapacidad y destrucción de tejidos. Pero no ha sido reglamentada la venta de las sustancias con las que se hace agrede, ni la atención oportuna e integral a los pacientes.

Pese a las intenciones del Legislativo, la Ley aún no ha sido reglamentada y aún estas agresiones se entienden como lesiones personales, que significan penas excarcelables. De la misma manera, no se han tomado las medidas para que las sustancias con las que se afecta a mujeres y hombres tengan mayores controles. La falta de jurisprudencia provocó que el propio presidente Santos anunciara publicamente que se ofrecería una recompensa de 75 millones de pesos a quien denunciara ataques con ácido y ayudara a capturar a los responsables.
Vega no ha sido condenado todavía, aunque está recluido en la cárcel de La Picota desde entonces. Su juicio sigue en marcha después de un año. Tras su salida del hospital, Ponce dijo en su primera declaración pública a la W Radio que “la vida haga justicia” con Jonathan Vega. “Si bien sé que no lo voy a perdonar nunca, hay que olvidar y dejar la rabia”, añadió.
Tras varias idas y venidas en el caso, el Fiscal General solicitó 35 años de prisión para el criminal. La próxima audiencia tendrá lugar el 29 de abril. Si la condena que pide la Fiscalía es ratificada, el caso de Ponce servirá para crear jurisprudencia y mandar un mensaje claro a la sociedad: atacar a una persona con ácido se paga.
Desde la revista Fucsia y Fucsia.co queremos volver a lanzar una voz de protesta. No solo al Estado, que le compete sancionar con mayor severidad, sino a quienes consideran que la mujer es un objeto de su propiedad que pueden controlar, agredir y destruir a su antojo. Pero, especialmente, a una sociedad que sigue validando los estereotipos machistas, que justifican conductas de violencia y agresión, al considerar, consciente o tácitamente, que las mujeres somos seres inferiores que nos merecemos los ataques por la ropa que llevamos, por la forma en que hablamos o cualquiera que sea la razón.
Un año después de la tragedia, Natalia Ponce sigue en proceso de recuperación, un camino que tendrá que recorrer de por vida. Sin embargo, y como comentó a la Revista FUCSIA en una entrevista, lo hace con fuerza y entereza. Y ahora como responsable de su propia organización, la Fundación Natalia Ponce de León, a favor de las víctimas que, como ella, sufrieron la barbarie de los ataques con ácido.
Lee la entrevista a Natalia Ponce: "El amor me hizo resurgir de las cenizas"
