Las 8 verdades sobre la lactancia materna

Fucsia.co, 31/7/2014

Si los niños fueran lactados por sus mamás en los primeros años de vida, el mundo registraría casi un millón menos de muertes infantiles cada año, dice la OMS. Por eso se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna para recordarnos estas y otras verdades.

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Aunque lactar es natural, las mujeres no nacen sabiendo cómo se hace. Por eso, para poder alimentar al bebé sin contratiempos es necesario informarse sobre las técnicas, los beneficios y los cuidados. El ginecólogo, el pediatra y las enfermeras deben ser los guías de la mamá, así como el esposo y la familia, un apoyo constante.

El Mundo celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna para recordarles a las mujeres los beneficios de alimentar a sus hijos, tanto para ellas como para los bebés.

La sicóloga experta en maternidad, Sandra Alejo y la especialista en lactancia, directora de www.nenesdeleche.org, Valeria Calderón, nos ayudan a responder las preguntas más frecuentes.

1. ¿Es verdad que los senos se caen por amamantar?
Falso. Los senos se preparan para dar de comer al bebé, solo con el embarazo, haya o no lactancia. La ley de la gravedad, que se hace evidente con el paso de los años, hará, de todos modos, que los senos se caigan.

2. ¿La producción de leche tiene que ver con la herencia familiar?
En ningún caso. Se le escucha decir a las mujeres que su familia es de mujeres lactadoras o no. Estar informada, conocer las técnicas, alimentarse bien y tener asesoría especializada ayuda a que la mujer puede alimentar a su bebé. Si tiene pezón invertido o plano, es importante tener la ayuda del ginecólogo. Sencillas maniobras pueden ayudar a que el pezón tenga una posición ideal.

3. ¿Amamantar baja de peso?
Sí. Las calorías que implica esta acción, sumada a las succiones del bebé, ayudan a que el útero vaya recuperando su tamaño y la mamá pierda esos kilos que ganó durante la gestación.

4. ¿Alimentar al bebé duele?
Depende. En general, con buenas técnicas no tendría por qué suceder. Las expertas recomiendan que en la boca del bebé entre toda la areola, es decir la zona oscura del seno. Para lograrlo basta con oprimir suavemente el mentón del bebé, para que abra la boca y así poner todo el pezón adentro. Luego, cuando ha terminado de comer, se sugiere que se dejen unas gotas sobre la piel secando al aire. De esta manera se evitan los dolorosos agrietamientos. En el tema de la espalda, se recomienda que las mujeres estén en unas sillas muy cómodas; la ideal es una mecedora.

5. ¿Lactar ayuda como anticonceptivo?
Sí y no. Es cierto que las hormonas que se liberan durante este proceso protegen a la mujer de un nuevo embarazo, pero el porcentaje de seguridad no es muy alto. Sin embargo, es mejor consultar al ginecólogo para que este formule unos anticonceptivos con baja cantidad hormonal parala mamá lactante.

6. ¿Tomar cerveza o aguas de hierbas ayuda a que las mamás produzcan más leche?
Lo importante es que las mujeres estén muy bien hidratadas con bebidas poco calóricas y que no tengan gas.

7. ¿Hay que ir acostumbrando al bebé a un horario de alimentación?
No. Deben comer a libre demanda; es decir, cada vez que lo pidan. Incluso, a los recién nacidos hay que despertarlos cada tres o cuatro horas para darles de comer, porque de lo contrario, pueden sufrir hipoglicemia.

8. ¿Debo complementar la leche materna con agua o jugos?
No durante los primeros meses. No es necesaria ni la leche de fórmula, pues la leche materna tiene todos los nutrientes necesarios para el bebé, que ni la mejor leche artificial ha podido copiar. La alimentación complementaria debe llegar a los cuatro meses de nacido. Tampoco se le debe dar leche de vaca antes del año, pues sus micronutrientes suelen ser muy grandes para el sistema digestivo del bebé.

Además, la leche materna es gratis, viene en un ‘empaque’ completamente higiénico, se ha comprobado que los adultos que fueron lactados tienen mejor coeficiente intelectual. Además, es una especie de vacuna, pues fortalece las defensas de los bebés. Y, claramente, aumenta el vínculo de amor entre madre e hijo, ya que le prodiga una sensación de tranquilidad al sentir su pecho, su respiración y su corazón.