Sueño

¿Muchas horas sin dormir? Trastornos del sueño

RevistaFucsia.com, 3/11/2011

¿Sabías que una tercera parte de nuestra vida la pasamos sumergidos en un profundo sueño? De lo que tal vez te habías enterado es que la falta de éste puede causar incluso el suicidio: todo si sufres de manera crónica trastornos del sueño.

Sueño excesivo o sin ganas de dormir. Sufres un trastorno. (Foto: Thinkstock) - Foto:

Dormir descansa la mente y el cuerpo, rejuvenece, quita el estrés, te da mayor potencia sexual, te pone linda, da vitalidad, dormir es el remedio a todos los males que atacan nuestra rutina. ¿Y si no podemos dormir? ¿Eres de los que pone la cabeza en la almohada y siente de todo menos sueño? Identifica qué trastorno sufres y aprende a conciliar uno de los momentos más placenteros de la noche. Y sí, hablamos de dormir.

•    Hipersomnia: Si te sientes cansada todo el día, sueñas con una cama desde que te levantas pero entrada la hora de dormir, no puedes o quedas en coma por más de 9 horas, tu problema es la Hipersomnia. Puede ocurrir con un sueño muy largo con dificultad para despertarse  o con somnolencia durante el transcurso del día. La causa el cansancio extremo, la desnutrición, la depresión, la anemia, dificultades respiratorias o el consumo excesivo de alcohol.

•    Insomnio: Cualquier empresa de seguridad sería feliz de tenerte en sus filas. El insomnio es la incapacidad de conciliar el sueño o mantenerlo por periodos prolongados. Es hora de ir a la cama y para ti parece una tortura: sabes que no pegarás el ojo por más de 2 o 3 horas, aunque te acuestes temprano. Recuperar el sueño perdido es una misión casi imposible que tiene sus consecuencias a largo plazo, pero que finalmente se reflejará en tu estado físico, tu piel y tu sistema nervioso. El jet lag (cambio de horario), el estrés, la ansiedad constante, problemas personales, el consumo de cafeína y la excitación excesiva son algunas de sus causas más comunes. Recuerda que una persona adulta debe dormir entre 7 y 8 horas seguidas sin ningún tipo de interrupciones.

•    Dimsomnia: La combinación fatal. Intervalos de insomnia y de hipersomnia. Un sube y baja del sueño y de tu capacidad mental que se refleja en fatiga, irritabilidad, migraña constante. A nadie le gusta que de la nada el sueño lo tome por sorpresa mientras trabaja o se encuentra en plena reunión con sus jefes. Menos si la noche anterior se mantuvo despierto hasta la madrugada.

•    Parasomnia: Los terrores nocturnos, como le llaman algunos. Es más común en niños pequeños, pero los adultos también pueden sufrir este trastorno que se caracteriza por pesadillas, enuresis (orinarse en la cama mientras duermes), sonambulismo y despertarse asustada sin motivo aparente. A esto último también se le conoce como movimientos mioclónicos, sacudidas de repente que ocurren en gran parte al principio del sueño. Cuando se sufre sobrepeso o enfermedades crónicas, suelen ocurrir estos episodios.  

•    Sexomnia: Sonambulismo sexual. No es una pervertido ni maniaco sexual el que sufra este padecimiento.  Las personas tienen relaciones y no pueden recordarlo al día siguiente. No es nada parecido a un sueño erótico ya que no queda “rastro” en su mente de lo que pasó mientras dormía, al igual que un sonámbulo. Hay penetración y características propias del coito, actos dirigidos por las zonas del cerebro que controlan este tipo de actividades, mientras que las zonas que dirigen el pensamiento están desactivadas en ese momento del sueño. Las investigaciones dicen que se adquiere por herencia y que otros factores como el consumo de drogas y el contacto físico con la pareja durante el sueño, ayudan a que se desarrolle este mal.

¡Quiero dormir! Cómo conciliar el sueño: sencillos trucos
•    Limpia tu nariz antes de ir a la cama. Destapa tus fosas nasales hasta que queden libres de secreciones y suciedad acumulada durante el día. Puedes usar dilatadores externos para ayudarte.

    Come como debe ser. Evita los alimentos  picantes, las bebidas gaseosas (que producen llenura) y no consumas alcohol antes de ir a la cama. Acuéstate por lo menos dos horas después de haber cenado.

•    Practica técnicas de relajación una hora antes. Despeja la mente y relaja el cuerpo.

•    La cama es para dormir o para tener sexo. Úsala para esas dos actividades y para nada más. Así tienes la sensación de que cuando te acuestas es para descansar. No veas televisión acostado, no comas sentada en tu cama. Elige otro lugar cómodo.

    Desconecta los aparatos electrónicos de la habitación.

    Dispone la cabecera de la cama hacia el norte o el oriente.

•    Acuéstate SOLO cuando tengas sueño y no te expongas a ruidos: dormir con música o con la tv prendida solo perturba e interrumpe tu noche de descanso.

•    No hagas ejercicio en la noche. Contrario a lo que se cree, al estar cansados no se duerme mejor: el cuerpo permanece inquieto hasta que recobre las energías que perdió, así que no es un remedio factible.

•    Puedes recurrir a técnicas como la acupuntura y la terapia floral para recargar energías y descansar los músculos tensionados, además de despejar tu mente.