Cuidado de la piel

Temperaturas extremas: el frío y el calor para tu belleza

RevistaFucsia.com, 18/7/2012

Actualmente existen productos termoactivos, como también ciertas técnicas que se transmiten por medio del calor o del frío, tratamientos de belleza que tienen distintos efectos en la cara y el cuerpo dependiendo de la temperatura que se emplee.

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Es un error pensar que el agua es algo totalmente neutro ya que según su temperatura, presión o modo de empleo, ejerce efectos diferentes y a veces opuestos, tanto sobre la piel como sobre el organismo. Durante años, las compresas frías o calientes han sido utilizadas como remedio casero para aliviar algunos dolores, desinflamar y descongestionar. Dichas compresas permiten obtener resultados a nivel estético, cosmetológico y médico.

Estos tratamientos funcionan de tal manera que crean distintas reacciones en el cuerpo
ya sea elevando o bajando la temperatura. El propósito es llegar a la temperatura interna del cuerpo ya que si se quisieran usar estas temperaturas de forma externa se irritaría o quemaría la piel.

Por un lado, el agua caliente contribuye a disolver el sebo y ayuda a relajar el cuerpo, aunque reblandece la piel. Esta temperatura es ideal para pieles grasas y temperamentos nerviosos. Por otro lado, el agua fría estimula y tonifica el cuerpo, por lo que se recomienda para las personas fatigadas o sin energía. Si se alterna agua caliente y después agua fría, se obtiene la estimulación de la circulación y, por lo tanto, la nutrición de la piel.

Calor-terapias:

-¿Enemigos del pelo? Como ya es sabido, el secador de pelo y la plancha son algunos de los enemigos de nuestro pelo debido a que no solo lo resecan sino que lo debilitan. Se dice que lo mejor es utilizarlos de vez en cuando. Sin embargo, muchas mujeres no pueden vivir sin ellos. Para contrarrestar estos efectos negativos, existen tratamientos creados especialmente para proteger al pelo de todo tipo de agresiones e incluso se han llegado a capitalizar los efectos del calor.

-Termoterapia. Desde la antigüedad se conocen los beneficios de las aguas termales en el organismo. El baño turco trabaja con temperaturas que van desde los 45 a los 70°C. El sauna es el de calor seco, producido por piedras volcánicas a altas temperaturas (entre 60 y 80°C). El baño de vapor es un remedio que consiste en someter el cuerpo a la acción del vapor de agua caliente con temperaturas hasta de 45°C. Los masajes con piedras calientes son ideales para disminuir la tensión en el cuerpo y relajarlo. La aplicación de estas piedras produce una temperatura que penetra en cada uno de los músculos hasta disolver los puntos de presión en el cuerpo. El sauna es toda una tradición en muchos países. Consiste en calentar piedras volcánicas hasta que queden al rojo vivo. Después se agrega una infusión a las piedras para que salga el vapor el cual se acumula en la parte superior del sauna. Para mover dicho vapor se forman ramos de distintas hierbas dependiendo de lo que cada quien tenga en su zona o grupo étnico (toronjil, ruda, eucalipto, romero, pirul, etc.).

Todas estas terapias sirven para relajar al cuerpo además de eliminar las toxinas por medio de una depuración orgánica. Existe una gran variedad de spas en los que puedes obtener estos servicios.

Crioterapia:

El frío actúa como un bioestimulante natural, activando en cualquier tejido vivo, el proceso de renovación celular de la piel fortaleciendo las fibras musculares y de algunos tejidos del cuerpo mientras les da tonicidad y firmeza.

Tips en frío:


-Para iluminar la tez es conveniente sumergir todas las mañanas tu cara en un recipiente de agua fría durante medio minuto, dándote golpecitos en el rostro y secándote a continuación.

-Para aliviar dolores de cabeza e insomnio, sumerge tus pies en agua fría durante el mayor tiempo que te sea posible.

-Es muy conveniente después de tu baño habitual, hacer aspersiones en el busto con agua fría, porque el frío tonifica la piel. Este mismo proceso se puede realizar en todo el cuerpo para dejar la piel bien tonificada y obtener vitalidad.

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Si lo prefieres, frota bien tu busto, dos o tres veces por semana con un cubito de hielo durante 1 minuto para proporcionarle tersura y estimular la circulación.
                                                               

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