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¿Cómo manejar tus deudas? 10 secretos simples

, 7/11/2011

Tu sueldo se esfuma como por arte de magia durante la primera semana del pago. ¿La razón? Siempre tienes deudas que te persiguen. Parece un problema de nunca acabar: cada día te endeudas más y los sacrificios son, en ocasiones, extremos. Aprende claves sencillas para organizar tu dinero y saldar tus cuentas.

Disfruta de tu dinero y sal de deudas rápido con sencillos trucos financieros (Foto: Thinkstock) - Foto:

El secreto para salir de deudas no es matarse la noche entera pensando en cifras y haciendo cuentas que solo quedan en la cabeza. Reconcíliate con el dinero, no lo veas como una carga o una ilusión que se va más rápido de lo que quieres: míralo como una opción de vida de “toma y dame”. Así darás el primer paso para saber administrar tus finanzas y no morir en el proceso. Saber dirigir tus finanzas no es cuestión de economistas: es organización y planificación juiciosa. ¿Cómo hacerlo?

1.    Haz una lista de tus deudas: Grandes, pequeñas, a corto o largo plazo, todas deben ir incluidas en tu lista. Esta será tu guía para conocer el monto exacto que debes. Incluye nombre de la persona con la tienes, tasas de interés, desde cuándo tienes cada deuda y qué tipo de intermediarios hay en la misma. Saca un gran total, pero teniendo en cuenta que vas a saldar una por una. No te atormentes con cifras grandes o desorganizarás tu cronograma financiero y tu cabeza.

2.    Calendario y fechas de pago: Define el tiempo límite que tienes para pagar y precisa una fechas tope de pago. Si estás supeditada a una entidad financiera, una persona natural o una empresa, no definas la fecha para el día que tienes de plazo: planifica para que el dinero ya esté completo por lo menos 15 días antes, así no estarás a las carreras improvisando y sacando dinero de tus ahorros, es decir, el intocable. 

3.    Realiza un plan de gastos diario:
La última semana del mes reconoce tus prioridades financieras de cada día, las que realmente son ineludibles y a las que debes invertirle, como transporte público o consumo de gasolina o comida. Una vez organices cada semana, súmale los gastos grandes (también prioritarios), como el pago de servicios, arriendo, estudio propio o de tus hijos, aseo, mercado. Nadie mejor que tú conoce las cifras exactas de este tipo de gastos, así que las cuentas ya las tienes claras. Deja una parte muy pequeña para gastos extra (cumpleaños, aniversarios, compromisos varios), saca un porcentaje total y redondea.

Ya sabes qué gastarás durante los 31 días del mes y cuál es la cifra exacta de cada día. Ni un peso más ni un peso menos. Dispón únicamente de ese dinero a partir del nuevo mes y saca presupuesto exacto por día o por semana. A partir de ese momento conoces cuánto puedes ahorrar por semana e ir disponiendo ese dinero de acuerdo a la prioridad de tus deudas.

4.    Tarjeta de crédito y débito, en casa:
Ya tienes un presupuesto semanal. ¿Para qué cargar con tarjetas? Saca el dinero presupuestado cada 8 días o cada quincena y no necesitarás del dinero plástico: éste solo se convierte una tentación y en el trampolín para deudas futuras. De hecho, eliminar por completo las tarjetas de crédito, te quita un peso de encima enorme y ahorrarás en un espacio de tiempo mucho más rápido.

5.    Con tabla en mano: Consigna en una tabla de Excel tu presupuesto diario y semanal, incluyendo los extras o gastos inesperados. Agrega una columna donde indiques qué deuda vas pagando y qué  deudas faltan. Titula cada deuda con no más de 3 palabras. De esa forma tienes una idea general de lo que está pendiente, sin que necesariamente se reflejen en cifras.

6.    Crea una cuenta alterna:
Deposita allí todo el producto de tu ahorro semanal, por mínimo que sea. Es una cuenta para guardar, jamás para sacar. Si te sientes más segura, entrégale a una persona de mucha confianza la tarjeta de dicha cuenta. Muy pronto tendrás un fondo de ahorros inmóvil que no acondicionarás para ningún tipo de gasto. Los extras o emergencias nunca saldrán de allí. No tendrás descuadres de cuentas y ahorrarás más rápido de lo que creías. 

7.    Plan de ahorro: A través de tu empresa o banco, se debita cierta parte de tu dinero, en este caso, tu sueldo, para ir pagando montos con tus entradas salariales de cada mes o quincena. Este procedimiento también lo puedes realizar tu misma consignando en una cuenta aparte  una cantidad específica. Hazlo el primer día  de tu pago o de lo contrario, quedará en “veremos”.

8.    Una entrada extra: Un “empujoncito” no está de más, incluso si las ganancias son pocas: todo dinero extra que llegue será rentable. No utilices este producido para gastos varios o como dinero de bolsillo, pues no estarás haciendo absolutamente nada y te estarás esforzando de más sin ningún resultado visible. Deposítalo en tu cuenta alterna. Por muy pequeña que sea la ganancia, hará la diferencia. También puedes vender objetos, ropa, etc. entre conocidos y familiares; realiza una rifa, haz una venta de garaje o subasta por Mercado Libre   cosas que ya no necesites. Sé recursiva y el resultado será en billetes.

9.    Asesoría: Si tu cabeza se vuelve una maraña cada vez que le ingresas números y haces cuentas, acude a un especialista o conocedor del ámbito financiero. Las personas que manejan grandes cantidades de dinero, como los empresarios,  tienen la óptima organización mental y física para administrarlo.

10.    Reducción de lujos y planes de ocio: Ahorrar implica sacrificio. Si no quieres pasar tu vida entera diciendo cada mes “es que debo mucha plata”, debes renunciar a ciertos lujos, por lo menos por un tiempo. Si antes salías con tus amigos una vez a la semana, hazlo una vez al mes. Lleva tu almuerzo al trabajo por un tiempo, trata de comer en casa y no por fuera y evita tomar taxis para transportarte. Luego habrá tiempo para comprar ropa, maquillaje, decorar la casa o viajes de ocio cada puente festivo.