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Decisiones inteligentes

, 17/1/2011

¿Estás pensando en cambiar de trabajo?, ¿Cambiar de carrera?, ¿Casarte?, ¿Irte a vivir a otro país? Revista Fucsia.com te aconseja

Decisiones inteligentes, foto: Thinkstock - Foto:

Por RevistaFucsia.com

Todos los días tenemos que tomar decisiones, que van desde si vamos a desayunar con plan blanco o integral, hasta si nos vamos a mudar con nuestra mejor amiga. Y algunas veces tomamos decisiones a la ligera, sin pensar en las consecuencias, y otras veces sucede lo contrario, pues no actuamos y dejamos pasar las oportunidades que se nos presentan.

Nuestra buena capacidad para tomar decisiones se hace más importante a medida que crecemos. Científicos del Colegio de Medicina de la Universidad de Iowa descubrieron que los adultos mayores, a pesar de gozar de buena salud, tienden a evidenciar una mala toma de decisiones debido a daños relacionados con la edad, de una parte del cerebro llamada la corteza prefrontal ventromedial (VPC, por sus siglas en inglés). Esta parte del cerebro es responsable de la toma de decisiones y emociones (de hecho, la toma de decisiones depende en su mayoría de las emociones).

Cuando esta corteza se deteriora, las personas tienen dificultad en tomar decisiones relacionadas a las relaciones sociales y a aspectos financieros. El daño se atribuye al envejecimiento, posiblemente relacionado con medicación para reducir la presión arterial. Sin embargo, la buena noticia es que desde ya puedes reprogramarte para tomar mejores decisiones en todas las áreas de tu vida: personal, profesional y financiera.

1. Recopila información
Para tomar buenas decisiones, vuélvete una experta de la situación. Supón que tu corredor de bolsa te llama y te asegura que debes comprar una acción. Antes de tomar la decisión, investiga un poco tu misma acerca de la compañía, su trayectoria, sus socios, etc. Usa todos los recursos necesarios que tengas a la mano: internet, televisión, revistas, libros, tu corredor, amigos de amigos, etc., para encontrar la información que necesitas. Haz bien la tarea y pregunta mucho. Teniendo una perspectiva de la situación es mucho más fácil tomar decisiones. El conocimiento es una herramienta poderosa.

2. Piensa por ti misma
A pesar de que escuchar otros puntos de vista puede ayudarte, a veces es más fácil dejar que otros tomen la decisión por ti, aunque tengas el presentimiento de que tu primera decisión es la correcta. Además, pensar y decidir por ti misma es empoderante, pues te hace responsable y te hace ajustarte a los retos de cada día. Y por último, cuando es tu decisión, es más probable que la implementes.

3. Evalúa la situación de acuerdo a tus metas
Profesionales o personales, las metas encaminan nuestras vidas. En un mundo ideal, las decisiones que tomemos son pasos hacia nuestras metas. Por eso, cuando tengas que tomar una decisión, pregúntate de qué manera te puede acercar o alejar de esas metas. Por ejemplo, si tu sueño es hacer un viaje largo por Europa, lo más sensato es que desistas de ir a Cartagena por el fin de semana y de comprar esos aretes de diamante, para así ahorrar para tu viaje largo.

4. Haz una lista de los pros y contras
Aunque no lo creas, ayuda mucho ver las consecuencias de una decisión cuando la ves escrita en papel y lápiz. Digamos que tienes que decidir ya sea aplicar para un trabajo o cambiarte de carrera. Simplemente haz una lista de las ventajas y de los contras en un pedazo de papel y ponla en tu nevera o en el espejo del baño. Piensa en las consecuencias de cada decisión, tanto en las positivas como en las negativas.

5. No te apresures, toma tu tiempo
Según Maggie Greenwood-Robinson, Ph.D., autora de 20/20 Thinking, no debes tomar una decisión hasta que no tengas que tomarla. Toma tu tiempo. Cuando te relajas, e incluso cuando te alejas de esta decisión, puedes llegar a una nueva perspectiva. Esto incluso ayuda a tu subconsciente a llegar a hacer buenas decisiones. Después de una semana ese vestido que cuesta tres veces tu sueldo puede no ser tan buena idea (y estuviste a punto de pasar tu tarjeta de crédito), y estar a punto de decirle a tu novio que se vayan a vivir juntos (con apenas 2 semanas de estar juntos) puede haber sido un gran error.



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