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Descubre los mensajes ocultos de los sueños

RevistaFucsia.com, 4/7/2012

Desde la mirada del psicoanálisis, los sueños son un intento de cumplir deseos. Desentrañar el lenguaje de esos mensajes es un desafío de auto conocimiento.

Thinkstock. - Foto:

Todos nos dejamos fascinar, en algún momento, por el enigmático lenguaje de nuestros sueños, esas producciones que nos pertenecen y que, sin embargo, son a veces tan difíciles de comprender.

‘Freud decía que los sueños son un intento de cumplimiento de un deseo’, dice Ariel Gutiérrez, licenciado en psicología. ‘En los sueños hay un proceso de desconfiguración: los deseos aparecen desfigurados por la censura, una especie de aduana que rechaza alguno de ellos’, explica el profesional.  

Pero como los deseos son persistentes, insisten en visitarnos, adoptando contenidos que no siempre son fáciles de desentrañar. ‘Freud plantea la censura como una cuestión cultural – explica Gutiérrez-. A través de prohibiciones culturales aprendemos lo que está bien y lo que está mal’.

El profesional destaca el valor de los sueños para comprender los procesos personales. ‘A veces los sueños permiten clarificar un conflicto; van a dar una nueva verdad, un sentido diferente, permitiéndonos conocer cuál es la conflictiva en juego’.

‘Tenemos que trabajar con nuestros sueños, es bueno prestarles atención porque son una producción propia. Es lago que a uno se le abre y a veces nos ayuda a ver cómo nos va. Aunque dan la sensación de ‘ser de otro’, los sueños son de uno, tienen un sentido propio y una verdad que es nuestra’. Animarse a escuchar esa verdad, dice Ariel, puede cambiar una situación y contribuir con la comprensión de un problema.

Fantasías infantiles
Si hablamos del fascinante mundo de los sueños infantiles, el experto, aclara que, en los niños, la censura es menos masiva que en los adultos.

La etapa más fértil de los sueños de los chicos se da entre los 3 y los 5 años, porque es cuando empiezan a separarse de los padres, proceso existencial que genera cierto conflicto. ‘Por un lado, ellos necesitan separarse, pero a la vez hay terror de hacerlo. Los padres son su sostén de identidad, quienes los nombran, los que les dicen quiénes son. Por eso, separarse los asusta’, puntualiza.

Aunque ocurren en forma esporádica, las pesadillas infantiles permiten al niño elaborar algo que sucede. El sueño ayuda a restaurar lo que está herido y, dado que los chicos pueden empezar a contar lo que sueñan desde que empiezan a hablar, es bueno alentarlos a hacerlo porque, contarlo, es también una función elaborativa.

¿En qué momento las pesadillas se convierten en algo que requiere consulta? En los chicos, como en los adultos, las señales las da, en buena medida, el sentido común: ‘cuando el dolor se sostiene, indica que el aparato psíquico no logra resolver eso que lo hiere; se pierde un equilibrio, hay una herida que no cicatriza y sigue abierta’, puntualiza el Dr.

Esta persistencia de las situaciones dolorosas, como las pesadillas o los sueños traumáticos , puede requerir una consulta para determinar por qué la persona que los padece no puede salir de ese estado de dolor.

Arduos o fascinantes, los sueños nos permiten pasarlos por alto. Abrir la puerta a su lectura, y atreverse a escuchar lo que nos cuentan, puede ser un fascinante camino de auto conocimiento.