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Discutir sin perder el control

, 14/1/2010

Por más ofendida que te sientas o así estés segura de que tienes la razón, hay ciertas normas para discutir civilizadamente.

Estas recomendaciones te serán útiles tanto para aplicarlas en tus relaciones sentimentales como en las familiares y laborales. - Foto:

En ocasiones la adrenalina de un altercado o querer imponer tu voluntad sobre la de tu interlocutor puede llevarte a perder el control y entrar en una pelea poco razonable y extremista. Para que esto no te pase sigue estas sencillas recomendaciones que te ayudarán no sólo a mantenerte en tus cabales, sino también a expresar y defender tus ideas correctamente.

Las reglas
Estas recomendaciones te serán útiles tanto para aplicarlas en tus relaciones sentimentales como en las familiares y laborales.
1. Mira a los ojos. Para expresar tus ideas con claridad y tener la certeza de que tu interlocutor las valora, debes mirarlo a los ojos porque de lo contrario parecerás una persona insegura.
2. A buena distancia.
Estar lejos de la persona a la que le hablas te puede llevar a gritar y en consecuencia, tus palabras se pueden malinterpretar. En caso contrario, es decir cuando te acercas demasiado a tu interlocutor, éste se puede sentir amenazado e invadido en su espacio. Para evitar esto la recomendación es mantener una distancia prudencial.
3. El otro también existe.Permite que el otro también hable, no lo interrumpas y presta atención a lo que dice. Una vez la persona haya terminado, respira profundo y piensa bien antes de refutarla. Así lograrás defender tus argumentos sin que parezca que estás agrediendo.
4. Sin interrumpir.Evita a toda costa terminar las frases de la persona con la que discutes porque lo único que logras es romper con la comunicación y favorecer los malos entendidos.

Expresando lo que sientes
Hay quienes aprovechan tus inseguridades para poner la situación a su favor. De ti depende que eso ocurra pues si no pones en práctica las anteriores reglas básicas, seguramente tu interlocutor ganará más confianza y serenidad para afrontar la situación.

Por otro lado es muy importante que también aprendas a expresar tus sentimientos correctamente, no sólo para que le queden claros a la otra persona y así ésta pueda actuar, sino para que te sientas liberada y menos enfadada.

Para lograrlo ten en cuenta estas recomendaciones:

* Di lo que sientes sin rodeos, sin miedos y con total sinceridad. Recuerda que la otra persona no es adivina y por lo tanto debes ser clara al exponer cómo te sientes y qué te gustaría que cambiara.
 No guardes resentimientos pues lo único que lograrás es llenarte de malos ratos y entrar en una discusión interminable.
 * Expresa lo que sientes en el momento sin esperar a acumular una gran cantidad de descontentos que luego te harán ver la situación como irremediable.
* Evita las malas palabras y la agresividad pues estas actitudes no favorecen en nada la comunicación y el buen entendimiento. Con ellas sólo lograrás que tu pareja o interlocutor se ponga a la defensiva o que las ofensas marquen negativamente la relación. Cuando sientas que no puedes controlar esa rabia entonces respira profundo, si puedes toma un poco de agua y recuerda que li que digas palabra dicha no tiene marcha atrás.
* Busca respuestas y soluciones. En ocasiones las discusiones se vuelven interminables porque ninguna de las dos partes se toma el tiempo para pensar una solución que le convenga a los dos. Tú puedes tomar la iniciativa.