Gusto de las mujeres
El gusto de las mujeres no es tan impredecible
Rasgos masculinos como una mandíbula grande o una región de las cejas prominente pueden reflejar ciertas características como la fuerza, la virilidad o un buen sistema inmune.

Los rasgos opuestos, sin embargo, parecieran ser menos atrayentes. Así lo muestran algunos estudios que favorecen la teoría de que las mujeres prefieren cierto tipo de hombres y que estas preferencias están asociadas a factores externos como la salud y las tasas de criminalidad de una sociedad.
Algunos estudios como los publicados en The Economist muestran que la agresividad se acepta cuando se dirige hacia amenazas externas pero no dentro del hogar, de la misma manera en la que la “experticia” sexual asegura la reproducción pero a menudo va de la mano de la promiscuidad y el descuido de los deberes parentales.
Al momento de escoger una pareja, una mujer debe decidir entre priorizar los genes selectos del macho o el amor y el cuidado del “debilucho”. Lisa DeBruine de la Universidad de Aberdeen (Inglaterra), cree que las mujeres de hoy siguen afrontando el mismo dilema y que la decisión final está determinada por factores inconscientes.
En un estudio publicado a principios de este año, DeBruine encontró que las mujeres de países con malos indicadores de salud preferían a los hombres con rasgos más masculinos que aquellas de países con estadísticas más saludables. El estudio concluyó que donde la enfermedad es común, procrear herederos sanos prevalece sobre tener un hombre que cuide de ellos. En climas más saludables, por otro lado, los “debiluchos” tendrían más oportunidades.
Robert Brooks de la Universidad de New South Wales (Australia) llegó a otra conclusión. El estudio publicado en la revista científica Proceedings of the Royal Society reporta que más que el estado de salud de una sociedad, es la competencia y la violencia entre los hombres lo que mejor explica la preferencia de las mujeres por la masculinidad. Los hombres con estas características se desempeñarán mejor al momento de proveer a la madre y a sus hijos en un ambiente hostil.
Brooks también encontró que el índice de homicidios influye al momento de predecir la preferencia de las mujeres por rostros más masculinos.
En otro estudio reciente hecho por la Dra. DeBruine, se les pidió a 124 mujeres y 117 hombres que calificaran el atractivo de 15 pares de caras femeninas y masculinas. Los rasgos de estas se modificaron sutilmente para que se vieran solo un poco más masculinas o femeninas. Otras se mostraron un poco asimétricas, esto porque la simetría indica la idoneidad de una potencial pareja que, en ambientes hostiles, garantizaría una descendencia saludable.
De acuerdo a la hipótesis de la Dra. DeBruine, aquellos a los que se les mostraron rostros con los rasgos menos simétricos y masculinos, deberían presentar una mayor predilección por las fotos con características más masculinas, femeninas o simétricas.
Esto fue precisamente lo que pasó cuando se les pidió a los participantes que calificaran las fotos una vez más. Pero solo funcionó con el sexo opuesto. Las imágenes de individuos menos atractivos no alteraron lo que mujeres y hombres encontraban más atrayente en su propio sexo. Esto significa que la selección natural está actuando.
Se requiere más investigación para confirmar estos hallazgos y para ver si otros factores, como los índices de criminalidad, tienen alguna influencia en las preferencias fisionómicas de las personas.
Por ahora la mayoría de hombres que no lucen como Brad Pitt pueden conformarse con que esto importa poco si su ambiente permanece radiante.