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¿Eres adicta al trabajo?

, 28/6/2010

Pasar más de 12 horas desarrollando tus actividades laborales puede aumentar considerablemente el riesgo de padecer enfermedades. Lee más.

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En la actualidad es muy común que las mujeres con o sin hijos se vean sometidas a largas jornadas de trabajo para cumplir con éxito todas sus expectativas profesionales. Las personas que basan su vida en este modelo se conocen como adictos al trabajo o workaholics y son fácilmente identificables, no sólo por la cantidad de horas que pasan en las oficinas sino también porque tienden a ser de mal genio y fácilmente irritables.

El fenómeno se presenta a cualquier nivel y muchas veces es inconsciente, lo que lleva a la persona a exigirse cada vez más. Luego de un tiempo aparecen las consecuencias:

• Agotamiento extremo: por lo general no se manifiesta durante la jornada laboral sino en los momentos en los que aparentemente se está descansando. Esta es la razón por la que hacer ejercicio, salir a caminar o ir al supermercado resultan actividades sumamente desgastantes. Además, cabe resaltar que el sueño no es reparador.

• Temperamento irritable: dado que las personas adictas al trabajo son capaces de cumplir con un sin fin de actividades simultáneamente, les resulta muy irritante que sus compañeros de trabajo comentan errores o prefieran darle prioridad a lo familiar que a lo laboral.

• Falta de concentración: llega un punto en el que las responsabilidades son tantas y la capacidad de delegar tan poca, que el cerebro no puede concentrarse y comienza a olvidar algunas cosas. Esto no significa que la persona esté perdiendo la memoria, sino que tiene tantas obligaciones que mientras desarrolla una va pensando en cómo hará la otra, lo que lleva a que la atención nunca se centre completamente en una sola tarea.

• Poca motivación: aunque en principio el exceso de trabajo tiende a disparar la energía de la persona, luego de un tiempo bajo el mismo ritmo la motivación se pierde y en consecuencia se piensa en cambiar de actividad o se replantean las prioridades.

• Enfermedades: se manifiestan de diversas maneras. Al comienzo con ligeros dolores de cabeza, dolores de espalda, caída del cabello, somnolencia, otitis, intoxicaciones menores o gastritis. Luego se tornan más complejas, lo que conlleva a incapacidades que por lo general el empleado no cumple de sólo pensar en que el trabajo se le va a acumular o por creer que es indispensable. Al final, la persona se ve obligada a ausentarse del trabajo por varios días dado que ya no tiene la energía suficiente para afrontar los malestares, o en el peor de los casos a renunciar.

Cabe destacar que el fenómeno de la adicción al trabajo es la causa del 40% del ausentismo laboral.

Soluciones
Si crees que eres voluntaria o involuntariamente una adicta al trabajo, entonces toma algunas medidas para controlar tu ritmo laboral y de esta manera evitar enfermedades graves a futuro. Puedes intentar:

Pedir reasignación de tareas.
Ser muy estricta con tus horarios, tanto de llegada como de salida y de descansos para almorzar.
Ponerte un límite de horas para trabajar.
Planear actividades extralaborales que te obliguen a salir de la oficina.
Comer sanamente.
Darle valor a tu tiempo, sobre todo si debes trabajar los fines de semana.
Aprender a delegar.