Esencias florales para controlar las emociones

El estrés de cada día genera un sin fin de emociones que nos cuesta controlar, de ahí que de sentimientos como la ira, el rencor, el miedo o el egoísmo surjan enfermedades como el hipotiroidismo, la migraña o la gastritis.

¿Cómo prevenirlas? Los métodos ancestrales sugieren usar esencias florales, preparaciones a partir de flores frescas de cultivo, remojadas en agua mineral. El sol es el encargado de conservar la energía de cada flor y actualmente son utilizadas como un estabilizador emocional.

Esta forma de medicina natural acoge la idea de que existe un tipo de flor para sanar cada emoción negativa. Así lo creyó el médico Edward Bach a principios del siglo XX, tras crear 38 esencias florales para cada sentimiento negativo del ser humano.

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Quizás hayas escuchado hablar del famoso ‘rescate’ unas gotas para los momentos de ansiedad. El nombre ‘rescate‘ se pensó como un remedio de primeros auxilios para ayudar a quienes no logran manejar las situaciones difíciles. Se consideró como esa ayuda extra que deberías cargar en tu cartera en esos momentos en los que sientes que ya no puedes más.

Si sientes que te falta fortalecer tu inteligencia emocional, eres extremadamente sensible, te cuesta superar algunas situaciones, te tomas todo personal y actuas de forma precipitada antes los problemas, usar esencias florales puede ser una buena alternativa.

Estas son algunas esencias que te ayudarán a controlar tus emociones: 

Olmo: para la angustia y preocupación.

Olivo: para el agotamiento y la fatiga.

Rosa silvestre: para quienes sienten falta de motivación y desinterés.

Roble: para quienes buscan lo que quieren y están obsesionados con el trabajo.

Mostaza: para  la tristeza sin un motivo exacto.

Pino: para el sentimiento de culpabilidad.

Pero además de usar las esencias, es importante que seas consciente de tu emocionalidad. Evita tomar decisiones en caliente, deja que tu mente asimile los obstáculos y busque una salida lógica para ellos. Escribe lo que te molesta, así lo exteriorizas y lo dejas ir. Dedica unos minutos al día para respirar de forma consciente y estirar tu cuerpo. Prográmate para pensar de manera positiva y busca actividades que te llenen de energía.