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Infiel y deprimida. Cómo, cuándo y por qué existen los cachos

RevistaFucsia.com, 21/11/2011

Una pena de amor es devastadora por donde quiera que se le mire, pero cuando has sido parte de un triángulo amoroso del que no te habías dado por enterada, el baldado de agua fría es más aterrador y duradero. No te quedes puliendo los cachos y sal por la puerta grande.

Foto: Thinkstock - Foto:

¿De dónde tan “cachón”?
Hay algo a lo que estamos expuestos. Ni el hombre más santo ni la mujer de la casa se salvan de la atracción con extraños: siempre le gustarás  a alguien más o alguien más te gustará a tí aunque estés comprometida.

Somos vulnerables a este tipo de contacto placentero con extraños y no debes sentirte culpable de ello si no dejas que pase de ahí. Incluso podrás atravesar por una etapa de “infidelidad emocional” que también debes aprender a controlar y a parar a tiempo o  terminará haciendo estragos en tu relación. Sin embargo, no te des látigo (ni dárselo a él). Nuestro consejo: frena en seco.

¿Quién engaña y por qué?
Donna Falgg, fundadora del The Krysalis Group, resume la infidelidad en 5 simples causas que son muy comunes dentro de una relación sin conflictos aparentes:

1. Necesidad de atención: Ser querido y deseado más de la cuenta, es uno de los motivos principales para dar el arriesgado paso de involucrase con alguien más a escondidas. Lo que se busca es atención, de ahí a que terminar una relación estable no sea una opción si alguien más brinda este tipo de requerimiento. Se hace aún más intenso cuando el grado de deseo es fuerte y recíproco: la adrenalina, revivir los primeros momentos emocionantes de cualquier relación, nos hacen creer que vale la pena arriesgarse.
 
2. No hay preocupación por el efecto sobre la persona a la que has prometido fidelidad, o al menos no lo suficiente como para controlar impulsos, deseos y / o libido. Cuando se continúa en este ciclo vicioso, los sentimientos de un tercero no son tenidos en cuenta, escudándose del hecho de que es algo difícil de controlar.

3. Ponerse a sí mismos y a sus propias necesidades en primer lugar: Cuando la felicidad propia prima por encima de la felicidad de tu pareja, dar marcha atrás es más difícil. Ya no existe una dualidad, solo el valor individual de quien engaña.

4. Estás aburrida y buscas entusiasmo en la pasión y / o el romance: La monotonía y la cotidianidad son una de las excusas más recurrentes cuando una persona infiel trata de escudar sus actitudes. Cualquier actividad excitante y fuera de la rutina, activa de inmediato la felicidad y el placer de la persona.

5. Mínimo contacto sexual con la pareja: Las “cachondas o cachondos” se justifican con la necesidad biológica de tener que recurrir a terceros para conseguir sexo. Este fenómeno es una de las bases con las que con más vehemencia se defienden los infieles, pues alegan que solo hay contacto sexual y que no pasa de allí. Para quienes engañan, el sexo es solo sucumbir a la tentación, un goce momentáneo y físico, pero no significa traicionar a su pareja.

¡Con las manos en la masa! Signos de la infidelidad
No se trata de lógica ni mucho menos de convertirse en una espía dentro de tu propia relación. Tampoco hay que tomar decisiones radicales si estas señales comienzan aparecer: pueden existir otros problemas de fondo que estén matando la pasión y que hacen que tu hombre se aleje paulatinamente.

Sin embargo, estos indicios te dan en qué pensar al momento de analizar qué pasa contigo, con él y con las “otras” que merodean. Tu intuición no es la mejor herramienta: el análisis de su comportamiento y vida social, sí.

•    Tu pareja vive tensa la mayor parte del tiempo y pierde fácilmente los estribos o el control de sus emociones.
•    Es difícil ubicarlo o contactarlo cuando está con sus amigos, en una fiesta o noche de tragos.
•    Tiene amigas en Faceboook, MSN o BlackBerry de las que nunca has oído hablar. Aunque exclusivamente no significa que te está engañando con alguna de ellas, el hecho de que un gran número de mujeres que ni siquiera conoces o que niega conocer tengan un contacto cotidiano con él, da muestra clara de que se inclina por el “coqueteo inofensivo” con personas del sexo apuesto.
•    No recibe llamadas delante de tí o las rechaza en tu presencia.
    Él propicia discusiones fuertes sin motivo aparente. Tiene arranques de mal humor, de ternura y de arrepentimiento todo el tiempo. Es una montaña rusa de emociones y no te explicas por qué.
•    Lo has agarrado en mentiras recurrentes sobre sus salidas, sus amigos, su trabajo y gastos innecesarios de dinero.

¿Darte o no darte otra oportunidad? Esa es la cuestión

Antes de crucificarte por tus acciones, qué hiciste mal y qué hiciste bien, debes tener claro que a menos que tu también hayas engañado a tu pareja, la culpa no recae sino sobre el otro: nada es excusa para una infidelidad.

Quien no se siente conforme con alguien, lo expresa y pide un nuevo espacio sin herir a alguien más. Este triángulo de mentiras es de los más peligrosos en una relación ya que da paso a más mentiras  y de todo calibre. Un engaño es como una bola de nieve: si no lo detienes, nunca parará de crecer. Haz lo que tu corazón y razón te piden.

¿Eres capaz de perdonarlo sin reproches? Una relación es para estar contentos, divertinos y gozar de placeres que solo una pareja nos puede ofrecer, pero si en cambio estás llena de inseguridades, rencores y dudas, lo mejor es que le digas adiós.

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