¿Quién dijo que comer bien significa una dieta restrictiva?

Fucsia.co, 14/4/2015

La clave de una buena nutrición está en adoptar hábitos alimentarios que sean sostenibles en el tiempo, como parte de un estilo de vida saludable. Expertos te dan consejos para lograrlo.

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No cabe duda de que alimentarse correctamente y, al mismo tiempo, lograr mantener un peso adecuado a las características propias de cada individuo es un arte que se aprende con los años y un poco de información. Para alcanzar tan anhelada meta, y mantenerla en el tiempo, hay que empezar por entender que llevar una dieta restrictiva, aquella en la que se suprimen algunos alimentos básicos del menú diario, no es el camino.

Para Alejandra Nader, nutricionista holística del Institute for Integrative Nutrition de Nueva York, alrededor de la comida circulan una serie de creencias que están bastante alejadas de la realidad. “Nos vendieron la idea de que para comer bien es necesario restringirse. Pero hacerlo implica ingerir todos los macronutrientes (carbohidratos, grasas y proteínas) y los micronutrientes (vitaminas y minerales) cada día”.

Quienes se someten a regímenes rigurosos, generalmente por un deseo de perder peso y sin la supervisión de un especialista, se exponen a dañar su metabolismo, padecer anemia, déficit de calcio, problemas de memoria y concentración, sentir tristeza o ansiedad, afectar la tiroides o, en casos más extremos, adquirir un trastorno de la conducta alimentaria grave como anorexia o bulimia.

Por esta razón, la recomendación es elegir una dieta, término que alude al estilo de alimentación de cada persona, que respete el ritmo de vida, la constitución del organismo, la talla, la edad, la actividad física y el estado de salud entendiendo que es más importante ser saludable que encajar en el prototipo de 'mujer perfecta'; es decir, extremadamente delgada, erróneamente difundido porque no corresponde con la mujer real.

De acuerdo con voceros de Kellogg’s, empresa que lidera la campaña 'Más vida, menos dieta' de Special K, las mujeres de hoy "deben buscar la satisfacción personal bajo sus propios términos, sin perseguir falsos estereotipos e inalcanzables modelos, a través de un estilo de vida saludable y divertido". Añaden que uno de sus propósitos es inspirarlas para que aprendan a cuidar su figura de manera sencilla y completa con el objetivo de que alcancen su mejor versión sin restricciones.

Desafortunadamente, el culto al cuerpo y el tributo a las dietas restrictivas se mantienen vigentes hoy en día. Según Diana Marcela Peña, médica siquiatra vinculada a la Universidad de la Sabana y a la Dirección de Sanidad de la Policía Nacional, el problema radica en que se asocia la delgadez extrema con el éxito, la belleza, el poder y la autoestima, especialmente en la cultura occidental.

"Se ha propagado un ideal de mujer ejecutiva, independiente y autosuficiente que controla su cuerpo, su alimentación, su ambiente y sus relaciones interpersonales, lo cual afecta particularmente a los adolescentes, el grupo más vulnerable, que al recibir el mismo mensaje de los medios de comunicación y la publicidad comienzan a interiorizarlo, en ocasiones influenciados por sus mismos padres", asegura.

En opinión de Luisa Fernanda Tobar, nutricionista dietista y profesora de las asignaturas cultura alimentaria y hábitos alimentarios de la Universidad Javeriana, la obsesión por la figura predomina sobre todo en la población joven, pues quienes están entre los 30 y 40 años han ganado una conciencia más elevada sobre la importancia de disfrutar la vida sanamente sin estar pendientes del número de calorías consumidas.

La tarea consiste en comenzar a educar a las generaciones más jóvenes para que entiendan que “el cuerpo de la mujer no debe emplearse como herramienta de consumo. Los educadores y padres de familia tienen la responsabilidad de ayudarlos a aumentar su autoestima enfocándose en los valores espirituales, intelectuales y artísticos”, asegura Diana Peña.


¿Cómo lograr una dieta equilibrada?

La gran diferencia entre un régimen demasiado inflexible y una buena nutrición es que en el primer caso la persona se abstiene de comer aunque no se encuentre satisfecho. En el segundo caso, no obstante, se trata de escuchar el hambre que se tiene y el estado del organismo antes de ingerir alimentos.

“Más que escuchar lo que dicen los demás o lo que dicen las dietas de moda, las personas deben aprenden a escuchar su cuerpo. Cuando lo hacen, saben que después de un fin de semana de mucha ingesta calórica, lo mejor es comer liviano pero sin aguantar hambre”, asegura Alejandra Nader, quien explica que también se debe estar atento a los antojos porque, en ocasiones, indican la falta de algún nutriente o deshidratación.

Por otro lado, se debe procurar incluir todos los macronutrientes en cada comida, especialmente cuando la actividad física es intensa, compuestos por carbohidratos como la papa, el plátano o la yuca; grasas y proteínas de origen animal como la res, el pollo o el pescado o vegetal como los frutos secos, los granos, la quinua y el tofú. Además, no hay que olvidar los micronutrientes presentes en las frutas y las verduras.

El consejo de Alejandra es controlar los carbohidratos (mejor si son integrales), sin dejarlos de lado, y no descuidar las proteínas que deben cobrar el mayor protagonismo en el plato. Dado que muchas personas no ingieren suficientes proteínas en el desayuno (huevos) y la comida, la porción del almuerzo debe ser generosa; del tamaño de la mano extendida y tener dos dedos de espesor.

Por último, evitar las comidas procesadas, las harinas y azúcares refinados, la crema de leche, las preparaciones fritas y optar por los alimentos frescos y más cercanos a la tierra. “Si lo que se busca es bajar de peso, se pueden excluir los carbohidratos en la noche y hacer 20 minutos diarios de ejercicio. No hay que olvidar que la actividad física también es un alimento imprescindible para el buen funcionamiento del cuerpo”, puntualiza.