El sexo no envejece
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Llegar a la tercera edad no significa que el deseo sexual se agote o que la vejez sea el sinónimo de su despedida.
Existen factores que pueden influir en la pérdida del apetito sexual como los problemas urinarios, disfunción eréctil, depresión y salud física y mental, entre otras. Pero cuando estos factores no afectan de manera contundente el ritmo sexual se sigue generando.
Es importante aclarar que estos puntos no dejan de ser estereotipos o simplemente desinformación con respecto a la vejez y al sexo.
El sexo a menudo es un equilibrio de emociones, de creatividad y de búsqueda. La pareja debe estar dispuesta a enfrentarse para combatir la monotonía y el aburrimiento, la culpabilidad y lo que más atañe en estos casos, la vergüenza.
Para combatirlo la pareja debe estar reconciliado con su cuerpo, potenciar la creatividad, reconocer sus puntos de placer e intervenir en los temas de debilidad como la soledad o la pena.
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