“Esa inspiración de mi padre en el deporte me ayudó a que hoy pueda ser la mujer resiliente que tiene sueños y anhelos”, Yajaira Gamboa

Soy Yajaira Gamboa y soy una mujer que “sirve porque una mujer líder es aquella que está al servicio de las demás personas. Pero también soy una mujer que transforma, transforma realidades adversas, una mujer que trasciende más allá de sus límites. Soy una mujer que inspira y el gran anhelo de mi vida es siempre motivar e inspirar a muchos”.

Así se define Yajaira, una mujer “orgullosamente negra”, como ella misma lo expresa, a quien la vida no se la ha puesto fácil, pues ha tenido que superar el hecho de haber sido víctima de la violencia en el Chocó, reinventarse y reconstruir el rumbo de su vida.

“Soy una mujer negra orgullosamente de mi tierra quibdoseña, desde que Dios me dio la oportunidad de nacer en esta tierra de gigantes y de mujeres resilientes. Actualmente, soy líder de una organización que se llama Aguilas del Chocó, soy contadora pública de la Universidad Tecnológica del Chocó y becaria de la Maestría en Gerencia y Prácticas del Desarrollo de la Universidad de los Andes”.

Un legado que le ha dado el impulso para liderar

El conflicto armado en Colombia marcó su vida desde la adolescencia, pues a su papá lo secuestraron cuando ella era solo una adolescente y nunca más volvió a saber de él. No obstante, él le dejó un gran legado para la vida de Yajaira y fue el amor por el deporte, pasión que la ha llevado a conseguir ser una basquetbolista profesional y a representar a su amado Chocó a nivel nacional e internacional.

“La ausencia de mi papá en la adolescencia que fue uno de los golpes más fuertes de mi vida, fue donde aproveché esa herencia del baloncesto que él me había dejado, donde el baloncesto se convierte en ese refugio, en esa esperanza, en ese momento de ese recuerdo de un padre que no estaba, que no está, pero que se convirtió también en la fortaleza de mi vida”.

‘Águilas del Chocó’, el deporte para transformar vidas

Yajaira está convencida que las mujeres tienen muchas luchas que enfrentar a diario, pero definitivamente la mujer negra tiene una lucha distinta y es la discriminación. Por eso decidió aprovechar esa herencia deportiva dada por su padre y unirla a una gran causa llamada Ágilas del Chocó, una organización que está transformando las situaciones adversas de muchas mujeres que viven en Quibdó y en varias poblaciones aledañas.

“Creo que Águilas ha ayudado también a combatir todas estas luchas, esa resiliencia en estas mujeres ha permitido que su liderazgo vaya mucho más allá de un color de piel y que trascienda en una región olvidada”.

A pesar de ser una víctima del conflicto armado, Yajaira no se victimiza por eso, sino que, por el contrario, cree que el sanar, el repararse y el ayudar a perdonar han sido las herramientas que le permitieron en un momento dado poder avanzar e inspirar a otras mujeres a las que se les han vulnerado sus derechos.

“Cuando sane mi corazón fue el momento de decir es momento para ayudar a sanar a otras personas y de ahí nace Águilas del Chocó (...)nosotros lo que hacemos es usar el deporte, especialmente el baloncesto, como un vehículo para poder brindar unas alternativas de refugio, para que el deporte en ellas se convierta también en esa esperanza, transformando realidades adversas en un territorio que necesita demasiado de estas iniciativas”.

Son ya 7 años que lleva esta lideresa trabajando por la comunidad del Chocó. Hoy son alrededor de 800 niñas y jóvenes en las que Águilas del Chocó ha impactado a través del deporte y de talleres formativos, de empoderamiento y de liderazgo.

Las mujeres unidas en el deporte

Además, Yajaira hace parte de un programa de ‘juntanza étnica’ que ayuda al fortalecimiento, al empoderamiento no solo de la mujer sino de esos liderazgos que se dan en las tierras del pacífico.

De hecho, Águilas del Chocó es el resultado de todas esas vivencias que vienen desde la niñez y así poder lograr ahora esa ‘juntanza’ con las jóvenes del Chocó. Así, el ejemplo que vivió entre las mujeres de su casa, hasta las herramientas que le han dado aquellas que ha conocido a lo largo de su vida y de su trabajo, le han servido para crear ese tejido social tan importante para fortalecer a las nuevas generaciones.

“En la medida que una mujer sea transformada, que una mujer practique un deporte va a ver una mayor motivación para atraer a otras mujeres a estas prácticas sanas”.

Y finaliza dando un mensaje a todas las mujeres: “algo muy importante que yo he aprendido durante toda mi vida es que una situación difícil no debe determinarnos a nosotros, ni condicionarnos para salir adelante. Puedes equivocarte, puedes cometer errores, puedes fracasar, pero todos estos de unas u otra forma serán el puente para lograr tus metas”.