Sexo

¿Es necesario tanto sexo?

Arnoldo Mutis, 2/7/2013

No hay un estándar para la frecuencia de las relaciones sexuales, sino que depende de aquello con lo que cada cual se sienta satisfecho. Revelaciones de una terapista de pareja.

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Una reciente encuesta mundial sobre sexualidad mostró que los suramericanos son quienes más hacen el amor a la semana, con el 85 por ciento de la frecuencia, una cifra significativamente alta en comparación con la de los norteamericanos, 58 por ciento, y que supera a la de todo el mundo, 71 por ciento. El estudio, realizado por la firma de mercadeo Harris Interactive para la marca de condones Durex, señaló además que los colombianos son los que están más satisfechos con su vida sexual, 68 por ciento, indicador superior al de Suramérica, que es del 63 por ciento.

Al decir de los expertos, el segundo indicador es el que más debería importarles a las parejas, pero la presión desatada por los medios y otros factores, como el auge de la pornografía en internet, generan a menudo una especie de ansiedad en las parejas acerca de si las veces que tienen relaciones íntimas son normales o no. Cuando sus consultantes le hacen esta pregunta, la psicóloga y sexóloga Pilar Aguirre suele responderles con un toque de humor: “¿Cuántas tazas de café es normal tomarse? Pues depende, así como hay a quienes no les gusta el café, hay quienes son abstinentes sexualmente y para ellos está bien porque para sus valores o su estado de salud es adecuado en ese momento de la vida”.

La doctora Aguirre, que es egresada de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá y desde hace más de 23 años tiene un consultorio privado de terapia sexual y de pareja, concluye que la frecuencia adecuada en esta materia es aquella con la que cada persona o pareja se siente satisfecha y aclara que son múltiples los factores que la afectan. Uno de ellos puede ser el momento de la vida en que cada cual se encuentre. “Sabemos que hay etapas en que la influencia de las hormonas es muy intensa. Entonces, aunque la cultura diga que no deben hacerlo, los adolescentes tienen relaciones sexuales porque sus niveles de deseo son muy altos”.

El número de encuentros también está dado por la edad, ya que lo más posible es que alguien de 70 u 80 años no tenga el mismo impulso de cuando tenía 30. Al respecto, la disponibilidad de pareja también tiene un papel importante, ya que, como explica la especialista, la asiduidad de las experiencias de cama de alguien que enviuda se ve en riesgo de disminuir dado que se le puede hacer menos fácil establecer un vínculo con alguien.

“Depende de si la persona está trabajando o si está de vacaciones”, anota la experta para demostrar cómo las condiciones de la vida cotidiana también tienen su injerencia en el asunto. “Una pareja que está de luna de miel no tiene trabajo, no tiene compromisos, no tiene hijos, entonces va a tener una frecuencia sexual alta. Pero esa misma pareja tres años después tiene un muchachito de un año, ambos están cansadísimos y lo único que quieren es dormir, ¿cuál sexo? Y no porque no piensen que sea importante, sino porque sus prioridades cambian a raíz de las necesidades que van encontrando como pareja”.

Pero a todas estas, ¿qué se entiende realmente por relación sexual? Pilar Aguirre puntualiza que puede abarcar desde una invitación a comer hasta el coito, pasando por los besos, las caricias, los abrazos, la masturbación individual o mutua y otras prácticas, pero en nuestro medio se entiende comúnmente que se trata de penetración. Ella cuenta además que a su consultorio llegan parejas en las que uno de los dos tiene más deseos o necesidades de que eso suceda al mes o la semana. La clave para resolverlo es llegar a acuerdos. “Algunas personas dicen: ‘Yo no quiero una actividad que tenga todo el preámbulo, sino que puede ser algo rápido’, los famosos quickies. Entonces, a veces llega uno a entender que para él es más importante el alivio sexual, la descarga, la eyaculación”, cuenta la psicóloga.

Los matrimonios o parejas establecidas pueden convenir en ello sin que ella se sienta usada o que no le importa a su pareja. Ella, a su vez, podrá pedir que en otras ocasiones se dé una relación con un largo preludio y mucho romance. Otra opción hipotética es que cuatro días a la semana haya coito y en un quinto la mujer satisfaga al hombre de otras maneras. “Si usted quiere, mastúrbese todos los días y yo lo aplaudo”, dice la doctora Aguirre jocosamente para significar que se trata de que hombre y mujer encuentren lo que cada uno necesita. Por lo demás, estos acuerdos no son camisas de fuerza, sino que se pueden ir revisando con el paso de los días.

En el caso de las mujeres que no están preparadas también puede darse poca motivación.
Explícitamente ello se refiere a que si su vagina no se lubrica bien, van a sentir dolor en el momento de la penetración y ello la va a alejar cada vez más de la intimidad sexual.

Tradicionalmente, se cree que los hombres son los campeones del deseo, pero lo que ha encontrado la doctora Aguirre, quien también estudió andrología en Estados Unidos, es que ahora suelen ser ellas las que los sobrepasan, a causa del estrés y los problemas de salud o económicos.

La sexóloga refiere que el desempleo aminora la libido de los varones porque lleva a que sus esposas o compañeras se conviertan en cabezas de familia proveedoras del hogar. Así, se da una alteración de la dinámica tradicional de la cultura machista, pues en tales casos es él quien se queda en casa y ella la que regresa del trabajo en busca de aliviar la tensión laboral a través del sexo. Pero muchas veces no puede consumar esos anhelos debido a los problemas de erección de su pareja, producidos acaso por la baja autoestima y la depresión, como consecuencia de su mala situación.

El que los esposos o compañeros sentimentales tengan tanta inquietud acerca de si tener relaciones todos los días o una vez a la semana está muy bien o muy mal, hoy también es producto de lo que publican los medios de comunicación. “En todo se quiere ver sexo, cuando ni todo es sexo ni nada es sexo”, dice Pilar Aguirre, quien advierte sobre el modo en que las revistas, especialmente, pero también los programas de radio y televisión, ofrecen lo que ella llama sexo fantástico, conformado entre otras atracciones por orgasmos rápidos, fáciles, múltiples e increíbles. “Hay unas presiones y unos modelos muy establecidos que lo que generan muchas veces es frustración y expectativas irreales”.

En efecto, en los últimos años se ha vuelto obligatorio para casi todas las revistas ofrecer artículos sobre cómo ser el mejor amante, cómo ser un volcán de pasión y otros sugestivos títulos, bajo la teoría de que ello es la clave del éxito de toda pareja. No obstante, la realidad es otra. La doctora Aguirre cuenta que la vida sexual decrece tanto en frecuencia como en calidad y cita una investigación según la cual el sexo intenso, muy pasional, dura en promedio dos años, tiempo que sobrevivirá la relación si no tiene otros elementos que hagan fuerte el vínculo.

A raíz de lo visto en su consultorio, la psicóloga puede concluir igualmente que la disminución de las relaciones de alcoba se da, pero aún así no siempre marca la ruptura de las uniones. Para compensar el desencuentro sexual, cada vez los cónyuges están acudiendo a las relaciones extramatrimoniales, relata, aceptadas muchas veces por sus parejas mientras sigan siendo las principales, no les armen escándalos y respeten sus casas. Hace un tiempo se diría que ello era exclusivo de ciertos hogares de la costa Caribe, pero ya no es extraño que sea una práctica extendida en toda Colombia. Es más, ya no son los hombres los únicos que buscan desfogar sus pasiones en otros brazos, sino que las mujeres se han vuelto muy dadas a no renunciar al disfrute de los placeres y se buscan un amante.