La pequeña ‘Matryoshka’ se renueva

Las matryoshkas, tradicionales muñecas rusas, inspiraron a la diseñadora Carolina Herrera para crear en el 2010 una línea de carteras que hoy es reconocida como un emblema de la marca. Se trata de una sencilla bolsa de cuero, marcada con las iniciales CH en bajo relieve y en llamativos colores como blanco, malva, azul marino y tonos metálicos, entre otros, en cinco tamaños que caben perfectamente una dentro de la otra, tal como esas artesanías inventadas en 1890.

Carolina “Junior”, como muchos conocen a la hija de la creadora venezolana, trabaja en las divisiones de perfumes y accesorios de la compañía y es quien le habla al oído a su madre. Decidió recibir el 2012 con una colección cápsula, bastante limitada, en la que intervino únicamente la ‘Mini Matryoshka’. “Su sencillez la convierte en un perfecto lienzo en blanco para, a través de combinaciones cromáticas, poder transmitir la fuerza del color. Finalmente me fijé en el más pequeño porque quería trabajar una pieza que solo permita llevar lo verdaderamente imprescindible”, le contó a FUCSIA Carolina, hija, desde Madrid. Quiere que se conviertan en “un objeto de deseo” y para la intervención se basó en los colores de la Colección Primavera-Verano 2012 que presentó su madre en Nueva York, a los que ella les añadió líneas y geometrías que derivaron en un estilo muy evocador del Bauhaus, la escuela de diseño y arte fundada en Alemania en 1919 por Walter Gropius.

“Me encanta el color y todas aquellas pequeñas cosas que hacen nuestra vida más divertida y alegre. Me gustan las formas sencillas, de líneas rectas, sin excesos, pero con un ligero e inesperado twist”, agregó Carolina, quien refleja en este trabajo su filosofía de vida, su gusto por el arte y la influencia de una mamá que siempre ha sentido especial predilección por los bolsos pequeños y muy femeninos.