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El lado oscuro de Yves Saint Laurent

, 31/5/2010

Dos años después de la muerte del afamado diseñador francés, aparece un libro, que revela su aparente personalidad malévola, viciosa y suicida.

Yves Saint Lauren - Foto:

Como “un crimen de lesa majestad” ha calificado un amplio sector de la crítica francesa el libro Saint Laurent, Mauvais gracon (Saint Laurent, chico malo), de la periodista Marie_Dominique Lelievre, quien revela, por primera vez, los bemoles insospechados de la personalidad de este modisto considerado un monumento nacional. Lo que ha molestado a tantos franceses, es justamente que la escritora se haya burlado de la leyenda que comenzó cuando Christian Dior lo escogido como su sucesor en su afamada casa de alta costura cuando sólo tenia 21 años.

El niño prodigio se convirtió en el rey de la moda en la segunda mitad del siglo XX, con un aura de poeta maldito, cuyo genio, según la verdad aceptada comúnmente, lo llevó a la tumba. “Los que lo mataron en realidad fueron las drogas y los excesos pero eso es algo que está prohibido decir”, declaró al Times Lelievre, quien en su libro enumera todas las adiciones del modisto: opio, cocaína, hashish, Coca-Cola, que bebía a cántaros.

Estas dependencia comenzaron en 1960, cuando, presionado por la prensa y ya siendo director de Dior, tuvo que ir a pelar a la guerra de su natal Argelia, donde pasó la mayor parte del tiempo confinado en una unidad psiquiátrica, apegado a los sedantes. De vuelta a Francia, Yves encarnó la locura de los años 60 y 70 con una vida de desenfreno el lado de amigos como Mick Jagger y Keith Richards, de los Rollings Stones, Marian Faithfull y la millonaria Talitha Getty, a quines invitó a su casa de Marrackech, para largas tenidas con heroína y su muy apreciado cóctel de cocaína, Whisky y Valium.
Leliévre descubre también el acoso que sufrió cuando niño en Argelia por ser afeminado. A los 15 años, su homosexualidad era obvia para su hermana menor Briguitte, quien le contó a la periodista que uno de sus primeros amantes fue Boualem, un albañil. Cuando él desaparecía, anotaba Brigitte, Yves también, y así se lo comentó un día a su madre Lucianne, quien le contestó: “Tu hermano es como el sexo de los ángeles”.

En los 60, los periodistas que comentaban el aspecto de niño bueno de Saint Laurent, “no tenían ni idea del chico malo en que se convertía de noche, cuando se arrodillaba y complacía a jóvenes árabes bajo las sombras de los puentes de París. Era como un adolescente frígido que coleccionada rudas experiencias sexuales para sentirse eufórico” escribe la biógrafa.

La autora entrevistó a amigos y colegas del modisto para la biografía y, en principio, hasta contó con Pierre Bergé, quien fuera el compañero sentimental de Saint Laurent por años y el artífice de su millonario emporio de modas. Pero después le retiro su aval y saboteó su libro, De él, la escritora narra como, todo el tiempo, tuvo que atajar las locuras de su amante, en especial cuando casi lo deja por Jacques de Bascherm el amante de otro modisto, Karl Lagerfeld.

Por todas esas historias, los fans del modisto hasta han agredido a su autora en la calle diciéndole “usted mató a mi sueño”: pero ella no sólo se sostiene en lo que dice su obra, sino que además, termina por atacar a lo único que para muchos no se le puede negar a Saint-Laurent: su genialidad como modisto. “ El solo era un costurero. No inventó el corazón artificial, no lideró ninguna revolución y no es el autor de obras maestras. Sus vestidos desaparecen cuando las mujeres los usan…”