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Los peligros de ser adicto a las compras

RevistaFucsia.com, 10/12/2012

Ir de tiendas puede ser desde una actividad frívola y divertida hasta una adicción seria, por lo que vale la pena echar un vistazo a la gravedad que pueden tener nuestros actos si somos aficionados a las compras.

Pantherstock. - Foto:

La vieja idea capitalista de querer acumular objetos tiene una satisfacción en el puro hecho de poseer cosas, más allá de lo que sea. Según un estudio del American Journal of Psychiatry un 6% de los estadounidenses sufre de este problema, que afecta de igual modo a hombres y mujeres.

El síntoma más evidente de esta tendencia que puede ser crónica es comprar por encima del presupuesto y de las necesidades de una persona. Este deseo se convierte en necesidad cuando ejerce un control sobre nuestra voluntad de decidir y varios estudios han sugerido que está principalmente motivado por una baja autoestima, aunque en muchos casos puede motivarse paulatinamente debido a campañas de marketing y publicidad o a las continuas ofertas.

Parte de la culpa de que este problema se agrave la tiene que socialmente las compras compulsivas no son mal vistas, aunque en realidad esconden otros comportamientos adictivos que controlan al individuo y que pueden desarrollarse de varias maneras. Cuando repetimos un patrón compulsivo como respuesta natural a una mala sensación o a hechos que consideramos negativos en nuestra vida, estamos asociando una sensación de bienestar con un comportamiento extremadamente perjudicial.

Varios sociólogos han apuntado que intentar comprar solo en rebajas puede ser una manera de no abusar de la tarjeta de crédito. Otros primeros pasos para paliar las primeras etapas de la adicción son hablar de las compras que se han hecho, llevar un cómputo del dinero gastado o preguntarse si necesitamos o si le daremos un uso útil a cada cosa que queremos comprar.

Por último, según el Instituto para la Recuperación de Adicciones en Illinois, las consecuencias ante las que vale la pena tratar el problema son un constante cúmulo de deudas en las tarjetas bancarias, aunque unido a problemas laborales, en las relaciones y síntomas de depresión y ansiedad.