Maison Alma: Con alma, vida ¡y abrigo!
Desnudar el espíritu y resguardarlo bajo una prenda de lujo ha sido el manifiesto de Daniela Bahamón, la bogotana que les dio el sabor artesanal a las vitrinas de Bergdorf Goodman mediante Maison Alma, su sello de sobretodos y carteras.

Maestría sartorial, diseño interior y color son los ingredientes que integran la receta con los que Maison Alma seduce a los amantes de la moda en Nueva York. Heliconias, cactus, palmas y bosques tropicales de tamaños XXL hacen dupla con las siluetas poderosas de los abrigos statement, que por estos días hacen del ‘Hecho en Colombia’ el imprescindible del armario de lujo mundial.
La propuesta de la marca, un sello tan francés como latino, replantea la relación de la mujer con el vestuario como espacio habitable, al hacer de las telas originalmente creadas para la tapicería –obra del legendario estudio parisino Pierre Frey– sus materias primas.
“Maison Alma busca ser un portavoz del alma de Latinoamérica, lo que escondemos en nuestras casas, la belleza oculta y aún virgen de nuestra naturaleza, de nuestros espacios, de lo autóctono. Todo ello se fusiona en una palabra: ‘alma’ y por eso, es la Casa del Alma”, explica Daniela Bahamón, la administradora de empresas y amante del diseño que gracias a la firma ha logrado llegar a países como México, Perú y Puerto Rico a través de su propuesta de lujo artesanal, la cual también brilla en la reconocida tienda departamental Bergdorf Goodman en la Gran Manzana.

Daniela Bahamón, foto Anna Rakhvalova
COLOR, HERENCIA Y ARQUITECTURA
Con Iris Apfel como musa eterna y un taller de sastrería bogotano, Daniela empezó su trayectoria en la industria en febrero de 2017 al exhibir su propuesta en su showroom en París. Arrancó pisando fuerte con la mezcla de tres valores estéticos: la familiaridad y libertad tan latinas de osar con el color en el arte, las construcciones y la ropa; la naturaleza en la ciudad, pues se inspira en la arquitectura, las casas y el urbanismo que no conocen límites entre la naturaleza y el concreto; y la herencia/resistencia, manejo de materiales reales que soportan el uso y se pueden suceder.
Tras cinco meses de su debut en París, llegó un equipo de artesanas al alma de Daniela, marcando un antes y un después en su propuesta. “Empecé con abrigos al ser las prendas que te visten durante seis meses, las piezas faro del clóset de un europeo o de alguien que viva en el hemisferio norte. Pero trabajando con el equipo de Esteban Cortázar para el evento de Colombia en Colette el año pasado, el diseñador me cuestionó sobre un punto importante: ‘No podemos tener tus abrigos porque son muy calientes y estamos planeando primavera/verano, pero si estos fueran otro objeto, ¿qué serían?’ Así nacieron las carteras, y aproveché para vincular una técnica artesanal colombiana que no había podido incorporar a los abrigos”, recuerda.

A través de Artesanías de Colombia, y su programa Moda Viva, desarrolló una serie de carteras que combinan la cestería en rollo de la población de Guacamayas (Boyacá) con los abrigos de Maison Alma. “Quise trabajarla porque es originalmente para el hogar y está pensada para resistir a través de los años”, cuenta la bogotana, quien también ha creado bucket bags de vistosas fibras de fique y paja forradas con exquisitos textiles de Pierre Frey.
Las artesanas reinterpretan los motivos de las míticas telas de los cover ups en su cestería creando una conversación entre ambos materiales, lo que “hace que sean unos objetos lindísimos, no damos abasto con la producción”, agrega Daniela.

Maria Elisa Camargo en nuestra edición 201 vestida de Maison Alma. Foto Raúl Higuera