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Un matrimonio al vaivén del mar

Fucsia.co, 13/6/2013

Los azules fueron esta vez la inspiración. Todo el salón se convirtió en la alegoría de un puerto que con cuerdas y amarres, conchas, estrellitas de mar y corales recreó un paisaje marítimo para celebrar el amor.

Foto: Paloma Villamil/13 - Foto:

Los aires caribeños fueron traducidos en una conjunción de tonos azules que, entre el azul naval y el baby blue, trajeron frescura a esta boda diseñada por Don Eloy Eventos. Las mesas se convirtieron en la alegoría de un puerto que con cuerdas y amarres atrapan conchas, estrellitas de mar y corales para crear un nuevo paisaje marítimo rodeado de flores que celebran la peculiaridad del amor.

Conocedora como es del mundo floral, Silvia de Germán, de Don Eloy, sabe que las flores deben estar en plena armonía con la decoración y que su elección no puede ser apresurada, sino que debe tener en cuenta los tonos y la historia que se intenta narrar desde la decoración, pero a la vez contar con la capacidad de traducir el carácter de la pareja y la sensación que ellos quieren transmitirles a sus invitados. “Para los arreglos usamos belladonas y delphiniums como flores principales y rosas blancas esquimo para crear un contraste”, explica Silvia de Germán, quien eligió tonos de morados y lilas para llenar de vivacidad las mesas.

Sin embargo, su impronta no solo se deja ver en las flores, sino que con la creación de Don Eloy Boutique esta compañía ha extendido sus servicios al diseño total de eventos en donde la delicadeza y estilo con el que se trabajan las flores es extrapolada a todos los detalles que componen una recepción nupcial.

Para esta boda azulada también se optó por poner sobre las mesas unos manteles con estampas botánicas en azul marino, los cuales exaltan esta tendencia tan propia de la moda de combinar texturas y crear interesantes disonancias. Alrededor de las flores, las texturas coralinas hacen parecer que un poquito del fondo del mar se hubiera traído para celebrar esta unión.

El ponqué y el ramo

Apelando a un estilo más bien clásico, en esta boda se buscó una torta de dos pisos con cubierta en azules, que retoma las mismas florecillas blancas que salpican todo el salón. El blanco es imperante, al ser también la elección para el bouquet de la novia. Pequeños cartuchos, alelíes, brisas y rosas blancas rodeadas por un intenso follaje verde fue la apuesta para el ramo, de tal forma que compaginara con esta decoración que danza con los vaivenes de las olas.

Silvia de Germán, conocedora profunda del mundo de las bodas y de las flores, sabe que para que haya completa armonía es necesario fijar los ojos en los detalles. Velones blancos resguardados por candelabros cristalinos, amarrados como con nudos de marineros unos a otros, crean un ambiente en cada mesa que alardea de una elegante sobriedad. Las servilletas, también sujetadas con amarres de barco, fueron dispuestas en unas conchas de porcelana blanca, y toda la decoración alterna fue pensada en madera lavada para conservar una coherencia con los azules y el paisaje que se quería recrear.

De faroles y tarjetas
Pequeñas tarjetas con agraciados pescados dibujados se dispusieron en cada puesto para que los invitados tengan claro cuál es su lugar. Luego, se dispuso un set de platos de una vajilla clásica, que con sus florecitas no solo crea un bello contraste con el mantel, sino que trae unos aires románticos que vuelven más acogedora la recepción.

Pequeños detalles como los abanicos en balso puestos sobre la mesa ayudan a que la apuesta estética se pueda experimentar más fielmente y que todos los invitados puedan fantasear con el calor y la tranquilidad apacible del mar. “Para mantener la temática caribeña se utilizaron faroles marineros con una soga alrededor para darle un toque más simbólico a la decoración. Se utilizó la papelería de Ana María Silva creada especialmente para Don Eloy Eventos”, explica Silvia de Germán.

Una boda que apela tan específicamente a un estilo debe anticipar lo que va a suceder desde sus tarjetas de invitación, así que será ideal optar por papeles azules navales, que aludan con sus texturas al mar o que, como lo proponen los diseños de Oxegraphics, sean alusivas a un pasabordo de avión, para que los invitados se preparen a acompañar a los novios en esta nueva aventura.