Rocio Hernández

Hablemos de los órdenes familiares

Rocío Hernández, 27/2/2014

Las dificultades individuales pasan por una historia y un universo que viene con nosotros desde el nacimiento. Fue un aprendizaje que, como psicóloga, transformó mi quehacer profesional y la vida de quienes me consultan. Pero, ¿qué son las constelaciones familiares?

Foto: Ingimages - Foto:

Por: Rocío Hernández*

Cuando leí por primera vez a Bert Hellinger, tuve dos sensaciones:

1. Sentí, como psicóloga, que había encontrado una pieza que faltaba en mi quehacer profesional. Era como recibir una brisa nueva y suave sobre la comprensión de muchas situaciones, personales y de mis consultantes.

2. Fue una sacudida a mis estructuras tanto personales como profesionales, a mi mundo de conceptos y explicaciones. Encontrar esta herramienta fue bajar la cabeza ante el hecho evidente, "QUE LA FUERZA VINCULANTE DE UNA FAMILIA (el amor)  TIENE UN PODER SANADOR y que no existen suficientes palabras para explicarlo.

Pude ver este efecto sanador e incomprensible en mi propia vida, y fue entonces cuando decidí que con cabeza y corazón abierto haría una interesante inmersión al mundo de los ÓRDENES DEL AMOR o CONSTELACIONES FAMILIARES.

Mi primer aprendizaje consistió en comprender que, paradójicamente, para resolver una situación totalmente de orden individual o personal, tenemos que sumergirnos en el mundo de la vinculación, en el mundo de los sistemas, en el universo histórico familiar, y así de esta manera llegar a la resolución de dicho conflicto personal. Definitivamente no nos queda mas remedio que reconocer que no somos islas independientes, reconocer que estamos unidos, vinculados, incorporados en sistemas ancestrales, que hoy de alguna manera marcan nuestros pasos.

A veces escuchamos y leemos sobre la historia de algunas culturas y las vemos como algo ajeno a nuestra propia cotidianidad, algo que alguien vivió y que nos brinda información; sin embargo, somos parte de esa antropología, ya que cada uno de nosotros cuenta con su propia historia, con sus propios ancestros y es Bert Hellinger, quien nos lo recuerda, con fuerza, con pruebas, con claridad.

Sí, queridos lectores, nuestros ancestros están presentes en nosotros y nuestras vidas, como lo estaremos nosotros en las generaciones futuras. Este es un hecho, ya no es una hipótesis. Tanto Bert Hellinger, como Rupert Sheldrake, han demostrado como las huellas del pasado, no son huellas muertas, inactivas, sino que continúan vigentes, muy vivas en nuestra cotidianidad, en nuestro quehacer personal, en el logro o frustración de nuestras metas,  aunque nos guste o disguste, aunque no comprendamos completamente cómo algo que hizo, mi bisabuelo/a, tíos, padre o madre, pueden estar actuando en mi vida a favor o en contra. Hasta ahora nuestra sociedad consumista nos hablaba del individuo y nos fue convenciendo de que la familia era algo que se podía obviar, reemplazar, olvidar. ¡ NADA MAS LEJANO DE LA REALIDAD!  Puedes constelar y comprobar, lo que parece incomprobable, que muchos eventos del pasado continúan vivos en el presente.

Hasta aquí por ahora, si tienes comentarios o inquietudes, solo pregúntanos. Igual si ya has tenido experiencia con esta herramienta de las Constelaciones familiares, compártela. Vale la pena divulgarla, para que muchos se sirvan de ella y descubran que sí se puede vivir muy bien y tener una buena vida, cuando se reconoce al sistema familiar y sus órdenes.

*Psicóloga, directora de AsBuenaVida.
asbuenavida.webs.com