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Decir adiós

Silvia Camargo, 31/10/2011

Una persona cercana está viviendo el proceso de separación de su pareja, luego de muchos años de matrimonio. No es el primero ni el único caso. El divorcio, como muchos saben, se ha convertido en el pan de cada día. Según mi amiga la psicóloga María Elena López, en Colombia el 60 por ciento de las personas casadas se separa. Yo no soy especialista, pero sí he tenido que leer más de un libro sobre el tema y hablar con muchos terapeutas y sé que decir adiós no es fácil. ??

Hay muchas cosas que quisiera decirle a esta persona y lo voy a hacer en este blog pensando que, así, otros que pasan por la misma situación se puedan beneficiar. Aunque se trata de temas muy complejos, los sinteticé en cinco puntos.

  1. Por favor, llore: Aquí nadie murió en el sentido literal, pero lo cierto es que esa persona que antes estaba ahí para el desayuno, para comentar las noticias e incluso para pelear, ya no va a estar más a su lado. Es un duelo y, como todos los duelos, es triste. Y aunque sea un divorcio de común acuerdo o ya sepan que se les acabó el amor, lo más probable es que salgan a flote sentimientos de cariño, recuerdos agradables de tiempos más felices, lazos de amistad, todo lo cual hace más difícil la despedida. El problema es que la gran mayoría enmascara esos sentimientos con otros como rabia y odio, o los reprime. Así,  pelean por un sofá, una almohada o la cucharita de plata. Lo que más se recomienda en estos momentos para desenredar esa madeja de sentimientos contradictorios es ser conscientes de la pérdida. Esto les ayudará a entender que esa persona va a hacer falta de una u otra forma. Por eso, señoras y señores, prepárense para llorar. No les dé miedo enfrentarse a esos sentimientos de tristeza y a reconocer que es triste dejar a esa persona con la que se compartió tanto.
  2. Divida las culpas: Un matrimonio es un asunto de dos y el divorcio también. Si llegaron a ese punto no es porque usted es el malo del paseo, así que no se dé más látigo del que le toca. Cada cual contribuyó de alguna manera a que la relación se resquebrajara. Reflexione sobre lo que sucedió y sepa distinguir sus errores de los del otro. Cuando mire los suyos, sea honesto porque reconocerlos le va a ayudar en el futuro a no volverlos a repetir en otra relación de pareja.
  3. Apele a su mejor lado: En un momento en el que hay tantas emociones contradictorias, no es fácil desbaratar la casa, repartir los objetos que una vez compartieron, dejar de vivir juntos, etc. En medio de esta circunstancia también es posible que surjan oportunidades para gritarle al otro,  agredirlo, para odiarlo. Por ejemplo, no va a ser fácil saber que su ex está saliendo con una nueva pareja, o que ya ha superado el divorcio. En esos momentos hay que apelar a la empatía, a la calma y a la razón. No lo digo por una simple cuestión altruista de no hacerle el mal al otro, sino por un objetivo más bien egoísta: no hacerse daño a usted mismo. Mientras menos sentimientos negativos guarde en su cabeza, más fácilmente saldrá de esta situación.
  4. No use a los niños para pelear: Trate de no mezclar a los hijos en los desacuerdos que tengan por cualquier asunto. Ellos merecen tener una buena imagen de ambos padres. Muchos los usan de caballo de batalla para vengarse de su pareja, en otros casos extremos les impiden verlos. Trate de mantenerlos al margen de todos esos conflictos
  5. Pida ayuda: Hay personas que van al psicólogo para resolver sus asuntos diarios, temas mundanos como la relación con el jefe o con el novio. Un divorcio es una situación mucho más compleja y por eso merece una visita a un experto que entienda el proceso por el cual está pasando y lo guíe. Pedir ayuda no es debilidad en este caso.?