Estilos de crianza: Mamá vs. Papá

Silvia Camargo, 25/6/2012

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Recientes estudios han demostrado que tanto hombres como mujeres tienen estilos diferentes de educar y que ninguno es mejor que el otro. Aún más, ambas maneras, combinadas, ayudan a los hijos a tener mejores herramientas y a prepararlos para afrontar la vida. En algunas de las investigaciones, por ejemplo, se ha encontrado que los papás obligan a los niños a expresarse con palabras y que las mujeres los acercan más a temas como la bondad y la esperanza. Ellos prefieren espantarlos y sorprenderlos en medio de los juegos, lo cual ayuda a que sacudan su timidez, mientras que las mujeres prefieren el juego calmado y suave. Se sabe que incluso los hombres sostienen a sus bebés de una manera diferente al de las madres, quienes prefieren la tradicional posición de la madona de las obras de arte renacentistas.
 
En algunos casos ciertas habilidades las da exclusivamente uno de los dos padres. De ahí la importancia de que los niños tengan acceso a interactuar con ambos, aún si viven separados.  A continuación una pequeña muestra de lo que se conoce sobre los estilos de crianza de padres y madres, y como ayudan a los niños a desarrollar destrezas diferentes.
 
Las pataletas


Los padres: ellos prefieren manejarlas con una mirada o una frase directa. También tratan de distraer al niño o de hacer un chiste para que olviden la causa de su berrinche. Esto último ayuda a los hijos a tener mayor flexibilidad.
 
Las madres: tienden a ponerse bravas o se abruman con la situación. También les piden a los niños que razonen sobre su comportamiento y les tratan de explicar que eso no se hace. Esto ayuda a que los niños aprenda a expresar sus sentimientos y a hablar sobre soluciones.
 
Los accidentes caseros


Los padres: tratan de distraer al niño que se golpeó o se cayó ya sea llevándolo a otro sitio o cambiándole de tema. Esto les ayuda a los pequeños a desarrollar la resiliencia, una habilidad similar a la flexibilidad que sirve para afrontar más tarde situaciones difíciles.
 
Madres: corren a ver que pasó y consienten al niño al tiempo que calman su herida. También les preguntan cómo se siente. Esto les ayuda a sentirse seguros y a expresar sus emociones con palabras.
 
Frustración en el juego


Los padres: tratan de no intervenir para que el niño resuelva sus problemas solo, sin embargo, lo alientan a que continúe a pesar de los obstáculos. Esto ayuda a que ellos desarrollen un sentido de independencia y a que enfrenten sus problemas.


Las madres: tratan de ayudar al niño a solucionar el inconveniente que se le presenta con el rompecabezas o con el juego que tienen en sus manos para que el sienta que lo puede lograr. Lo anterior les ayuda a desarrollar la seguridad en sí mismos.