Entrevista

Edgar Vittorino: “Hoy me interesa interpretar a hombres comunes. Ese es el verdadero reto”

Con humor, honestidad y compromiso, el actor rompe estereotipos y abraza personajes más cercanos a su identidad en una comedia que explora la paternidad sin clichés.

Édgar Vittorino ha forjado una trayectoria actoral sólida, caracterizada por su honestidad artística, su capacidad para transformarse y una entrega total a cada papel que asume.
Édgar Vittorino ha forjado una trayectoria actoral sólida, caracterizada por su honestidad artística, su capacidad para transformarse y una entrega total a cada papel que asume. - Foto: Cortesía

Édgar Vittorino lleva años construyendo una carrera actoral marcada por la autenticidad, la versatilidad y un profundo compromiso con los personajes que interpreta. Desde sus inicios en la televisión colombiana hasta sus papeles en producciones internacionales, ha demostrado que es posible moverse entre géneros sin perder la esencia. Ahora, da un giro refrescante con Un padre muy madre, una comedia emotiva que le permite explorar una faceta más íntima, vulnerable y cercana a sus raíces.

En esta historia, Vittorino interpreta a Denis, un hombre que descubre la paternidad de forma inesperada y, con ella, una serie de retos emocionales que combinan ternura, caos y humor. Lejos de los estereotipos, el personaje representa una oportunidad para hablar de responsabilidad, familia y amor desde un lugar honesto y sin artificios.

Has construido una carrera sólida en distintos géneros, desde el drama hasta la acción, y ahora incursiones en la comedia. ¿Qué decisiones han marcado tu trayectoria y cómo eliges los proyectos que te representan hoy?

En esta etapa de mi carrera elijo historias cada vez más cercanas a mí, a mis raíces. Eso de querer hacer Star Wars (risas), o de querer interpretar acentos lejanos, se me ha ido pasando. Siento que puedo aportar más —y que también me aporta más— interpretar a hombres comunes y corrientes, ojalá costeños, como mínimo colombianos. Creo que ahí está el verdadero reto para mí: conectar con la gente, con el público, desde la sencillez. Estoy en busca de ese tipo de personajes.

En una industria que a veces encasilla, tú has logrado moverte con versatilidad y autenticidad. ¿Qué tan difícil ha sido defender esa libertad creativa y qué aprendizajes personales te ha dejado?

Ha sido difícil. El encasillamiento ya no es solo como costeño en Colombia o como el colombiano narco en otros países. Es el hecho de que un costeño no pueda formar parte de la sociedad colombiana con naturalidad, que no se pueda enamorar de una santandereana o una paisa y contar esa historia sin que parezca un chiste. Que el galán de una novela no tenga que ser siempre un bogotano blanco o un extranjero blanco. Y en el exterior, que un colombiano trabaje de chef (como lo hice en la televisión española) sin tener que explicar cómo consiguió sus papeles o sin que se insinúe que tiene alguna relación con el tráfico de drogas. Para mí, eso es verdaderamente no estar encasillado: aportar a una sociedad donde ser costeño o colombiano no te impide contar cualquier tipo de historia desde cualquier profesión. Porque así es la vida real.

Édgar Vittorino ha forjado una trayectoria actoral sólida, caracterizada por su honestidad artística, su capacidad para transformarse y una entrega total a cada papel que asume.
Édgar Vittorino ha forjado una trayectoria actoral sólida, caracterizada por su honestidad artística, su capacidad para transformarse y una entrega total a cada papel que asume. | Foto: Cortesía

En Un padre muy madre interpretas un personaje que se aleja de los roles más intensos o dramáticos que has hecho en el pasado. ¿Cómo fue el proceso de habitar una comedia que exige vulnerabilidad, ritmo y un tipo distinto de entrega emocional?

Fue un proceso en el que busqué a mi alrededor a esos grandes padres que también existen. Hablé con ellos, me llené de sus experiencias. Incluso le pedí a mi hermana que me dejara a cargo de mis sobrinos durante unas semanas, para vivir de cerca la experiencia de la responsabilidad. A partir de ahí fue disfrutar cada escena con mis compañeros y dejarme guiar por el director Ricardo González, que me ayudó mucho porque conoce muy bien esta historia.

Este personaje tiene matices entrañables, momentos de caos y una ternura inesperada. ¿Qué te sorprendió al descubrirlo desde adentro? ¿Hubo algo que te conectara con él a nivel personal?

Me sorprendió su nivel de responsabilidad y lealtad. Es un hombre de principios, fiel. ¡Y eso se ve poco últimamente!

Interpretar un personaje cómico requiere una precisión casi quirúrgica: el gesto, el ritmo, la pausa justa. ¿Cómo trabajaste ese registro? ¿Te apoyaste en referentes o en algo más instintivo?

Claro que vi muchos referentes. En especial un actor que me gusta mucho: Javier Gutiérrez. Me inspiró sobre todo para hacer una comedia medida. Intentamos contar una historia divertida, no simplemente hacer reír. Y sé que esto suena a cliché, pero nos tomamos esa premisa muy en serio. No van a ver una película que busca el chiste fácil, simplemente les vamos a contar la historia de Denis, un hombre al que le llega un hijo sin esperarlo y todas las peripecias que vive para convencer a su mujer de tenerlo, y no abortarlo ni darlo en adopción. Pasando, además, por el síndrome de Couvade… Mejor véanla y se enteran de qué se trata ese síndrome.

En la película, el rol de padre se construye desde el amor, pero también desde el error, el juego y la autoexploración. ¿Cómo entiendes tú la paternidad desde la mirada que propone esta historia?

Sí, desde el error y desde superar el miedo. Ser padre tiene que ver con dar ese salto al vacío. Hay que ser muy verraco, porque nadie sabe cómo serlo la primera vez. Así que toca tirarse sin mente, con un profundo sentido de responsabilidad, sobre todo cuando se trata de un embarazo no planificado.

Édgar Vittorino ha forjado una trayectoria actoral sólida, caracterizada por su honestidad artística, su capacidad para transformarse y una entrega total a cada papel que asume.
Édgar Vittorino ha forjado una trayectoria actoral sólida, caracterizada por su honestidad artística, su capacidad para transformarse y una entrega total a cada papel que asume. | Foto: Cortesía

Esta película también representa un cambio de tono para tu carrera. ¿Qué lugar ocupa este proyecto dentro de tu evolución como actor? ¿Crees que abre nuevas posibilidades para lo que quieres hacer?

Por supuesto. Justamente aquí se pone a un hombre caribe en una situación cualquiera y se cuenta su historia, sin que el hecho de que sea costeño se convierta en un chiste. Se narra desde su humanidad, como un colombiano que lucha por sacar adelante a su familia y su vida. Eso lo tenemos todos los colombianos en común, seamos de donde seamos: somos luchadores.Con este papel lucho contra el estereotipo y me encuentro con un hombre común y corriente, que es lo que me pide el corazón en este momento de mi carrera.

¿Qué crees que necesita un actor para atreverse a hacer comedia sin miedo al ridículo, pero con verdad? ¿Y qué aprendiste tú al hacerlo?

Primero que todo, necesitas que te llegue un buen guion (jeje). Yo me lancé porque lo que estaba escrito ya de por sí era una joya. Muy mal se nos tenía que haber dado para embarrarla. Afortunadamente no fue así. Los invito a que no se pierdan esta entretenida y muy inusual comedia colombiana. ¡Hay garantía de ponerlos de buen humor!