¡Ayuda! Tengo hijos

Valor 1. El Respeto (Educación sin maltrato)

En generaciones pasadas era muy común que los padres golpearan a sus hijos; sin embargo, aun cuando esto ha cambiado, en la actualidad los padres eligen gritarles y esto también los lastima. Es un círculo vicioso que, si no se cierra y se transforma, irá creciendo día con día. Además, se complicará aún más cuando tus hijos sean adolescentes, porque  cuando son pequeños los puedes someter, castigar, pero cuando crezcan, si no has sabido conectarte de corazón a corazón con ellos, podrían rebelarse, lo que convertirá tu hogar en un campo de batalla continuo.

Ale Velasco, especialista de Discovery Home & Health, aconseja dedicar 20 minutos diarios a conversar con los hijos.

Valor 2. La paciencia (Disciplina sin castigo) ¡No aguanto los berrinches de este niño!)La paciencia es una gran virtud que debemos desarrollar, pues si les decimos que no griten ni peguen, nosotros no debemos hacerlo tampoco. Los hijos necesitan límites y reglas establecidas con amor y firmeza. Con esto adquirirán mayor seguridad para su vida futura. Consejos:

-          Tranquilízate. No olvides que tu actitud debe ser de firmeza en el exterior y de serenidad en el interior.

-          Domina la situación. No permitas que sea el niño quien lo haga

-          Evita hacer más berrinche que tu hijo.

-          Respeta el enojo del niño. No te burles

-          Evita la violencia. No le pegues

-          Ofrece disciplina con aprendizaje

Valor 3. La constancia ¡Dulces sueños!

La constancia es muy importante en el momento de crear rutinas en tus hijos.  A continuación prácticos consejos a la hora de dormir a tu bebé:

-          Procura establecer horarios, pero puedes ser flexible en casos especiales. La flexibilidad no debe ser la regla

-          Toma la hora del baño como parte del ritual de los dulces sueños

-          Revisa que los cuentos que le leas al niño antes de dormir sean adecuados para su edad. Cuida que no sean atemorizantes

Valor 4. La empatía. Lenguaje positivo y negativo.

La empatía es un valor que nos permite sentir como lo hace el otro. Analiza el lenguaje que utilizas con tus seres queridos, de poco sirve asentir cuando nuestra mirada transmite un reproche o una negación. Refuerza la comunicación positiva por medio de palabras, gestos y sensaciones. Debes estar consciente de que los hijos necesitan estímulo constante y que debes premiar, así sea verbalmente, sus esfuerzos cuando ha hecho lo correcto. Los halagos y felicitaciones deben ser más que las censuras y los regaños.

Valor 5. La responsabilidad. Sentimiento de culpa

Transformar la culpa que sentimos muchas madres por tener que trabajar y no poderle dar el tiempo suficiente a nuestros hijos, puede ser transformada en responsabilidad, implica dejar de cargarla, tener confianza en lo que hacemos y saber que estamos dando lo mejor de nosotras por el bien de la familia.

Los hijos de madres con culpa lo perciben y, a veces, se aprovechan de ello. Esto impide que podamos educarlos de forma objetiva. Saber, en cambio, que nuestra responsabilidad es darle a nuestro hijo tiempo de calidad, en el que le ofreceremos cariño, lo escucharemos, le crearemos rutinas y, además, le haremos entender lo importante que es su bienestar para nosotros.

La autora del libro ¡Ayuda! Tengo hijos, Ale Velasco,  aconseja seguir este Decálogo del Método del Lenguaje del cariño, que te ayudará a comunicarte de forma eficaz con tu hijo:

1.       El lenguaje del cariño es brindar amor firme con límites

2.       Educación y cariño deben ser sinónimos, pues el que enseña, ama

3.       Aprende a educar sin maltratar

4.       Por favor, no le grites a tu hijo, por las buenas hace caso

5.       Disciplinar no es castigar, sino educar

6.       Educar es sacar lo mejor de un hijo, como lo hace un escultor

7.       Escuchar con los ojos es tener la mirada atenta

8.       Logra dulces sueños en tu familia para evitar enojarte fácilmente

9.       Respeta a las mujeres y hombres en Edad Diamante (vejez)

10.   No humilles, porque el maltrato duele y mucho