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¿Cuándo es el momento adecuado para comprarle una mascota a tu hijo?

, 17/10/2011

No te extrañe que en algún momento de su infancia, tu hijo te clame por tener un animalito en casa. Los ve en la tele o en el parque, pero hay que tener cuidado de no apresurarse y dejarse llevar por el momento conmovedor en el que un cachorrito te hace ojitos. Aprende cuándo es el tiempo ideal para tener un nuevo miembro en la familia.

Foto: Thinkstock - Foto:

Si pasas por una tienda de mascotas y la mirada del perrito se clava directamente en tus ojos, atenta: un huracán de ruegos se viene cuando tu hijo suplica que quiere tener mascota. Ya son dos los que hacen fuerza, un cuadro tan enternecedor que será muy difícil no dejarse convencer. Pero antes de tomar decisiones con el corazón, pon la mano en el bolsillo y reflexiona sobre factores como tu economía, la edad del niño, tus responsabilidades y cronograma diario, porque de ahí en adelante, criar una mascota será una labor de más de dos.

Más que una mascota: ellos educan a tu hijo

La llegada de un animalito a la casa es la entrada a nuevas lecciones de vida que incluso pueden marcar de por vida a los miembros de la familia. No solo el gusto por las mascotas permite este tipo de contacto cercano: ellos se comportan como un ser viviente que siente y entiende, por lo que este lazo que se crea tiene apegos afectivos para todos los miembros del hogar.

Los animales tienen capacidades increíbles que muchos desconocemos. Los perros, por ejemplo, están dotados de una inteligencia especial que poco a poco los ha convertido en mascotas de compañía ideales, sobre todo cuando hay niños en el seno del hogar: Son fáciles de entrenar, su pedigree permite identificar un comportamiento genérico según la raza (ahí tenemos una pista sobre qué tipo le conviene a nuestra casa) y desarrollan un lazo muy especial con su amo.  Un mamífero como el perro se convierte no solo en el amigo de tu hijo, sino en el protector de tu casa y de tu familia una vez lo aprendas a educar, punto clave a la hora de pensar en tener cualquier animal: el entrenamiento.

La relación que se crea entre niño-mascota, permite que los hijos conozcan sobre afecto, amor, responsabilidad, cuidado y protección. El niño aprende de sensibilidad, de respeto hacía los animales y, por ende, hacía los demás: cuando no quiere lastimar a su mascota, comprende que a los demás tampoco se les debe lastimar; cultivan valores que finalmente los harán comportarse de cierta manera al momento de socializar con otras personas. Respeto a la integridad física y a los seres vivos, contacto a través de las caricias, estatus social, jerarquía, disciplina, compartir con otros, capacidad de atención y concentración, socialización y el ciclo de la vida (nacimiento, desarrollo y muerte), son procesos que los hijos aprenden a identificar junto a su mascota y durante su vida misma.
 
¿Cuándo y cómo  debes hacerlo?
1.    La edad y el tipo de mascota: Un niño no debe tener mascotas antes de los 5 años, de ninguna clase, incluso ni las que requieren de pocos cuidados como un hámster o un loro son aptas para una persona menor de 4 años. Hasta los primeros 5 años ellos están comprendiendo su mundo de manera más fácil y han integrado a su vida valores básicos y responsabilidades. Tener animales antes de esa edad, podría ser un gran error en el que incluso la vida de la mascota correría peligro, eso sin contar que serías tú la verdadera dueña.
2.    El momento idóneo para adquirirlo es en vacaciones. Tienes la semana libre para dedicarte a la labor de bienvenida y socializació entre animal y familia. Un paso que no debes saltarte.
3.    Infórmate un poco sobre la clase de animal que vas a comprar. Asesórate con libros, en la veterinaria de tu barrio o con amigos que sean dueños de mascotas.
4.    Debes tener un presupuesto básico para el nuevo integrante. Tu hijo no está en capacidad de costear las necesidades del animal, así que el gasto será por parte tuya: alimentación diaria, implementos de aseo (incluso un pez los requiere) tanto para el animal como para mantener limpio el sitio donde permanece el animal y tu propia casa.
5.    No compres animales exóticos o de granja. Las cosas en su lugar y donde pertenecen. En ocasiones pueden ser hasta económicos, pero no te dejes engañar: sacar a un animal de su habitad es un peligro para tu hogar, para su vida propia y hasta un problema con la ley.
6.    El tiempo apremia: Si eres consciente de que tu tiempo, el de la nueva mascota y el de tu hijo no coinciden, no es el momento indicado para darle la bienvenida. Tu eres quien debe estar atenta en un principio de cómo marcha la relación y el trato entre el niño y el animal. Tu eres quien controla la situación en primera instancia. Si el reloj no es tu amigo, es mejor dejarlo para después.
7.    Es tu hijo el responsable. Deja en claro desde un inicio quién es su único dueño y quién está a cargo de la mascota. Aunque tu sirvas de apoyo financiero y logístico al momento de cuidarlo (porque serás tu quien le enseñe esa interacción y las reglas básicas), tu hijo debe ser el que lleva la batuta y el compromiso de estar atento al animal todo el tiempo.  
8.    No lo compres en cualquier tienda. Lo mejor es recurrir a un criadero, una finca o a un conocido cuya mascota tenga crías. Debes pedir un certificado de vacunación que algunos animales requieren  desde el momento en el que nacen. Aquellos que están exhibidos en una vitrina durante días y un mismo espacio con varios animales, son mucho más propensos a estar enfermos, ser agresivos o depresivos.
9.    Entérate del promedio de vida de la mascota.
10.    Toma por lo menos una semana para integrar al animal, tanto previa como posteriormente a su llegada. Vas a adecuar un espacio y hacer un trabajo de interacción con “el nuevo” y eso requiere de tiempo y paciencia.
11.    Trátalo con el mismo cariño que tratas a los miembros de tu familia. El ejemplo empieza por ti: si tu hijo observa que eres agresiva o discriminativa con la mascota, él tampoco tendrá problema de hacerlo con el animal y con los demás.
12.    Lo ideal es que llegue desde muy temprana edad. Interactuar con un animal adulto requiere tener conocimientos previos sobre su comportamiento, adaptarse a su educación previa, parámetros que tal vez no son los apropiados para tu hogar y tus reglas.
13.    Aprende a “leer” al animal a través de sus movimientos, reacciones y preferencias. Será más sencillo el trato y el proceso de entrenamiento.

Educando a mascota e hijo
•    Indícales cuál es su espacio dentro de la casa. Dispón de un lugar para su cama, su sitio de comida, a qué cuartos el animal tiene y no tiene permitido entrar. Tu hijo debe saber dónde hay que llevarlo para hacer sus necesidades. Serás la maestra de dos, no lo olvides.
•    Enséñale al niño que tratarlo con cariño es la mejor forma de que el animal sea obediente. La comunicación entre animal y amo es clave.
•    Con animales grandes, ten cuidado al momento en el que tu hijo los abrace. Los niños tienden a rodearlos con sus brazos y con esto algunos se sienten acorralados y amenazados.
•    Que tu niño no lo moleste cuando descansa o coma. Pueden reaccionar agresivamente.
    Con el animal se juega, mas el animal no es un juguete. Deben tratarlo como tal o la mascota se defenderá.
•    El niño no debe pasearlo solo, más aún cuando es un animal de grandes proporciones o con fuerza, difícil de controlar. Permite que tu hijo lo guíe con la correa de vez en cuando, pero siempre con tu ayuda.









 





 



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