Familia
4 razones para no halagar tanto a los hijos
Fucsia.co, 5/12/2013
“La cultura de crianza asocia ser competitivos con tener autoestima”, asegura el profesor, especialista en psicología, Jim Taylor. Según afirma, halagar en exceso a los niños puede ser contraproducente. Aquí el porqué.

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Taylor, en el articulo "No le diga a sus hijos que son competentes", publicado en Psychology Today, expone porqué es necesario que los niños entiendan el concepto de competitividad sin ayuda de sus padres.
Los niños deben saber que son competentes por sí mismos. Sus éxitos y fracasos, por ejemplo, en la escuela les harán ver qué tanto nivel de competencia tienen con otros niños. Jim Taylor aconseja permitir que se “ensucien las manos”, incentivándolos a practicar deportes que sean de su agrado, creando obras de arte y hasta jugando con sus pares.
No intentar convencer a los niños de sus habilidades y aptitudes. Uno de los errores más comunes que cometen los padres es repetirles a los pequeños lo inteligentes que son y esto, aunque es un factor importante para construir y reforzar su autoestima, tiene un límite.
Cuando los padres se exceden en halagos, por lo general tienen el efecto contrario al esperado y, en vez de formarlos como seres competentes, les crean fragilidad y vulnerabilidad.
Dejarlos ser. Es necesario que los padres eviten caer en conductas sobreprotectoras con sus hijos, con el fin de evitar que se enfrenten al mundo que les espera. Obligarlos a crecer dentro de una burbuja es una decisión completamente nociva para los niños, pues, en el momento en el que deban conocer la realidad tal y como es, experimentarán un choque emocional muy fuerte, caracterizado por dolor, decepción y una pérdida del sentido de la competencia, dice Taylor.
Por su parte, la psicóloga Annie de Acevedo aconseja que a los niños se les debe crear la imagen de un mundo real pero a la vez, amigable.
Apoyo incondicional. Los padres deben hacerle saber a sus hijos que ante un fracaso ellos van a estar a su lado. En otras palabras, los adultos deben garantizarles que su vida no acaba cuando caen, sino que, al contrario, hay otras metas por las que atreverse, para probar qué tan competentes son. Ante estas situaciones, lo mejor que pueden hacer los padres es incentivarlos a continuar y seguir intentándolo, sin importar el resultado final.
Los niños deben saber que son competentes por sí mismos. Sus éxitos y fracasos, por ejemplo, en la escuela les harán ver qué tanto nivel de competencia tienen con otros niños. Jim Taylor aconseja permitir que se “ensucien las manos”, incentivándolos a practicar deportes que sean de su agrado, creando obras de arte y hasta jugando con sus pares.
No intentar convencer a los niños de sus habilidades y aptitudes. Uno de los errores más comunes que cometen los padres es repetirles a los pequeños lo inteligentes que son y esto, aunque es un factor importante para construir y reforzar su autoestima, tiene un límite.
Cuando los padres se exceden en halagos, por lo general tienen el efecto contrario al esperado y, en vez de formarlos como seres competentes, les crean fragilidad y vulnerabilidad.
Dejarlos ser. Es necesario que los padres eviten caer en conductas sobreprotectoras con sus hijos, con el fin de evitar que se enfrenten al mundo que les espera. Obligarlos a crecer dentro de una burbuja es una decisión completamente nociva para los niños, pues, en el momento en el que deban conocer la realidad tal y como es, experimentarán un choque emocional muy fuerte, caracterizado por dolor, decepción y una pérdida del sentido de la competencia, dice Taylor.
Por su parte, la psicóloga Annie de Acevedo aconseja que a los niños se les debe crear la imagen de un mundo real pero a la vez, amigable.
Apoyo incondicional. Los padres deben hacerle saber a sus hijos que ante un fracaso ellos van a estar a su lado. En otras palabras, los adultos deben garantizarles que su vida no acaba cuando caen, sino que, al contrario, hay otras metas por las que atreverse, para probar qué tan competentes son. Ante estas situaciones, lo mejor que pueden hacer los padres es incentivarlos a continuar y seguir intentándolo, sin importar el resultado final.