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A punto para un parto

Revista Fucsia, 24/11/2011

Así como los atletas se preparan, las mamás también tienen opciones para esta maratón inolvidable que será el momento de traer un nuevo ser al mundo. Pónte en forma durante antes del gran día.

si una mamá se cuida con ejercicios especializados durante el embarazo, la recuperación será mucho más rápida. (Foto: Thinkstock ) - Foto:

Es una realidad innegable. Por más feliz que esté una mamá con su embarazo, la idea de pensar en el parto le produce angustia. Es el miedo natural a lo desconocido sin importar cuántas veces las otras mujeres, ya curtidas en el tema, le digan que es un proceso natural, casi infalible. Puedes leer muchos libros, ver todos los programas de Discovery Home&Health dedicados al tema y naufragar en todas la páginas de Internet, lo cual no tiene nada de malo y, al contrario, da algunas luces al respecto, pero el día en que nazca tu bebé será una experiencia propia y única, difícil de explicar con las palabras de otros.

Hoy en día, además de los volúmenes de información, las mamás cuentan con lugares especializados donde aparte de resolver dudas, les dan toda una preparación física para estar en buena forma cuando llegue el momento del parto. No se trata de grandes centros de entrenamiento llenos de máquinas e instructores, sino de espacios dedicados a las mamás y sus bebés en donde se combinan los tratamientos estéticos adecuados, los masajes relajantes, los ejercicios de fortalecimiento y las charlas de grupo para compartir las mil preguntas que surgen en este punto de la vida.

Mamás a tono
La doctora María Fernanda Herrera explica que antes las familias tenían cinco, seis, siete o más hijos. “Hoy en día la mayoría de las mujeres estarán embarazadas sólo una o dos veces en toda su vida, así que la idea es disfrutarlo al máximo y que sea lo más agradable para los papás y el bebé. Está demostrado que si una mamá se cuida con ejercicios especializados durante el embarazo, la recuperación será mucho más rápida. Tratamos de cubrir tanto la parte estética, con tratamientos que las hagan verse y sentirse mejor y la preparación física de cada una para fortalecer los músculos más comprometidos durante el embarazo y el parto”.

Como en un ‘spa’
Alejandra Núñez, terapeuta especializada en mujeres embarazadas, asegura que el primer paso en los tratamientos para mamás debe ser la hidratación corporal para prevenir las estrías y la resequedad de la piel. A esto se le suman los masajes que tienen funciones variadas. Por un lado, relajan los músculos, pues a medida que crece el vientre toda la estructura del cuerpo cambia por dentro y por fuera. También sirven para realizar drenajes linfáticos y eliminar toxinas. Muchas mujeres presentan retención de líquidos o episodios con calambres muy molestos, así que los masajes son excelentes para mejorar la condición.

El peso de la barriguita a veces produce dolores lumbares o en el cóccix, que también se alivian con estos procedimientos. Deben ser hechos por personas con experiencia y, sobre todo, estar aprobados por el médico de la mamá, pues a veces en embarazos de riesgo, es preferible no hacer este tipo de terapias.

Pasitos de bebé
En cuanto a los ejercicios, lo recomendable es iniciarlos alrededor del cuarto mes de embarazo, por lo menos unas tres veces a la semana. Cada entrenamiento comienza con un calentamiento general de todo el cuerpo que involucra el aprendizaje de una respiración adecuada. Luego se realizan los ejercicios de estiramiento para ayudarle al cuerpo a mejorar su flexibilidad y adaptarse a sus ‘nuevas formas’. Después viene la parte de fortalecimiento de zonas como la cintura pélvica, abdominales y glúteos que es donde se concentra el peso y el esfuerzo a la hora de dar a luz.

Se realizan también ejercicios y posturas que ayuden a mejorar la irrigación de sangre para el bebé. En cada clase se alternan los ejercicios, usando elementos como balones sobre los cuales las mamás se acuestan para aliviar dolores de espalda y fortalecer los músculos abductores.

“A diferencia de un gimnasio normal, aquí nos concentramos sólo en las mamás, el ambiente es diferente, pensado para ellas y sus bebés, y todo gira en torno a ese tema”, afirma la doctora Herrera.

El curso
Las mamás primerizas siempre escuchan hablar del curso sicoprofiláctico, que la verdad es algo más simple que su nombre, pero tan educativo que nadie debería pasarlo por alto. La doctora Herrera sugiere que lo más importante de este tema es entender que se trata de un asunto de pareja, por lo tanto, deben asistir los dos. No es sólo un curso para aprender a respirar o manejar las contracciones, hay toda una serie de temas que se tratan en cada sesión, desde como cambiar un pañal, hasta como ‘programar’ al bebé con sus periodos de alimentación y sueño que tanto desvelan a los papás.

Se habla de la lactancia que preocupa a mucha mamás, por eso, deben ir juntos, porque así comparten los miedos, las preguntas y  el compromiso con este nuevo bebé y, sobre todo, se dan cuenta de que hay otras parejas pasando por lo mismo.

1. Apóyeate sobre las manos alineadas con los hombros, y las rodillas alineadas con la cadera. Mantén la espalda formando un ángulo recto. Contrae los músculos abdominales, inhala como si estuvieras llevando el vientre hacia tu columna, relájate y vuelve a la posición inicial sin arquear la espalda. Haz 2 series de 8 a 10 repeticiones, con descansos de 30 segundos entre cada una. Este ejercicio mejora los dolores de espalda y fortalece los abdominales.

2. Siéntate en el piso, apoyando la espalda sobre una pila de toallas o un cojín cuadrado contra una pared, de tal manera que puedas inclinarte un poco hacia atrás. Pon las rodillas en ángulo recto ligeramente separadas.

Inhala contrayendo la pelvis hacia arriba, arqueando el tronco como formando una ‘C’. Luego, contrae los abdominales hacia la columna y relaja los músculos de la pelvis. Mantén esta posición con las manos bajo los muslos, contando hasta 5 y repita 2 ó 3 veces. Este ejercicio fortalece los abdominales y refleja un poco la mecánica de las contracciones.

3. Apoya tu mano derecha sobre un asiento, el pie derecho sobre el piso y la rodilla opuesta sobre el piso, alineada con la cadera. Con una pesa liviana de 2 ó 3 kilos en la mano izquierda haz levantamientos hasta que el codo quede en ángulo recto. Haz 2 series de 8 a 10 repeticiones, cambiando el lado de apoyo. Este ejercicio ayuda a fortalecer la espalda, los hombros para mantener el pecho abierto y facilitar la respiración durante el trabajo de parto