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Secretos para ser una mujer millonaria

Fucsia.co, 14/7/2014

¿Por qué las mujeres manejan el dinero diferente a los hombres? Tienen que ver los siglos de historia en los que fueron dependientes. De estos años aún conservan la inseguridad y el miedo. Una experta aconseja cómo acabar con ese temor.

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Mujer millonaria, así se titula el libro de Kim Kiyosaki, esposa de Robert Kiyosaki, creador de 'Padre rico padre pobre'. La autora de esta guía financiera asegura que en cuestión de géneros nos manejamos de forma completamente diferente, debido a las marcas históricas, emocionales y culturales con las que las mujeres hemos crecido socialmente. Siempre se le dijo a ellas qué hacer y cómo depender de un hombre.

Y asegura, categóricamente, que en la forma de pensar radica la diferencia en la que unos y otras manejan sus inversiones. Kiyosaki explica que, una de las motivaciones personales para consolidar su independencia económica es esa sensación odiosa de que le digan lo que tiene qué hacer.

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En una realidad como la colombiana, donde muchas mujeres no se separan de sus parejas para no perder las comodidades económicas, vienen bien los consejos de esta experta para romper el miedo y atreverse a invertir.

10 malas decisiones que las mujeres tomamos por dinero

1.    Casarse por dinero.
2.    Mantenerse en malas relaciones por conservar un nivel social.
3.    Permitir que el hombre tome las decisiones financieras.
4.    Aceptar la idea de que el hombre es mejor en el manejo del dinero.
5.    Asumir las decisiones de otros, porque creemos que no somos buenas en el manejo de la plata.
6.    Permanecer calladas para no pelear con nuestras parejas y mantener la paz.
7.    Dejar que nuestra pareja maneje el dinero, para no salir de nuestra comodidad.
8.    No aceptar el valor que tenemos.
9.    Aguantamos las desigualdades de un empleo frente a un hombre, porque es mejor tener trabajo. Y hasta hacemos las funciones que le corresponden a él o ellos.
10.    Nos sentimos culpables por pasar horas extras en la oficina y no en casa con la familia. Y a pesar de eso, nos perdemos momentos personales o familiares, por trabajar.

Primer paso: vencer el miedo

Aunque el miedo nos alerta de situaciones en las que estamos en riesgo y debemos reaccionar como instinto de protección, también puede ser un potente paralizador que nos borra cualquier acción.

El miedo es una excusa. Así que es lo primero en lo que tienes que caer en cuenta cuando aparece: está ahí para no dejarte avanzar. Dice la autora que un miedo común de las mujeres que no las deja arriesgarse es el de verse fracasadas, sin dinero y en la calle. Por eso se quedan en su zona de confort.

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Una forma de acabar con el miedo es asumir más experiencias, enfrentar retos y, a través del mayor número de negocios o inversiones que se vayan realizando, se conocerá más el área y se temerá menos.
“No se trata de deshacerte de tu miedo, sino de controlarlo cuando aparezca. Solo da el siguiente paso”, dice la autora y asegura que vas a necesitar esfuerzo y decisión para arriesgarte. ¿Vas a perder? Seguramente. ¿Vas a ganar? También, pero, cómo saberlo si no te decides. Claro, cada elección debe estar acompañada de estudio, análisis, opiniones expertas, observar las posibilidades de riesgo y las de ganancias.

¿Qué tanta riqueza tienes?

Para saber realmente cuánto dinero posees hay que resolverlo en estos 3 pasos.

Paso 1.
La autora plantea hacer una lista de los gastos mensuales. Ser honesto y poner todo lo que compramos y lo que debemos.

Paso 2.
Cuánto dinero tienes, sin contar el salario mensual, entre ahorros y activos. Por ejemplo, dinero en el banco, el dinero que tienes de tu casa o de tu carro –no el que debes, sino lo que posees-. Luego, tomas esa cantidad y la divides por el valor de tus gastos mensuales. Así obtendrás el número de meses que podrías vivir si te quedas sin empleo.

Paso 3.
Hay que hacer la siguiente ecuación:

Ahorros+ ingreso entrante sin que tengas que trabajar+ gastos mensuales de vida=tu riqueza

En esta ecuación nos falta un punto fundamental: los ingresos entrantes que no dependen de tu salario de empleada. Ya sabes cuántos meses podrías sobrevivir si te despiden hoy de tu trabajo. Entonces, ¿qué esperas para salir a invertir?