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Sexo en el embarazo

Sexo 'placentario'

Revista Fucsia , 23/11/2011

La idea de tener relaciones sexuales durante el embarazo suele generar temor e incomodidad en las parejas, pero la sexóloga brasileña Flavia Lana asegura que, salvo en casos de riesgo, el sexo en este periodo tiene grandes ventajas físicas y sicológicas.

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Contrario a la creencia popular, no hay ningún estudio científico que señale que tener relaciones sexuales durante un embarazo normal es contraproducente para el bebé o la madre. Pese a ello, más de 90 por ciento de las mujeres así lo consideran tan pronto saben que están embarazadas y, por ello, eso es lo que primero le preguntan al ginecólogo cuando piensan en sexo. “La vida es una búsqueda eterna de satisfacción y placer, entonces, ¿por qué dejarlo de lado durante el embarazo?”, pregunta Flavia Lana, una sicóloga graduada de la Universidad de Brasilia y especializada en sexología.

En su doble condición, la de mamá y experta en el tema, asegura que si bien la sexualidad es vital para una mujer, durante el embarazo no sólo es una fuente de relajación y unión a su pareja, sino también una forma para elevar la autoestima y construir una imagen positiva de sí misma en un periodo de cambios radicales.

En entrevista con FUCSIA, Lana, quien cursó un posgrado–maestría en el Instituto de Sexología Clínica de Roma y ha trabajado en el Manhattan Family Practice (una clínica privada en Nueva York), sostiene que pese a que la sexualidad es un campo poco explorado en las consultas ginecológicas, las parejas no deben privarse de ella, siguiendo las recomendaciones médicas, en un momento único: la llegada de un hijo.

¿Cuáles son los mitos de tener sexo  durante el embarazo?
El primero y más grande es que se vaya a lesionar al bebé. Hay formas de demostrar que esto es imposible porque el útero está tan bien revestido que protege muy bien al bebé. Tendría que romperse el útero y eso es casi imposible.

¿Qué ventajas tienen las relaciones  sexuales durante este periodo?
Trabajar la concepción y aceptación del cuerpo durante el embarazo es difícil, y con el sexo la mujer puede sentirse contenta y atractiva. Además, une más a la pareja, uno disfruta del otro y esa unidad se mantiene activa.

¿Y en términos fisiológicos hay algún beneficio?
Sí. Es saludable para la mujer porque no sólo la hace sentir más relajada, sino que eleva su autoestima y ayuda a liberar endorfinas (neurotransmisores que controlan el dolor y dan placer), y las hormonas que se liberan en la lactancia y durante el placer sexual. Contribuye a dilatar y contraer los vasos sanguíneos con mucha más fuerza, principalmente en los senos y eso contribuye a la lactancia, y para sentir bienestar, en general.

Sicológicamente, ¿qué es lo que más limita a las embarazadas para tener relaciones sexuales?
La aceptación de su propio cuerpo. Si es difícil para una mujer aceptar su cuerpo cuando no está embaraza, mucho más cuando todo cambia: los senos se ponen hipersensibles y el abdomen, la cadera y la cara engordan. Es un momento lindo y único de la mujer, es mágico, pero creo que las mujeres sólo lo entienden cuando pasa y ven que el cuerpo vuelve a su estado normal, pues todas tenemos miedo a quedarnos con el cuerpo de embarazadas. Ahí es cuando ella se avergüenza y pone barreras a su pareja.

Aunque sea difícil de creer, los hombres aceptan mucho más fácilmente el cuerpo de la mujer durante el embarazo de lo que todas nos imaginamos. Somos nosotras, muchas veces, las que ponemos las mayores dificultades. Lo que yo recomiendo es evitar las partes y las posiciones que pueden causar dolor. Pero eso no significa relegar la sexualidad, pues hay formas distintas de vivir el placer. El embarazo también es un momento para descubrirse el uno al otro.

¿Qué piensan los hombres durante el embarazo de su pareja? ¿Por qué son más flexibles de lo que las mujeres suponen?
Los hombres tienen una gran capacidad de aceptar este cambio porque saben que es provisorio. Además, a ellos también les atrae ver senos grandes, cargados de leche… les recuerda a su madre, a su infancia.

Cada vez más se descubren formas en las que el hombre somatiza los efectos del embarazo de su pareja. ¿Hay cambios en él frente al sexo, durante este periodo?
Depende del hombre, de su vínculo con la pareja y con su hijo. Hay hombres que sienten más deseo e impulso sexual, pero eso es sicológico, no hay ninguna razón fisiológica que determine esa conducta. La potencia es fuerza, y sexualidad para el hombre significa que es potente; e impotencia, que le falta sexualidad, por lo que tener a su pareja embarazada con un hijo puede que le aumente el deseo de ser más potente. Las mujeres también pueden incrementar su líbido durante el embarazo por la fuerte descarga hormonal que tienen y porque no piensan en el riesgo de quedar embarazadas. En otras palabras, el parque de diversiones tiene entrada libre.

En general, ¿cómo es la actitud de las embarazadas hacia la sexualidad?
Depende de cada una, es muy particular. Pero tengo una percepción: si la mujer tenía una vida sexual saludable y con mucho placer antes del embarazo, seguro que durante este periodo querrá tener sexo. De lo contrario, aprovechará el embarazo para alejarse un poco de la sexualidad. Las embarazadas que rechazan la sexualidad porque dicen que tienen mareos, se sienten mal, tienen sueño o cualquier otra cosa, deben mirar un poco más adentro porque lo que puede estar fallando es la forma como viven la sexualidad.

¿Hay diferencias en la forma como una mujer embarazada y una no embarazada ve el sexo?
La diferencia puede estar en el acercamiento a su pareja, quizá porque se sienta más maternal, más unida al hombre, al padre de su hijo. Quizá tenga la sensación de una unión que ahora está más fuerte que nunca porque hay un fruto de esa relación: un hijo.

¿En qué circunstancias tener relaciones sexuales puede ser riesgoso?
Si es un embarazo de riesgo en el que hay peligro de aborto, si hay dificultad en el desarrollo del feto, pérdida de placenta o hemorragias. A veces, también cuando hubo una inseminación artificial y la mujer tiene dos, tres o más bebés y la placenta está en el límite de espacio, o cuando ella tiene un problema de salud que la obliga a pasar acostada su embarazo. Pero eso le compete al médico dictaminarlo. Y eso tampoco significa que se acaba la sexualidad porque hay diferentes alternativas de tener relaciones sexuales, no sólo por penetración. La sexualidad no es la penetración, que es otro de los grandes mitos, sino uno de sus momentos. No hay que temer hablar con el ginecólogo, hay que hacerlo preguntándole de todo.

¿Es diferente que una mujer tenga relaciones cuando está embarazada  de un bebé a cuando tiene dos,  tres o más?
Sí, yo creo que sí, porque se siente más pesada y tal vez sufre un dolor más fuerte en la espalda y las caderas.

¿Los orgasmos que puede sentir una embarazada son distintos?
No. Esperemos que mejoren y que estando embarazada descubra otras formas de disfrutar la sexualidad, porque está claro que ésta no está entre las piernas, sino entre las orejas.

¿Pueden los orgasmos precipitar el parto o provocar dolores de parto?

Hasta el momento no he conocido la primera mujer a la que le haya pasado esto. Aunque es muy probable que en las últimas semanas antes del alumbramiento ella no quiera tener relaciones porque está muy hinchada y con una mayor dilatación, lo que puede causar dolor.

¿Por qué cree que socialmente aún no sea del todo bien visto que las mujeres tengan relaciones durante el embarazo?
Por cultura popular. Porque en el caso de las latinoamericanas siempre está muy presente la idea de que la Virgen María es virgen y es santa y ha concebido, sin sexo, a un hijo puro que va a salvar al mundo. En este momento, se hace la asociación de que el sexo es sucio. Entonces, si el sexo es problemático no estando embarazada… embarazada peor. Además, es muy difícil para una mujer dejar se sentirse atractiva y sensual por verse como madre y pensar que su cuerpo debe estar reservado para su hijo. Eso genera un conflicto inicial muy grande.