Tips para ser buen polvo

Todas estas preguntas y dudas salen a relucir en el consultorio cuando hablo con los consultantes sobre este tema.  Varios de ellos me comentan que son “malos o malas amantes” y que quieren aprender a ser mejores en el tema.

Si seguimos al aprendizaje cultural, hacer el amor bien, en el caso de los hombres es que le produzan el mayor números de orgasmos a la pareja, que su erección dure bastante tiempo y que su pareja luzca como si estuviera en su clímax de excitación. En el caso de la mujer, que no demore mucho tiempo en tener un orgasmo, dos o tres, que sea complaciente y una leona feroz en la cama. Si lo vemos a nivel de la pareja, cada uno se debe adelantar a los deseos de la otra persona y debe “adivinar” qué es lo que más le excita a su compañero/a, para que esto nos reconfirme que lo estamos haciendo bien.

Bajo esta mirada, ¿cuál es el foco de atención en estos momentos de intimidad? La otra persona.  Y luego, ¿por qué pensamos que somos malos a la hora de hacer el amor? Le damos toda la atención a lo que nuestra pareja piense de nosotros, si lo hicimos bien o no según los estándares culturales, en vez de sumergirnos en nuestras sensaciones, aprovechando el momento como estímulo de placer propio y gozar de todo el  cuerpo, del compartir y de la magia que se crea  en el encuentro con la pareja. 

No está bien culpar a la otra persona por no disfrutar las relaciones sexuales,  pues esto puede crear grandes traumas. La responsabilidad de pasárselo bien en la cama está en cada uno de nosotros, no en lo que haga o no nuestra pareja. Es por esto que tener una buena comunicación sexual es sumamente importante.

Las relaciones sexuales genitales son cosa de dos (o más) y no es un examen. Cada encuentro es único, por esto no hay una guía preestablecida que diga qué debemos hacer. Yo aconsejo no hacer lo que se cree que se debe hacer, más bien, que se den la oportunidad de que sea el momento el que dicte los pasos; escuchar lo que nos dice nuestra pareja (qué le gusta o qué le excita);  leer los movimientos, la respiración, las miradas y las sensaciones, apartando la razón y el pensamiento del momento (Lee: 'Los 9 errores de los hombres en la cama').

Una buena relación sexual es cuando cada una de las personas está enfocada en pasárselo bien por ella misma desde la curiosidad y la diversión, utilizando el cuerpo de la pareja como instrumento de placer propio y dejando al lado el qué dirá la otra persona y el juicio interior. 

Es el dar y recibir, no dar para conseguir. Si tú te la pasas bien, seguramente tu pareja también habrá disfrutado plenamente, porque no se centran en el pensamiento del deber ser sino en el sentir y en el ser. Y así, nuestro nivel de disfrute se basaría en certezas y no en suposiciones y deducciones.

(Lee también: 'Cosas que ellos odian escuchar en la cama')