Cirugía vaginal

En búsqueda de la vagina “perfecta”: el boom de las cirugías íntimas

RevistaFucsia.com, 10/11/2011

El placer sexual femenino entra a otras dimensiones: la cirugía. El mito de que somos más difíciles de complacer se convierte en realidad, o por lo menos nosotras sabemos qué tan cierto puede llegar ser. De ahí a que cada día miles de mujeres se dirijan al quirófano para que puedan sentir “más de la cuenta”.

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¿Vanidad, gusto, placer, salud o capricho? La discusión sobre las cirugías femeninas siempre rondará sobre el mismo punto: si es una necesidad anatómica o estética para las mujeres del siglo XXI. Desconocemos muchas cosas acerca de un procedimiento que se puso de moda, todo lo que implica a la hora de dar el paso definitivo y las diferentes opciones que existen dentro del mercado de la medicina estética.

Por qué y para qué  
Cuando  hablamos de  cirugía íntima, nos  referimos a mejorar la función y el aspecto externo de los órganos sexuales y la recuperación de su tonicidad. Las mujeres lo buscan por una razón: restablecer la autoconfianza y mejorar la calidad de la satisfacción sexual en pareja.

La sexualidad de hombres y mujeres es claramente, muy distinta. Desde el punto de vista biológico, ellos  son más fáciles de complacer, pero el placer en las mujeres es otro cuento: va desde lo psicológico hasta lo físico, y finalmente, conduciendo a lo que es la autoestima femenina. Cuando este último factor funciona, somos más asequibles a tener complacencia rápidamente. Aquello del juego de la seducción no es mentira: es un punto de partida clave para la producción del placer.

Según el cirujano plástico Belman Galvis Maldonado, del grupo Dcorpus Internacional, los avances tecnológicos y  un mayor conocimiento anatómico de la sexualidad de la mujer, permiten brindar una solución a aquellas características antiestéticas y alteraciones funcionales que afectan la calidad de vida y el disfrute pleno.

Técnicas revolucionarias
•    La reducción de los labios menores: También conocida como, labioplastia reductora o ninfectomía, actualmente es la más solicitada por las pacientes. Recomendada para aquellas mujeres que por razones congénitas u otras causas presentan un tamaño anormal, asimétrico o colgante de los labios menores. La incomodidad al vestir prendas ajustadas o al usar el traje de baño, molestias durante las prácticas de algunos deportes como el ciclismo o gimnasia, y, sobretodo, limitaciones o inhibiciones durante el acto sexual, son la principal causa de esta molestia física. Según estadísticas del Servicio Nacional de Salud Británico, esta tipo de intervención es cada vez es más popular por la efectividad de la misma, con un grado de satisfacción hasta de un 90%.
  
•    El estrechamiento vaginal o vaginoplastia: Rejuvenecimiento de esta zona íntima en la que los músculos vaginales recuperan la tonicidad que se pierde con el tiempo a causa de las relaciones sexuales, los partos y la vejez. Su aspecto cambia considerablemente y también contribuye a una mayor obtención de placer durante las relaciones sexuales.
 
•    La liposucción del "monte de Venus": Como su nombre lo indica, elimina el exceso de grasa en la parte externa de la vulva, justamente donde se ubica el vello púbico. Un procedimiento creado para fines estéticos. Se realiza con anestesia local.
  
•    La ampliación del punto G: Conocido popularmente como “ El punto de la felicidad”.  El engrosamiento del punto G, que corresponde a una zona extraordinariamente erógena ubicada en la pared anterior de la vagina, receptora de estímulo y generadora de mayor excitación y gratificación sexual en la mujer, consiste en la aplicación de ácido hialurónico para ampliarlo, haciéndolo más notorio y aumentando su sensibilidad.

¿Moda o necesidad?
Una investigación publicada en la Revista internacional De Ginecología y Obstreticia, indica que durante el 2011 creció considerablemente el número de mujeres que se realizaron cirugías en sus genitales. La mayoría, por motivos de apariencia.
El estudio, que se dedicó a medir la vulva de las mujeres que querían reducírsela, determinó que una gran proporción no necesitaba la intervención según los requerimientos básicos si de salud sexual se habla.

La demanda por la “vagina de diseño” ya se extiende a edades escolares o jóvenes universitarias  que quieren mejorar la apariencia de su vagina, cuando realmente no es necesaria a tan corta edad. La misma Asociación Británica de Cirujanos Plásticos pidió a médicos y cirujanos determinar patrones más rigurosos al momento de realizar el procedimiento: solo deberían aplicar las personas que realmente necesitan el tratamiento.