Cuando la violencia intrafamiliar sucede en parejas del mismo sexo

Las parejas del mismo sexo también sufren los golpes, las palizas y el maltrato sicológico en el contexto de las relaciones amorosas. Sin embargo, no cuentan con el respaldo jurídico y social que se le da a este tipo de actos violentos cuando se cometen dentro de una relación conformada por un hombre y una mujer.

Este debate ha sido reabierto en España recientemente, donde se está planteando la posibilidad de que en uno de los departamentos que conforman el territorio español se reconozca como violencia de género el que se comete entre parejas del mismo sexo, así como entre transexuales y bisexuales.

Diferentes asociaciones y colectivos homosexuales a nivel mundial llevan años pidiendo igualdad en este ámbito, es decir, que se equipare la violencia intragénero al de género con el fin de conseguir una legislación que proteja a la comunidad LGTBI.

Para Ander Arcos Alonso, sociólogo por la Universidad del País Vasco y especializado en Derechos Humanos, la equiparación está clara. “La violencia de género no se determina por el tipo de persona o víctima, sino por la motivación del victimario, es decir, si se basa en estereotipos o roles asociados al género; si se debe a las relaciones dominantes de género en una sociedad”.

De la misma opinión es Maria José Barajas, abogada de la Universidad Pontificia de Comillas de Madrid (España), con especialidad en Relaciones Internacionales. La pertinencia de acuñar esta denominación radica en que “en muchos casos, las personas del mismo sexo crecen y conviven en un modelo heterosexual machista que luego replican a sus parejas del mismo sexo”.

Otra de las opciones, como indica Alejandra Galán, especializada en Derechos Humanos de la Universidad Carlos III de Madrid, es encuadrar la violencia intragénero dentro de una formula terminológica de mayor alcance, como ‘violencia doméstica', en la que se incluiría todo tipo de maltrato ejercido dentro de una relación.  “Es cierto que la mayoría de los casos tienen como víctima a la mujeres, pero también hay casos de mujeres maltratadoras y eso también es violencia de género. Lo que ocurre es que socialmente no aceptamos a la mujer como la dominante debido a una cultura patriarcal imperante. Creo que la violencia dentro de la pareja, ya sea hetero o homosexual, se debería calificar de otro modo”.

Sin embargo, Ander Arcos Alonso considera imprescindible hacer una diferenciación a ese respecto, puesto que no toda la violencia de pareja se ejecuta por motivos de género, y no toda la violencia entre personas del mismo sexo es violencia afectiva. “La clave son los roles y el por qué se ejerce la violencia, es decir, el condicionante, que puede ser el género u otra razón, por lo que debe ser aplicable también a las personas homosexuales.

A veces la violencia intrafamiliar se ejerce por motivos de género, otras veces no. Asimismo, es necesario tener en cuenta, como asegura el sociólogo, que en muchos rincones del mundo, las parejas homosexuales no tienen el derecho a formar una familia legalmente. “¿Qué pasaría si el hecho se tipifica como violencia doméstica, en una sociedad en la que la ley no reconoce que comparten un proyecto de vida común? Se les estaría tratando como dos amigos que han peleado, y son más que eso”.