Deseo sexual

Lo que ellas quieren: cómo expresar tus deseos en la cama

RevistaFucsia.com, 5/2/2012

En el momento en el que estamos preocupadas por darle gusto a los hombres en la cama, olvidamos otro elemento importante: lo que nosotras queremos. No más orgasmos fingidos o sesiones de sexo en las que nos la pasamos pensando qué pinta nos vamos a poner la mañana siguiente. Es hora de gritar lo que quieres y obtenerlo de una buena vez.

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Para pasarla bien en una faena sexual, no solo basta con desearlo: es momento de hablar, de conocerte a ti misma y de experimentar; recuerda que “la práctica hace al maestro”. No podemos esperar que nuestra pareja haga todo por sí sola y adivine nuestros pensamientos más atrevidos y las vías que nuestro cuerpo nos pide para llegar a un orgasmo celestial. Tampoco esperes mucho si lo que haces en la cama es pensar y hacer exclusivamente que tu pareja se sienta a gusto. Simplemente no vas “llegar” a ningún lado.

Una relación y una buena noche de sexo es de dos, por eso lo fundamental es saber comunicarte con el que está al otro lado de la cama. La aventura y el deseo hacen una dupla ganadora, pero si previamente no has sido franca y directa con lo que quieres, siempre resultarás trabajando por dos. Es hora de hablar, para luego entrar en acción. Secretos de la comunicación sexual.

1.    Habla, antes y después:
Vuelve al pasado con las clases del colegio sobre reproducción sexual, y esta vez ve sin tapujos directo a tu objetivo. De sexo hay que hablar, más cuando las cosas no van bien en ese ámbito. A veces por temor, por no dar larga al asunto o simplemente porque se convirtió en algo mecánico, no tocamos el tema con nuestra pareja a menos que un problema grave se presente. No esperes a que las cosas se compliquen para tener una “tertulia” sexual con tu compañero. Tal y como una terapia cualquiera: cómo te has sentido en los últimos encuentros, qué te gusta y qué te disgusta del sexo que practican, calificar de 1 a 10 la relación sexual, son unos de los temas a tocar por parte de los “panelistas”. Las conclusiones finales vienen “después de”: qué tal estuvo, qué te encantó, que faltó (aquello que te disgustó es mejor debatirlo en otro ambiente), qué te gustaría probar la próxima vez, etc. Aprende a decirlo con tacto y con cariño, como si se tratara de una charla casual, no de un juicio por desempeño.

2.    Deja que tu cuerpo hable: Deja que tu cuerpo se exprese cuando las palabras sobren, más que nada en pleno acto. Las “palabras sucias” o los susurros al oído no siempre son suficientes; el calor del momento distorsiona los sentidos cuando estamos a punto del clímax. En ese instante, nos  entendemos mejor con el cuerpo: guía su mano por lugares que despiertan tu deseo, toma las riendas y propón posiciones excitantes para ti. Cuando sientas que estás llegando al punto anhelado, no dejes de lado los gemidos y exclamaciones de aprobación: eso lo motivará a seguir haciendo bien lo que sea que esté haciendo.

3.    Jerga sexual: Para poder dialogar del tema, debes tenerla clara: no puedes hablar de orgasmos, labios vaginales, clítoris, punto g y pene si no conoces nada al respecto. Investiga, consulta con tus amigas y resuelve tus dudas con ellas o con un experto; habla con amigos hombres y mira el asunto desde la perspectiva masculina. Si vas a debatir sobre el tema, tienes que llegar con argumentos y conocimientos. No solo debes tener la “capacidad intelectual”, sino la viva voz para decirlo sin tapujo o pena alguna. Si te sonrojas con solo decir “sexo”, debemos decirte que no estás preparada para conversar con tu pareja al respecto. De ahí lo importante de charlarlo con otros antes de dar el gran paso. Sé vulgar, aprende cómo hacerlo y decirlo.

4.    Seguridad: Luego de quitarte los tabúes sobre el tema y las reacciones de tu pareja, es momento de que tengas presente lo que realmente quieres. Debes tener un propósito para la conversación o terminarás con rodeos. Sé directa, ve al grano y dile lo que quieres experimentar junto a él. Cuidado: nunca lo dejes de lado y conviertas la charla en un “yo-yo” sexual. Dile que es con él con el que quieres experimentar ciertas cosas, pero recuerda, esas “cosas” ya debes tenerlas claras desde el principio de la discusión

5.    Crítica constructiva: Una cosa es ser directa y otra mandar a tu pareja al paredón del mal rendimiento sexual. Criticarlo, positiva o negativamente, solo hará que se sienta cohibido y que tenga más temores que soluciones. Akessandra Rampolla, sexóloga latinoamericana, explica que lo indicado es cambiar el “No me gusta”, por el “Prefiero/Me gustaría que...”, para que él se involucre en la experiencia en vez de sentirse juzgado.

6.    Hagamos negocios:
Deja que él también se exprese, sus puntos de vista y lo que espera que tú le des al momento de la faena. Es un derecho de dos y la idea no es ceder o sacrificar: es encontrar el punto de conformidad de los dos. ¿Alguno de lo dos ha pensado en una fantasía sexual que no ha podido llevar a cabo? Es tiempo de cumplirla, incluso si no te llama tanto la atención. Pero al fin de cuentas, ¿qué puedes perder? Puede ser muy satisfactoria para la contraparte.