Fases de la relación

¿Qué te depara tu pareja? Conoce las etapas de una relación

RevistaFucsia.com, 19/2/2012

Triunfar en el amor no es una tarea fácil. Desde el idílico coqueteo hasta la rutina del día a día nos dan cuenta que una relación requiere más que palabras dulces o noches fogosas. Las personas cambian, y los noviazgos, también ¿En qué etapa te encuentras? ¿Cómo afrontarla para lograr el éxito que esperabas en un principio?

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Las mariposas revoloteando no siempre estarán presentes, y los conflictos y la rutina tampoco serán una opción. No importa cuál sea el estado de la relación, siempre nos preguntamos ¿hacia dónde vamos? Sin afanes, pero sí con expectativas. Para amar hay que aprender que el camino del amor no va en solitario, y que para evolucionar hay que escuchar y saber callar.

1.   Química a primera vista: Es el preámbulo de cualquier relación, que hasta el momento se visualiza como “casual” o experimental. Para algunos expertos, es esta etapa en la que más errores cometemos: somos más  “viscerales” e instintivos. Aunque es el momento donde todo entra por los ojos, un primer contacto verbal o compartir en lo mínimo es lo que realmente define la química: qué tan bien te entiendes (por el momento) con esa persona, si te sientes bien cuando estás con ella y las ganas de seguir haciéndolo.

•  Consejo: Arriésgate y déjate llevar por tu corazón si sientes esta reacción con alguien. Lo peor que puede pasar es que no le des un “sí” y él simplemente de la vuelta antes de que las cosas se tornen más serias.

2.   Enamoramiento: Lo más peligroso de esta fase es cuando tendemos a idealizar a la persona. Es la proyección de “la pareja ideal” la que hace que actúes más con el corazón que con la razón. Todo es perfecto: en pleno cortejo, a la luz solo saldrán acciones buenas. Hay energía positiva, sentimos que nos conocimos de toda la vida, hay entusiasmo y deseo. El resultado de la ecuación: estamos llenos de felicidad, nada podría salir mal. Es el momento de mayor atracción.

• Consejo: Aunque idealizar a alguien también implica encontrar todas sus cualidades y engrandecerlo, debes ser consciente de que es apenas un primer acercamiento, de que para conocer a tu pareja por lo menos en un porcentaje aceptable, falta mucho, y en ese lapsus de tiempo, vas a llevarte varias sorpresas, que no siempre serán malas, pero que sí te desmotivarán si lo que has hecho hasta ahora es creer que quien está a tu lado es perfecto. Recuerda: nadie lo es y todos tenemos defectos.

3.    ¿Quién eres realmente?: Es tiempo de conocerse más, tus mismas expectativas te lo pedirán. ¿Por qué? Porque quieres ir más allá, pero con seguridad, y sabes que detrás de un mundo color de rosas y lleno de corazones, hay una pareja con falencias y diferente a ti en varios aspectos. Es el momento en el que la relación se torne más real y las decisiones importantes se toman en conjunto. Primero, presentar a la pareja en sociedad (familia y amigos) y esperar que él haga lo mismo, es una formalización concreta. Construir proyectos juntos (como un viaje o hasta inversiones económicas compartidas) y descubrir defectos y virtudes son los primeros pasos.  Ibis Schlesinger lo explica así: “compartir sueños sucede cuando queremos amar y ser amados y confiamos que nuestro amor durará para siempre.  Hacemos promesas al ser amado sobre estos sueños”.  

• Consejo: Tiempo de conocerse realmente, ahora comparten más instantes (y espacios)  juntos y las novedades no serán tan recurrentes ni emocionantes como en un principio. Es la etapa indicada para aprender a escuchar, a dejar entrar a la temida palabra “rutina” a la relación y disfrutar de ella: tienes a tu lado alguien que comparte su vida y cotidianidad contigo, alguien que hace cosas que tal vez no sean de su total agrado, solo para estar junto a ti. Debes dar lo mismo y ceder sin que esto se convierta en sacrificio.

4.   Algo no está funcionando:
Las primeras crisis reales hacen su aparición. Son el reflejo del paso del tiempo, donde los defectos pueden convertirse en grandes obstáculos. Hemos “desgastado” ciertos códigos de la relación y la cotidianidad aparece como un arma letal. La pasión disminuye y ya no somos el centro de atención de nuestra pareja. Pero si lo piensas mejor, él tampoco es una prioridad en tu vida, así que las cartas están repartidas por igual.

• Consejo: Hay que replantear ciertas cosas. Busquen la novedad en lo que hacen, y sobre todo, se tienen que dar cuenta que más allá de ser novios y amantes, son amigos, que pueden confiarse cualquier cosa por más dolorosa o desagradable que sea. Renovarse en el área sexual es otro mecanismo para reinventarse.

5.   Te toca porque te toca:
En algún momento de la vida en pareja, llega un período en el que sientes que el “estar por estar” es la principal característica (y condena) de la relación. Es normal, siempre y cuando dure periodos cortos y no se convierta en una constante de meses; si así es, lo mejor es replantear el rumbo de la relación y tomar decisiones radicales. La enfermedad de una  pareja es convivir porque les toca, por el qué dirán o para no hacer daño a los hijos. Estar ante la sociedad como una pareja estable y vivir como perros y gatos puertas adentro no es un buen signo. Sin embargo, tener momentos críticos donde lo último que quieres es tenerlo al lado, es algo completamente común y normal.

• Consejo: No dejarse llevar por orgullos. Escudriñar por medidas extremas no es el remedio, reinventarse sí. Nuevas propuestas para revivir el romance pueden ser la opción, además del truco infalible que por muy tradicional que suene, es el que nunca falla: hablar con sinceridad, sin tapujos y sin penas. Nada de irse a la cama con un discurso que nunca saldrá de tu boca.