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Come bien, enfrenta mejor el estrés

Revsita Fucsia.com, 19/3/2009

El estrés no sólo afecta la parte emocional de los individuos también tiene una directa relación con la condición física.

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Por: Revista Fucsia.com
 
En estos tiempos donde las cargas laborales y familiares son tan altas, la mayoría de las personas sufren de estrés. Algunas veces esto desencadena con episodios relacionados directamente a alteraciones emocionales pero en algunos casos se evidencia por la aparición de enfermedades a nivel corporal. Enfermedades cardíacas, ulceras, asma, hipertensión y diabetes son las muestras más comunes de estas repercusiones.

Sin embargo, es posible a través de una alimentación equilibrada darle la guerra al estrés. Muchas veces cuando nos sentimos mal, tristes o agobiados por las labores diarias lo primero que se nos ocurre es comer chocolates, tomar café y en algunos casos, fumar un cigarrillo. Este es el primer error. Aunque por un momento puedan servir como estimulante muy pronto se desencadenará de nuevo el estrés con más fuerza. ¿Por qué?

Si no estamos bien alimentados el cuerpo no tiene como responder correctamente las exigencias físicas y mentales. Más aún, el no comer adecuadamente le genera al cuerpo un estado de estrés extra ya que no encuentra los elementos necesarios para sentirse bien sobre todo cuando el estrés provoca un aumento en las necesidades del cuerpo. Esto se debe a que las glándulas suprarrenales segregan adrenalina, que es la hormona del stress. cuando el organismo sufre de uno de estos episodios

La adrenalina, específicamente, viaja por el cuerpo elevando la presión sanguínea y la presión cardiaca, acelerando el ritmo respiratorio y alterando otros procesos corporales como la producción de azúcar. Durante estos episodios también es liberada grasa por las células adiposas en el torrente sanguíneo para de esta manera aumentar la energía disponible para los músculos. Ya que durante los momentos estrés el cuerpo se encuentra en un estado tenso que requiere de más acción de los músculos.

La alimentación saludable es entonces la herramienta para enfrentar de forma adecuada no solo el estrés sino cualquier otra alteración. Un cuerpo mal nutrido es más susceptible a las enfermedades.

Se debe empezar entonces por comer alimentos ricos en antioxidantes ya que ellos ayudarán a eliminar los radicales libres producidos por un alto ritmo de trabajo. También es clave incluir alimentos ricos en vitaminas de los grupos B y C, , carnes magras como el pollo y el pavo, lácteos bajos en grasa, pescados azules, alimentos ricos en fibra e infusiones.

En esos días, al contrario de lo que se había mencionado antes, es importante eliminar los azucares refinados y remplazarlos por los hidratos de carbono o refinados que se encuentran en las frutas, los cereales completos y en las legumbres. Estos alimentos son metabolizados y absorbidos con más lentitud lo cual no provocar en el organismo reacciones bruscas a la hora de hacer su regulación metabólica habitual.

Por esto una dieta anti estrés debe tener azúcares no refinados, proteínas, grasas no saturadas (alimentos de origen vegetal que ayudan a reducir el colesterol en la sangre) y una pequeña proporción de grasas saturadas (estas se encuentran, principalmente, en los alimentos de origen animal). A esto se le debe sumar la forma como están conservados y cocinados los alimentos ya que esto determina la cantidad de minerales y vitaminas que llegarán finalmente al organismo.

Así queda claro que los alimentos ayudan, en cierta medida, a aumentar o a reducir los niveles de estrés. Por esto, no hay que tomar a la ligera la alimentación para de esta manera tener las herramientas necesarias para poder afrontar cada día.