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Ser saludable es grandioso, pero no te olvides del PLACER

, 16/3/2011

Adoptar una vida saludable es bueno para ti, siempre y cuando no se convierta en una obsesión. Encuentra aquí consejos para no caer en este grave error.

Ten en cuenta hábitos saludables pero no te olvides del placer, foto: Thinkstock - Foto:

Por RevistaFucsia.com
 
Simple, saludable, bueno. Estas tres palabras, que recientemente se han vuelto emblemáticas cuando nos referimos a la cocina ‘natural’, se han vuelto un sinónimo de la promesa de una mejor vida. Vivir saludablemente se ha convertido en una fórmula mágica, algo que nos abre las puertas a una existencia saludable, libre de estrés, enfermedades y envejecimiento. No pasa un día en el que no hablemos sobre los alimentos que son buenos para nosotros, con la promesa de que vamos a vivir más años.
De hecho, la industria alimentaria y su gente de marketing han entendido esto y por eso nos han empezado a ofrecer una serie de productos que son naturales, saludables, balanceados, o simplemente verdes. No es extraño ver un aviso de 100% light en la etiqueta de las pechugas de pollo, o tener acceso a yogures que contienen bacterias que nos van a quitar la hinchazón abdominal. Las lechugas son orgánicas y los jugos han sido agregados con múltiples vitaminas. En fin, si nos hemos vuelto receptivos a la idea de ser saludables es por una buena razón. ‘Más del 30 por ciento de nuestras enfermedades son originadas por nuestro estilo de vida, no por factores genéticos’, afirma Dominique Lanzmann-Petithory, gerontóloga, nutricionista y especialista en deportes.

Hace 50 años desconocíamos lo buenos o malos efectos de ciertos aspectos de nuestro comportamiento. En los años 60, por ejemplo, comer carne al almuerzo y a la comida resultaba saludable. Hoy para algunos el sólo hecho de incluir un pedazo de carne a la semana resulta inconcebible. De hecho, hoy en día el vegetarianismo es bastante popular y somos considerados responsables de nuestra salud.

‘Sabemos que al cambiar ciertas conductas y hábitos podemos vivir mejor, libres de enfermedades’, dice Yann Rougier, especialista en neurobiología y nutrición. Esta es la razón por la cual examinamos en sumo detalle cada cosa que hacemos, tomamos, comemos, como dormimos y hasta como caminamos. Con el consejo de doctores, nutricionistas, psicólogos, es inevitable. ¿Enfermedades cardiovasculares y colesterol alto? Las grasas son prohibidas… Por años hemos sido advertidos que tenemos que dormir por lo menos 8 horas, y sin embargo se ha comprobado que este número varía de acuerdo a la persona, sin atentar contra la salud.

Hay muchos más ejemplos, porque los consejos médicos se guían por las tendencias. Roguier se divierte comparando consejos médicos contradictorios. De acuerdo a él, hay más de 103 millones de referencias sólo a la palabra nutrición. La información no lleva a ninguna parte, ya que los datos se contradicen entre sí. ¿Comer o no carnes rojas? ¿Tomar una copa diaria de vino? Estamos bombardeados con una serie de complicada información y estudios contradictorios. Y a pesar de que nuestro cuerpo nos habla, hemos dejado de oírlo. Te está pidiendo a gritos un pedazo de chocolate pero te frenas porque te han dicho que no debes comerlo porque te causa acné (aunque también leíste que tiene antioxidantes, buenos para la piel).

Nuestras decisiones no están ahora orientadas o guiadas por el placer o sentido común, sino por las palabras ‘bueno para la salud’. Por eso salir a caminar, que puede resultar muy agradable en un día soleado, se ha vuelto una imposición (sí, saliste a pesar de que llovía a cántaros y casi fuiste fulminada por un rayo). De esta manera, algo que podría ser perfectamente espontáneo y flexible, se ha convertido en una obligación. Ya no hablamos de lechuga, tomate, yogurt o copa de vino, sino de omega 3, antioxidantes y probióticos.

De neurosis a rebelión
‘Los dogmas de vivir saludablemente basados en criterios externos no funcionan’, afirma Gerard Apfeldorfer, un psiquiatra especializado en desórdenes alimenticios. Las reglas y mandamientos han venido creando un fuerte sentimiento de culpa. Este especialista sostiene que la ortorexia (una fijación obsesiva en la alimentación saludable) es un serio problema de alimentación. ‘Lo que observo durante mis sesiones no es el deseo de comer saludable, es una obsesión’. La búsqueda de la perfección inevitablemente lleva al aislamiento… no más comidas con la familia ni cenas con los amigos. Hemos perdido la noción de que la comida no es sólo una necesidad para sobrevivir, también es una forma de crear lazos. Por otra parte, la presión es tan grande de ser saludable (y todas las conversaciones giran alrededor de esto), que un fumador puede rebelarse prendiendo un cigarrillo en su oficina, sin importar que esté prohibido.

No olvidemos vivir
¿Cómo podemos vivir una vida saludable sin enloquecernos? La respuesta es fácil: sentido común. ‘La primera regla para vivir saludablemente es vivir’, afirma la Dra. Susan M Love, quien aconseja relajarse y vivir un poco. La actividad física es un ejemplo: sus beneficios son innegables (nos da la excusa de tomar aire fresco, divertirnos, pasar el tiempo con amigos), pero también tiene riesgos: especialmente para aquellos que sufren del corazón, tendinitis o esguinces. Apfeldorfer cree firmemente que ‘en general vivimos mejor, nuestra comida es más saludable y más variada, por eso despreocupémonos’. No te castigues por que hoy quisiste comer hamburguesa en vez de pechuga de pollo. No lo haces todos los días. No te sientas culpable por no ir al gimnasio. Está lloviendo, las cobijas están calentitas, y están dando tu serie de televisión favorita. Mañana podrás ir.