Estilo de Vida
Saboreando el mundo con Verónica Zumalacárregui, una trotamundos
La periodista regresó a Colombia para recorrer Antioquia con “Me voy a comer el mundo” del canal El Gourmet.
Verónica Zumalacárregui, la intrépida periodista española, ha emprendido un viaje gastronómico épico alrededor del mundo, saboreando lo mejor de cada rincón y llevándose consigo un pedazo de cada cultura que ha tenido la suerte de conocer.
Con una pasión insaciable por la comida, Verónica ha degustado platos exóticos y dispares que van desde la lengua de reno hasta la sopa de pezuña de vaca e incluso un bocado de escorpión. Su paladar aventurero la ha llevado a descubrir los sabores únicos que cada rincón del planeta tiene para ofrecer.
En un episodio especial de “Me voy a comer el mundo,” Verónica se aventuró por las coloridas comunas de Medellín, listo para enfrentar la típica bandeja paisa y disfrutar de los tamales de Marinilla, entre otros tesoros culinarios de la región. Este episodio, transmitido por el canal El Gourmet, capturó la esencia de su apasionante viaje.
Verónica Zumalacárregui ha encontrado la magia de explorar el mundo a través de la comida, convirtiéndose en una de las viajeras y amantes de la gastronomía más reconocidas de la televisión. Su historia es un recordatorio de que la comida es un vínculo poderoso que une a personas de todas las culturas y que la exploración de nuevos sabores es una aventura que enriquece nuestras vidas. ¡Un aplauso para esta valiente viajera y foodie!
Verónica Zumalacárregui, una viajera incansable y amante de la buena comida, comparte su perspectiva única sobre su experiencia con “Me voy a comer el mundo”. En su reciente visita a Medellín, una ciudad que ha experimentado una transformación asombrosa, Verónica reflexiona sobre el impacto que ha tenido el programa.
“Era la primera vez que visitaba Medellín, pero estoy consciente de la evolución de la ciudad, que se refleja en el programa. Exploramos las comunas y vemos cómo están resurgiendo. Creo que este cambio se capta de manera excepcional en el programa”, comenta Verónica. Su viaje le ha permitido descubrir no solo sabores únicos, sino también presenciar el renacimiento de comunidades enteras.
El impacto de sus viajes va más allá de lo gastronómico. Verónica revela cómo “Me voy a comer el mundo” ha enriquecido su vida y su perspectiva. “El programa me ha enseñado a ser aún más tolerante. Viajar expande tu mente de maneras asombrosas. Esa es la riqueza que encuentro en estas experiencias” le contó a FUCSIA.
Verónica destaca su enfoque en vivir el momento y acercarse a la perspectiva de las personas que conoce en sus viajes. “Lo que más me gusta es experimentar y compartir momentos auténticos. Mi objetivo es comprender a las personas desde su punto de vista y evitar juzgar. Cada encuentro es una oportunidad para aprender y apreciar la diversidad de nuestro mundo”, recalca. Su enfoque respetuoso y su apertura a nuevas culturas son lo que hacen que su programa sea una experiencia verdaderamente enriquecedora y reveladora.
Verónica, a sus 35 años, irradia una simpatía auténtica frente a las cámaras. Su actitud abierta y positiva se traduce en una conexión genuina con las personas que conoce en sus viajes. No hay receta que ella no esté dispuesta a probar, sin importar cuán extraña o arriesgada pueda parecer. Su pasión por la comida y la cultura le permite sumergirse de lleno en cada experiencia, brindando una visión auténtica y enriquecedora de nuestro diverso y sorprendente mundo. Su viaje es un recordatorio de que, en última instancia, la humanidad y su diversidad son lo que hace que cada rincón del mundo sea verdaderamente único y maravilloso.