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A pesar de estar rodeada de instagramers y modelos que seguramente ni habían nacido cuando lanzó su mayor éxito musical, durante la pasada semana de la alta costura en París nadie podía quitarle los ojos (ni las cámaras) a Céline Dion.

Y si esto te sorprende es porque no has estado poniendo atención en el último año.

Hace un año exactamente en la ciudad de las luces Dion se consolidó como ícono de la moda. Fue ahí donde se estrenó la relación con su estilista, o como ella prefiere llamarlo, su arquitecto de imagen Law Roach.

Habian pasado únicamente seis meses después de la muerte de su esposo René Angélil y su hermano Daniel Dion, con dos días de diferencia, que Dion convirtió las calles parisinas en su pasarela- la moda se convirtió en su forma de lidiar con el luto.

Con un look arriesgado- tal vez incluso cursi- la diva rescató una sudadera del archivo de Vetements con una escena de la película Titanic, la misma que inspiró su mayor éxito musical hace veinte años. Y sí, aunque podría haber sido un fracaso fácilmente, junto con las sandalias de oro de Gucci y skinny jeans, el outfit se convirtió en su entrada oficial al mundo actual de la moda.

“Céline no le teme a nada”, explicó Roach. “Así que cuando tienes ese tipo de energía, tienes la actitud de poder hacer lo que quieras, sin importar a quién le guste o no le guste. La moda se supone que tiene que polarizar- debe ser abrumadora”.

Ella es la antítesis de los asistentes de alfombras rojas que unen la moda y las celebridades.

“¿Qué está haciendo que las personas interesadas en moda ahora estén interesados en mí, cuando yo siempre he estado interesada en la moda?”, se pregunta camino al más reciente desfile de Dior.

Desde hace cinco años Céline ha bailado y cantando en trajes que han sido diseñados para caminar por una pasarela o alfombra roja. Así que más allá de su nueva alianza con Roach, la reciente Dion-manía es un misterio.

En poco más de un año, Dion ha anunciado una línea de accesorios, asistió a su primera Gala del Met, comenzó su gira musical, y ocupa los lugares más codiciados en los front rows en los desfiles de los diseñadores más reconocidos.

Después de una total reinvención, a sus 49 años Céline sigue sorprendiendonos, mostrándole a la industria obsesionada con la eterna juventud y la novedad, que a veces las mejores fuentes de inspiración han estado ahí desde hace veinte años esperando el momento justo para sacudir al mundo.