Personajes

La impactante historia de una esclava sexual

Fucsia.co, 27/3/2017

Vendida desde bebé a una red de trafico sexual y ahora libre Kendall cuenta su historia.

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Desde viajar por todo el mundo en aviones privados, a un guardarropas con vestidos recién salidos de la pasarela, hasta asistir a los eventos más exclusivos del mundo.

Suena bien, ¿no?

Esa era la vida de Kendall, la esclava sexual que fue vendida por sus padres de bebé al dueño de una poderosa organización de tráfico sexual. Ella aún se refiere a él como su dueño, a pesar de haber escapado hace tres años.

Tras meses de contacto con el programa televisivo Dr.Phil en Estados Unidos, finalmente salió al aire contando su historia.

“Nací en el mundo del tráfico sexual, es la única forma de vida que conozco”, empieza narrando Kendall. “Crecí pensando que era normal que los hombres adultos violaran a niños pequeños” y “cuando tenía dos años ya estaba acostumbrada a ser abusada sexualmente”. Sin embargo Kendall no está segura de cuántos años tiene, cree tener 23 pues hizo un test en Facebook de “eres de los noventas si recuerdas estos juguetes”.

Además, desde pequeña su “dueño” la convenció que sus padres la habían tenido para él, que ella era su propiedad y que si trataba de escapar nadie le creería. Y lo más triste de todo es que ese es uno de los principales motivos por los que la mayoría de las victimas tardan tanto tiempo en denunciar.

Ha viajado por todo el mundo a todo tipo de eventos con clientes, miembros prominentes de la sociedad. Estos pagaban por tener sexo con ella, la obligaban a tener sexo con otros, o hasta abusaban de ella físicamente con la condición de no dejar marcas en su rostro.

Su “dueño” la obligaba a comportarse como un perro, la mantenía en una jaula suspendida en el techo y abusaba física y sexualmente de ella desde antes que supiera hablar.

En algunas ocasiones estuvo encerrada en sótanos con otros niños secuestrados. Los niños eran abusados desde bebés y obligados a tener sexo con mujeres desde los cinco años. “Esto me parecía muy normal, y nunca consideré seriamente en irme”.

Únicamente trató de quitarse la vida una vez, cuando su captor le otorgó un arma y el “permiso” de quitarse la vida. Incluso le enseñó cómo debía hacerlo para asegurarse que moriría. Sin embargo cuando jaló el gatillo, el arma no estaba cargada y luego fue sometida a todo tipo de castigos por haber tratado de dejarlo- “ahí entendí que jamás me dejaría ir”.

“Asistía a todos estos eventos espectaculares, pero siempre terminaban horrible para mí”. Para ello Kendall tenía un maquillador y peluquero profesional quienes se aseguraban de que se viera bien, además de ir siempre vestida con ropa de diseñador.

Cada cliente tiene expectativas distintas que ella debía cumplir. Incluso en ocasiones tuvo sexo con niños de cinco años y asegura que “hasta el día de hoy no se si yo los violaba a ellos, o ellos a mí”.




Otros clientes pagaban por dejarla embarazada. Kendall afirma haber dado a luz a tres hijos, dos niñas y un niño, que ahora también son víctimas de la red de tráfico sexual. Solo los pudo ver en contadas ocasiones como recompensa, y aunque le gustaría tenerlos con ella ahora está convencida que los metería en problemas así que trata de olvidar que los tuvo.

Una de las cosas más miedosas que un cliente la obligó a hacer fue participar en una cacería…¡en la que ella era la presa! Además ha sufrido múltiples fracturas en los dedos, las costillas y ha sido pateada repetidamente en la cabeza.

Pero el peor trato lo recibió de su captor, pues además de abusar de ella también la torturaba y castigaba. Para asegurarse de hacerla entender que él tenía el control sobre ella a veces le quitaba toda la ropa y la mojaba hasta que prácticamente muriera de frío o la ahogaba en la tina. “Cada una de esas veces temí que me fuera a matar, pero después estaba triste cuando me dejaba vivir”.



En el mundo hay miles de casos como el de Kendall que están pasando por lo mismo que ella ha sufrido. Es increíble pensar que en los eventos deportivos y de entretenimiento más grandes del mundo haya mujeres como ella “trabajando”. Y que peor aún, hay mujeres que no están secuestradas y son tratadas de esta manera por sus parejas, la cuál es una de las cosas que no puedes perdonarle ¡nunca!

Pero es que desmantelar estas redes no es tarea fácil- se mueven en aviones privados y con pasaportes falsos (Kendall tuvo 6). También entrenan a sus víctimas a actuar “normal” y además si son descubiertos es muy poco probable que las mujeres testifiquen en su contra por miedo.

Además el daño psicológico es tan fuerte que incluso las dejan asistir solas a este tipo de eventos, pues han sufrido tanta manipulación que ni siquiera intentarán pedir ayuda.

Para Kendall, el daño ha sido tan profundo que parece no comprender el abuso por el que ha pasado. Ella misma asegura estar confundida e indecisa sobre si quisiera volver donde su captor.


¡Una realidad que parece sacada de una película de terror!