"¿Cuál es la política de la mujer? La política de la mujer es toda"

En términos de inclusión de mujeres y equidad de género, un siglo parece no ser tiempo suficiente para lograr avances significativos.

Hace 100 años precisamente, la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad (LIMPAL) inició su lucha a favor de la consecución de la paz en el mundo. Un objetivo que necesariamente debe incluir a las mujeres como individuos con capacidad de decisión e incidencia en las políticas públicas.

Un siglo después, las demandas de LIMPAL siguen más que vigentes a nivel global, y Colombia no es la excepción. En Bogotá se dieron cita este viernes mujeres relevantes de la lucha feminista para conmemorar la fecha y abordar los retos que todavía persisten en el país en relación con la protección, garantía y defensa de los derechos de las mujeres en el conflicto armado y también en un posible posconflicto.

"Desde 1998, la sección colombiana de LIMPAL ha trabajado para incidir en la política con unas líneas claras: las mujeres tenemos derecho a participar en la construcción de paz. Queremos una resolución del conflicto negociado, pedimos el desarme y la participación en la mesa de negociación”, indicó  Katherine Ronderos, directora de LIMPAL en Colombia.

Ronderos aprovechó la ocasión para remarcar la labor de las numerosas organizaciones feministas y sus esfuerzos por lograr la incidencia política de sus propuestas. "No estamos en las noticias, pero estamos en los territorios".

Reflexiones durante el debate:

1. Revictimización de la mujer
Las ponentes coincidieron en que uno de los problemas más graves que afronta la mujer colombiana es la continua revictimización a la que se la somete, no solo en época de guerra. Así lo indicó Carmen Magallón, doctora en ciencias Físicas y presidenta de LIMPAL España: "se nos conceptualiza como grupo vulnerable y desde esa construcción simbólica se nos incapacita". Para la española, además de ser objeto de violencia y ser víctimas, las mujeres poseen unas capacidades propias que priorizan la sostenibilidad de la vida sobre otros valores. "Es una forma de concebir la vida que debe imponerse al militarismo y a las formas actuales de concebir las resoluciones de los conflictos".

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2. Exclusión de los ámbitos públicos
 Katherine Ronderos apuntó que la historia de la humanidad cuenta con numerosos referentes de la lucha activa femenina por formar parte de los procesos de toma de decisiones. Sin embargo, "las mujeres no estamos en la historia de este país; tampoco a nivel internacional". Esta idea enraíza sus bases en la manera diferencial de cómo se ha concebido culturalmente a la mujer social en comparación con el hombre social. Esto ha provocado "un aislamiento de estas en el orden social simbólico predominante".

Como indicó Luz Gabriela Arango, directora de la Escuela de Estudios de Género de la Universidad Nacional, resulta clave "rescatar la memoria de la lucha de las mujeres por la paz". 

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3. La política no es un ámbito propio de ningún género
Se ha indicado que considerar que las mujeres son "naturalmente pacifistas" es una idea errada. Así se evidenció en el primer Congreso de la Haya, celebrado en 1915, por el que se constituyó la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad. Muchas mujeres que secundaron el evento, organizado para lograr el sufragio femenino, se negaron a que la cita estuviera enmarcada en una reflexión para darle salida a la Primera Guerra Mundial, en curso en ese momento.

Asimismo, considerar que hay determinados ámbitos de la vida propiamente de mujeres y otros de hombres, también es un error conceptual. Tal es el caso de la paz y de la política, parcelas que cultural y simbólicamente se han considerado puramente masculinas. "¿Cuál es la política de la mujer? La política de la mujer es toda", se dijo durante la conferencia.


4. Puentes entre organizaciones de mujeres para tener mayor incidencia
El trabajo de un siglo de LIMPAL ha puesto de manifiesto la capacidad de las mujeres para mantener lazos entre bandos enfrentados. Para ilustrar esta idea, se citaron los casos de Liberia, Sudáfrica o el conflicto palestino. Es lo que se denomina la ‘compasión inteligente’, la facultad de ponerse en el lugar de la otra.

Las lideresas participantes en el evento señalaron que en Colombia es necesario que las organizaciones de mujeres con fines semejantes promuevan una mayor interacción entre ellas, con el fin de que sus demandas alcancen las mesas de negociación. “Un cuerpo de mujer no garantiza un pensamiento de mujer”, se aseguró.

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5. El proceso de paz se hace en los territorios
"En la Habana no se va a firmar la paz, se van a firmar acuerdos. La paz de construye en los territorios”, indicó Pastora Mira García, ex concejal de San Carlos de Antioquia. El proceso de paz, como se indicó, es un proceso que llevará tiempo asimilar y consolidar, y va más allá de la mesa de negociación, preámbulo necesario para alcanzar la paz.


6. La paz debe involucrar a todos
Las ponentes reiteraron durante todo el encuentro que la paz sólo se podrá alcanzar si hombres y mujeres trabajan en conjunción para lograr ese fin.  "La paz no es algo aislado de las mujeres, necesitamos a los hombres y habrá que pensar cómo integrarlos".