En el complejo mundo de las relaciones humanas, hay quienes se las arreglan con una amistad para satisfacer sus instintos básicos. Algunos sobreviven, otros terminan por enamorarse.
No quieren ser novios, pero se sienten atraídos el uno por el otro. Tampoco son amantes, ya que ambos están solteros y sin compromiso, pero, por si acaso, es mejor que nadie sepa de sus andanzas. Son los ‘amigos con derechos’, un fenómeno que aunque poco novedoso, cada día cobra más seguidores entre personas de todas la edades. Los ‘amigovios’, Fuck–pals, ‘amigos con ventajas’, ‘amigos con beneficios’, o como prefiera llamárseles, se han convertido en un verdadero desafío a las leyes tradicionales del romance.
“Un amigo con derechos es alguien para pasarla rico, sin tener que rendirle cuentas de todo. Cuando uno quiere está con él y cuando no, pues no”, explica Valentina, una estudiante de último año de colegio, mientras sus otras dos amigas se ríen y respaldan su afirmación.
No hay una razón específica que defina el motivo de la popularidad de este tipo de relación. Para Fernando Bohórquez, director de la Clínica Colombiana de Sexualidad, Familia y Pareja, hay varios factores que ejercen influencia, “por un lado, estamos en un mundo donde cada vez las personas quieren más tiempo para sí mismos y una relación seria necesita la dedicación que algunos no están dispuestos a dar.
Por otra parte, los roles han cambiado, las mujeres trabajan y aportan, mientras que los hombres han tenido que aprender a desenvolverse en las labores de la casa. Ya no son tan dependientes el uno del otro en esos aspectos. La mujer vive su sexualidad con mayor libertad y puede elegir estar con uno o varios hombres sin un vínculo estrecho, pero también están las personas que aunque no estén convencidas del todo, aceptan estas relaciones para sobre llevar su soledad o sencillamente le tienen pánico al compromiso”, añade el doctor Bohórquez.
Jugando con fuego
Sin embargo, y aunque parezca una alternativa liviana y práctica para moverse al ritmo de la vida moderna, lo cierto es que este tipo de relaciones pueden volverse conflictivas, especialmente cuando una de las partes se olvida de los ‘términos iniciales del contrato’ y empieza a desear un compromiso, como le ocurrió a Catalina Posada, una relacionista pública que encontró en su amigo con derechos, más de lo esperado. Catalina y Roberto se conocieron por Internet, pero vivían en ciudades diferentes. Hablaban todas las noches por messenger y se veían por la web–cam.
Al poco tiempo a ella la trasladaron y pudieron conocerse personalmente. Comenzaron a salir, como buenos amigos, a cine, a comer. Un día mientras estaban en la casa de Roberto viendo televisión terminaron besándose apasionadamente, a la semana siguiente se quedaron en la casa de Catalina y tuvieron relaciones sexuales. Desde ese momento, acordaron que eran amigos con derechos.
“Al principio me parecía bien, él estaba solo, yo estaba sola y teníamos química, sobre todo en el sexo, pero con el paso del tiempo empecé a encontrar en Roberto muchas de las cualidades que siempre había buscado en un hombre y sin saber cómo, comenzó a gustarme más de la cuenta”. Catalina se armó de valor y le confesó todo lo que estaba sintiendo, pero él le respondió que no podía ofrecerle una relación estable, con el consabido “no eres tú, soy yo”, a pesar de la negativa a Catalina le fascinaba tanto su amigo con derechos que prefirió seguir en las mismas para no perderlo.
“Estaba muy sola y él era mi mejor compañía, así que ante los ojos de la gente seguíamos siendo un par de amigos, pero cuando nos quedábamos solos… Hace unos meses se fue del país y creo que eso me ayudó a superarlo, pero todavía considero que es un tipo maravilloso y me encantaría poder encontrarme con alguien como él, eso sí, para tener una relación seria”, asegura Catalina con cierta nostalgia.
Amistad "con cover"
Los riesgos que existen entre los amigos con derechos, no se limitan a los ‘estrellones’ que pueda sufrir alguno de los dos por andar entusiasmándose con la persona errada. El doctor Bohórquez explica que además hay que tomar en cuenta el hecho de que el individuo puede adoptar esta conducta como un comportamiento permanente, y tener más de un amigo o amiga en esas condiciones, volviéndose promiscuo y exponiéndose a enfermedades de transmisión sexual o embarazos no deseados, sobre todo enlos jóvenes que inician su exploración en el campo sexual, como le sucedió a Daniel con Diana, su eterna compañera de universidad.
“Siempre salíamos en el mismo grupo de amigos, incluso después de graduarnos, hasta que un día, después de una fiesta en la que bebimos mucho, fui a dejarla a su casa; estando en el carro comenzamos a besarnos y terminamos en un motel. Al día siguiente nos moríamos de la risa por lo que había pasado, porque éramos buenos amigos y nos teníamos confianza. Lo bueno era que ninguno tenía que fingir delante del otro”. Luego de ese día, ‘recayeron’ un par de veces, pero siempre durante el fin de semana, en medio de la rumba.
A Daniel se le ocurrió llamarla un domingo por la tarde. Pensó que Diana no le iba a hacer mucho caso, porque siempre era cosa de tragos, pero inmediatamente ella supo para que la andaba buscando, desde entonces se veían los domingos, generalmente en la casa de Daniel cuando no había nadie. “Éramos muy irresponsables y como era algo esporádico no nos cuidábamos.
Un día Diana me llamó y me dijo que tenía un retraso, fue horrible, el mundo se nos vino encima, se confirmó el embarazo y yo no fui capaz de decirle que lo tuviera. Desde entonces dejamos las cosas quietas. Creo que desarrolló cierta aversión hacia mí, pero luego conoció a alguien de quien se enamoró y yo encontré a la que hoy es mi novia”.
‘Chico’ Busca ‘Chica’
La socióloga Marion Hillange, quien ha dedicado varios años a estudiar las características del romance en los jóvenes, asegura que aunque todas las personas son susceptibles de involucrarse en este tipo de relación, es en la adolescencia cuando se hace más llamativo un amigo con derechos, y añade que la tecnología es uno de los grandes aliados para quienes quieren vivir una aventura sin testigos.
Hillange explica que para muchos adolescentes resulta vergonzoso el hecho de tener un noviazgo oficial, presentar a los padres, ser objeto de comentarios en el colegio, e incluso el que opta por tener una pareja formal puede ser catalogado como un perdedor. Hoy en día recursos como Internet hacen que los jóvenes puedan conocerse a través de la Red, reinventarse a sí mismos, perdiendo muchos de sus temores y complejos.
Por otra parte, la invasión de teléfonos celulares hace que una persona sea ubicable a cualquier hora y momento del día y retoma lo dicho por una madre de familia: “antes los llamaban a casa y un padre podía al menos tener una de idea de quién hablaba con sus hijos, ahora se mueven con el celular y es todo un misterio”.
Coincidiendo con las afirmaciones de Hillange, el periodista y colaborador del New York Times Magazine, Benoit Denizet–Lewisrealizó una investigación durante varios meses, entrevistando adolescentes a través de facethejury.com y hototnot.comdos de las salas de chat más populares entre los jóvenes norteamericanos.
Denizet–Lewisencontró que el sexo casual es cada vez más popular en edades más tempranas, especialmente el sexo oral que en la mayoría de los casos es llevado a cabo por la mujer para satisfacer el hombre. Algunos de los varones coincidieron en que les parecía ‘desagradable’ hacérselo a una chica y argumentaron que “por cuestiones de tiempo o espacio era más práctico así”.
El periodista se iba convenciendo de que los días de las citas, el coqueteo y la conquista estaban llegando a su fin, sin embargo, se sorprendió cuando muchos de los encuestados aseguraron preferir los ‘amigos con beneficios’, porque es una forma de evitar el sufrimiento que con lleva enamorarse.
Otros manifestaron no haberse involucrado con alguien porque les atraía mucho y preferían volver a buscar a esa persona en unos años para tener algo serio, lo cual permitiría pensar que los jóvenes aún creen en las relaciones estables, pero quizás se han ido atemorizando con la diversidad de creencias conflictivas a su alrededor y a lo mejor el universo de los amigos con derechos, más que una tendencia destructiva, sea un periodo de transición para tratar de reinventar el amor.