En la proliferación de mensajes sobre mujeres reales parece despreciarse el uso del maquillaje. ¿Es tan negativo querer potenciar las facciones? Este video parece dar una buena razón para no creer en ello.
En este, denominado 'El poder del maquillaje', Nikkie se maquilla sólo la mitad de su rostro y deja el otro al natural para ejemplificar cómo cambian sus facciones. Efectivamente, el cambio es notorio, lo que no significa, como ella indica, "que su identidad varíe, ni que deje de ser ella, ni que lo haga por una falta de seguridad en sí misma". Y agrega: "hoy en día cuando te maquillas parece que lo haces por agradar a los hombres, o porque no estás a gusto contigo misma".
La joven se cuestiona el por qué las mujeres se avergüenzan de emplear maquillaje si, al fin y al cabo, no deja de ser una herramienta para jugar con el aspecto propio, para divertirse y poder potenciar cada día aquellos rasgos que se quieren remarcar a modo de juego. (Lee también Razones para no compartir tu maquillaje)
La pertinencia de maquillarse o no ha suscitado todo tipo de debates, con posiciones tanto a favor como encontradas. El estudio La supervivencia de las más lindas, realizado por Nancy Etcoff, profesora de psicología clínica de la Universidad de Harvard, evidenció que una mujer maquillada genera en el resto de sociedad una mayor sensación de capacidad, fortaleza y confiabilidad.
“No utilizo maquillaje ni quiero pasarme 20 minutos aplicándolo. La calidad de mi enseñanza no debería depender del color de mi lápiz de labios o de si uso o no máscara para las pestañas", explicaba Deborah Rhode, profesora de derecho de la Universidad de Stanford, en su escrito La parcialidad de la belleza. Lee el artículo 'Maquillaje afuera'
Por su parte, Catherine Hakim, una reconocida socióloga británica, aseguró en una entrevista con el periódico argentino Clarín, que existe "toda una tradición de feminismo puritano se ha empeñado en negar lo evidente: ser atractiva te da poder". Para ella, "maquillarse es un acto generoso: si quieres que te cuiden, empieza por cuidarte tú para después poder cuidarlos mejor a todos".
Helena Rubistein, fundadora de la empresa de cosmética que lleva su nombre, fue una de las primeras mujeres que abogó por la individualidad e independencia de las mujeres. La polaca fundó su imperio de belleza basado en la idea de que los cosméticos eran una herramienta poderosa con la cual contaban las mujeres para poder transformarse, definir su identidad y afirmar su libertad.
Así mismo, a comienzos del siglo XX, creó varios salones de belleza en Nueva York donde las mujeres, muchas de ellas feministas, intercambiaban su conocimiento mientras se realizaban tratamientos. Eran verdaderos espacios de reflexión y erudición. Quizá te interese: 'Estudio revela que las mujeres jóvenes usan menos maquillaje'